"Estuve a escasos tres milímetros de perder la vida"

En primer lugar, ¿cómo te encuentras?

La verdad es que después de la etapa de ilusión tan grande que tenía por ir a España y comenzar a tentar en el campo para intentar reaparecer allá, ahora atravieso una etapa de incertidumbre con la tan lamentable pandemia de coronavirus a la que estamos expuestos. España ha cerrado sus fronteras, y aunque estuvieran abiertas, veo la situación tan complicada que están viviendo allá, en cuarentena, aislados, sin salir de casa.

En México está tomando fuerza la infección ahora mismo, y creo que en unos quince días los alcanzaremos en condiciones. Las cosas hay que tomarlas con calma, y seguirme preparando en casa, para estar lista cuando ya se pueda ir, pero me baja los ánimos que ya no podré estar la temporada completa y que esto es un duro golpe para la fiesta de toros también y todos los que vivimos de ella.

Recordamos la escalofriantes imágenes del percance en Puebla, las consecuencias pudieron ser mucho peores... ¿crees en las segundas oportunidades?

Sin duda alguna. Lo mío ha sido un milagro por completo, pues ese percance era para que el toro me hubiese matado, eso lo tengo claro. Dios me quiso aquí aún.

Sin entrar en detalles, ¿qué recuerdas de aquel momento?

Tenía muchas ganas de triunfar, pero recuerdo que volteé y medí la distancia entre burladeros, situándome yo según a distancia prudente para poder abrir al toro. Lo que no medí era que el toro venía con mucha fuerza y estaba muy gordo para ser toro mexicano (580 kg), lo que con la inercia que traía hizo que al pasar el burladero se subiera al estribo y le costara trabajo cambiar el viaje; aún así, pensé positivo “si alcanza a pasar”, me hinqué, marqué de más la suerte, pero una ráfaga de viento me empujó el capote y el toro se venció hacia mi.

Nunca perdí la conciencia ni el espacio o tiempo, pues cuando me arrolló, me intenté levantar inmediatamente sin perder de vista donde estaba el toro. De momento pensé que sólo había sido un golpe muy fuerte, pero ya cuando me llevaban a la enfermería, sentía la sangre brotar, un agujero muy grande en el paladar que me impedía sacar sonidos, por lo que me comunicaba por escrito con los médicos diciéndoles que llevaba la cornada, que había perdido dientes, sin embargo, pensé que se limitaría a la perdida de dientes y la ruptura del paladar. Nunca me imaginé que sería tan grave como fue con tantas fracturas, ni que había estado a escasos tres milímetros de perder la vida.

Sabemos que clínicamente estás apta, ¿cuál es la ruta de preparación de cara a tu reaparición?

De momento, hacer mucho toreo de salón, acondicionamiento físico y tratar de conseguir campo en México.

Tal y como anunciaste, volverás a los ruedos en España, ¿qué supone para ti torear en nuestro país?

Esa es mi ilusión, y espero poder concretarla. Para mi, torear en España ha sido uno de los más grandes anhelos de toda mi carrera. Que se me conozca y reconozca a nivel mundial como Matadora de toros, y además triunfar. Poder confirmar algún día mi alternativa en Madrid.

¿Nos puedes dar unas pinceladas de en qué plazas podremos verte?

Aún no lo sé. Iré lo mejor preparada que puedo. Siempre han dicho que soy una torera seria y con mucho oficio. Sé que mi toreo es para cualquier plaza.

El público español no te ha podido ver torear muchos, ¿cómo es tu forma de torear?

Siempre he sido muy seria en todo lo que hago. Me gusta hacer las cosas lo mejor posible. El toreo clásico, variado y honesto.

Echando la vista atrás, desde tus comienzos tu "romance" con La México ha sido único, fuiste pionera tanto por los triunfos conseguidos como novillera, por tomar la alternativa, por salir a hombros y por gestas como la de 2016, todo ello siendo mujer... háblame de tu trayectoria en la Monumental.

