OPINIÓN
Gracias Rosco
En plena era de la información y de las redes sociales opinar sobre algo es lo más fácil que una persona puede hacer, solo basta de un móvil, una conexión a internet y el suficiente tiempo para expresar lo que uno piensa. Hace poco más de un mes, un aficionado que lleva 50 años pagando su abono en Madrid anunció que iba a publicar sus reseñas de la feria de San Isidro y, acertadas o no, la valentía de ponerse frente a una cámara a dar una simple opinión es de admirar, más sabiendo la edad de este aficionado llamado Rosco y las polémicas que suele levantar con lo que dice o hace.
Cierto es que durante esta feria las reseñas de El Rosco han sido cuestionables, por ejemplo su opinión sobre la puerta grande de Talavante o de las verónicas de Morante, también es cierto que servidor que os habla no es de la guisa de este aficionado, y eso que comparto tendido con él, pero, lo que si que quiero destacar y renombrar es que su valor para la plaza de Madrid es simplemente necesaria, no solo la de él, si no la de La Asociación del Toro de Madrid, la de La Chenel y Oro y por supuesto de todos los aficionados que nos reunimos, ya sea en el siete o en cualquier punto de la plaza. Y es que entre los aficionados tenemos nuestras discusiones, cada uno tiene sus manías y sus ojitos derechos, les confieso que la mía es Emilio de Justo y la de Rosco, Talavante pero si en algo estamos todos de acuerdo de manera unánime es en que queremos mantener la seriedad del toro de Madrid, que es definitiva lo representativo de nuestra plaza.
Pero ese no es el quid de la cuestión, el quid de la cuestión es que por mucho que Rosco sea una voz reconocida dentro del siete, es solo un aficionado opinando en redes sociales como los hay tantos y, este, al menos tiene la valentía de mostrar su cara y decir su nombre, lo que no puede pasar jamás es que ningún medio generalista use su poder para criticar a un aficionado que lleva pasando toda su vida por la taquilla y mucho menos si el que le critica es un taurino que calla muchas de las tropelías que suceden a diario como es el afeitado o las mafias que hay dentro del sector.
Lo dicho, gracias Rosco y gracias a todos esos aficionados que velan por mantener el rigor de nuestra querida plaza de toros de Madrid y que, aunque intenten censurarles desde posiciones claramente ventajosas, nunca se callaran.