Siempre he dicho que la Plaza México es la plaza de mis presentaciones. Cómo mencionas, ahí toree mi primera novillada, fue mi debut de novillera, aunque anteriormente ya había toreado dos becerradas ahí y la gente ya me conocía. Cómo triunfé, mi segunda novillada también fue ahí en la novillada de triunfadores de la temporada 2003. Toree varias temporadas ahí, y se dio el caso que incluso habiendo corridas de toros, si asistía a la plaza como espectadora, la gente me ubicaba y llegaba a escucharse el grito de "¡Hilda! ¡Hilda! ¡Cómo haces falta Hilda!", lo que era muy bonito, pero en ocasiones me apenaba demasiado, pues el grito se profería durante la faena de algún compañero.

Tiempo después, luego de haber cortado tres orejas en una sola tarde, la empresa me ofreció la alternativa en ese escenario principal, cosa que jamás me había atrevido a soñar siquiera. En la siguiente novillada me lastimé la rodilla, y tras estar tres años fuera de los toros y tres intervenciones quirúrgicas, regresé... Para empezar de cero en mi carrera. Volví a escalar, peldaño tras peldaño, y tras dos años y tres novilladas más ahí, volví a tener la oportunidad de verme anunciada en mi alternativa, siendo la primera mujer en conseguirlo y rompiendo con 64 años de tabúes y machismo.

La afición celebró junto conmigo ese día, y creo que fue un triunfo para la fiesta misma con la salida a hombros después de haber matado una corrida que rondaba los seis años de edad.

Cosa curiosa es que la plaza México la conocí el día que toree ahí por primera vez, y es la plaza en donde más veces he toreado en toda mi carrera.

Ahora que vienes a España, te espera otra Monumental, Las Ventas ¿un sueño o una realidad?

De momento es un sueño, que espero pronto se convierta en realidad.

Hilda es inevitable preguntarte, en un mundo tan de hombres, ¿lo has tenido más difícil por ser mujer?

Hay circunstancias en las que si se tiene más difícil, por ejemplo, veo que cuando algún compañero recién toma la alternativa, tiene la apertura de alternar con cualquier figura, y de ahí la oportunidad de triunfar, posicionarse en un lugar mejor en base a sus triunfos.

Como mujer, me encontré con que había carteles a los que yo no tenía siquiera acceso. Me programaban, y antes de que saliera el cartel, me bajaban del cartel porque alguna figura no torearía si estaba yo ahí. No te dan siquiera la oportunidad de ver si triunfas.

En España tuvimos a una gran matadora como Cristina Sánchez y tenemos bastantes novilleras que tratan de abrirse paso, ¿qué consejo le daría una matadora veterana como tú?

Que nunca se den por vencidas, y que no dejen de soñar, pues cuando las cosas pintan muy feas, aferrarse a sus sueños es lo único que tendrán para seguir entrenando sin bajar la guardia.

"Hilda Tenorio es la torera más importante de la Historia Taurina Universal", palabras de Don Julio Téllez...¡ahí es nada!

Hermosas palabras que me dedicó un grande de la crítica taurina; un conocedor y docto en la materia. Don Julio Téllez ha sido un icono de la defensa de la fiesta de los toros, al difundirla y promoverla. Con su programa televisivo de más de cuarenta años, permitió que muchos tuviéramos conocimiento de la existencia de la tauromaquia y su historia. A mi me aficionó y me trajo a este mundo taurino.

Sus palabras han sido aliciente para mi en momentos difíciles: que alguien tan conocedor crea en mi y en mi toreo con tanta fuerza, me hace albergar esperanza de que algo he estado haciendo bien y voy por buen camino. Por eso creo que es indispensable que vaya a España, para que mi manera de interpretar el toreo sea reconocida en todo el mundo.

Para acabar, ¿cómo esperas que sea la acogida del público español?

Muy buena. En mis inicios como becerrista y novillero, muchos en México decían que tenía una técnica muy a la española, y es que a la par de mis entrenamientos de salón con el maestro Don Rutilo, me la pasaba viendo vídeos de faenas de los grandes maestros, y la gran mayoría, eran españoles. Cuando volvía al día siguiente con mi maestro, trataba de mostrarle cosas nuevas a mi maestro, de lo que había visto en los vídeos, para que el me corrigiera si lo estaba haciendo bien.

He tenido la oportunidad de torear varios tipos de encante, entre Sudamérica y México, y creo que siempre me he acomodado con lo que ha salido por toriles. Tengo la mayor de las confianzas en que mi toreo será muy bien acogido en aquellos rumbos.