MANUEL ESCRIBANO
"Un torero tiene que evolucionar hasta que se retire y deje de torear"
Manuel Escribano, en exclusiva para Burladero, destaca cómo la experiencia y las circunstancias le han enseñado a mejorar y adaptarse. Habla de su constante preparación, de la importancia de la vida personal en su carrera y destaca varios toros que le han cambiado su perspectiva de la tauromaquiaManuel Escribano es uno de los toreros más destacados de su generación, conocido por su toreo clásico, profundo y lleno de sentimiento. Con casi 21 años de carrera, ha logrado ganarse el respeto y admiración del público, enfrentándose a los toros más exigentes y superando momentos de gran dificultad. A lo largo de su trayectoria, ha demostrado una constante evolución, tanto profesional como personal, siempre buscando la perfección en su arte y manteniendo viva la pasión por el toreo. En esta entrevista, Manuel nos abre las puertas de su vida, compartiendo su visión sobre el toreo, su preparación constante y las lecciones aprendidas a lo largo de los años, así como sus recuerdos más emotivos y los momentos que han marcado su carrera.
Primero de todo, ¿cómo está, cómo se encuentra?
Pues muy bien. Ya me he recuperado de la rodilla que fue una intervención que ya me tuve que hacer porque llevaba arrastrando desde la temporada pasada y es verdad que muchas veces tenía molestias y tal pero se me han pasado, ya esta vez no tengo. Ya en América me estaba limitando mucho y sobre todo por prevención a toda la temporada, para estar al cien por cien.
Hace casi 21 años desde que tomaste la alternativa. ¿Cómo ves tu evolución personal y profesional en este tiempo? ¿Hay algo que cambiarías de esos primeros años en la profesión? ¿Has tenido alguna vez un momento en el que hayas sentido que debías replantearte tu camino en la tauromaquia?
Bueno la evolución ha sido total y debe seguir siendo. Un torero tiene que evolucionar hasta que se retire y deje de torear y además en el toreo nunca se deja de aprender. En cualquier momento, cualquier chaval, cualquier persona... te puede enseñar algo. Cualquier toro o cualquier vaca te enseña algo y son circunstancias que van pasando a lo largo de la mente las que te hacen ser mejor, ser capaz de ser un torero que evoluciono y mejoro en el día a día.
Por la parte de cambiar, pues sí que cambiaría muchas cosas desde mis comienzos pero son cosas que cuando tu comienzas no tienes ni los conocimientos ni la experiencia y bueno sería lo fácil saber ya que es lo adecuado en cada momento y hacerlo así. Ahí está también un poco el devenir de la carrera de los toreros y sus circunstancias entonces cambiaría muchas cosas, muchos planteamientos, muchas formas de ver las cosas, de aceptar o no aceptar pero bueno, el paso de los años y el paso de la experiencia lo que te lo da incluso la gente que te rodea puede ofrecerte la posibilidad de ofrecerte los conocimientos que aún no tienes.
No he llegado a plantearme el retirarme. Si me lo hubiese planteado, hubiese llegado, nunca ha llegado a pasar por mi cabeza. Cuando un torero está en esas circunstancias en las que yo estuve, que han sido las más duras de mi carrera como tenga una mijita de alivio te agarras a ella y lo haces entonces nunca ha pasado por mi cabeza lo de rendirme y gracias a ello he sido capaz de superar esas circunstancias más difíciles.
¿Hay lecciones que hayas aprendido en estos años de tu vida personal y las hayas aplicado a lo profesional?
Sí, todas yo es que mi vida profesional es la personal. Yo creo que en la vida del torero, en la parte egoísta, toda tu vida se rodea del toro y no solamente se rodea en lo que haces sino en lo que piensas también, tu forma de ser, tu forma de comportarte, tu día a día. Lo acoplas a tu mejor modo para tu profesión. Al final ser torero no significa un trabajo, un entreno, o ir a torear y acabar el día y se acabó, no, un torero es torero desde que se levanta hasta que se acuesta y todo lo que haces, por lo menos en mi caso, es para el beneficio de mi persona y de mi bienestar para yo estar a gusto y encontrarme bien en mi profesión, que es mi vida, que es el toro.
¿Cómo recuerdas tu debut en la plaza? Para tí, tuvo que haber sido uno de los días más especiales de tu carrera. Y realmente, ¿qué te motivó a seguir con la carrera?
Sí, lo que pasa que por ejemplo la primera vez que debuté que fue en Francia y era muy chico, tenía 14 años y actualmente a un niño de 14 años lo veo súper débil y entonces como eres tan niño tienes los recuerdos de tu intriga, de tu miedo, de tus nervios… como un juego también, como algo nuevo, como un juguete nuevo.
Yo lo llevaba dentro, desde que tengo uso de razón llevo toreando. Con mis padres iba con una toalla de niño y desde que tengo uso de razón, recuerdo llevar un capote y un toro de juguete e iba con ellos a todos lados. Cuando era adolescente y llegaba del colegio me ponía en mi casa a jugar al toro, a imaginarme al toro. Entonces, no es un comienzo, es como realmente nací y son los recuerdos que tengo.
Se te reconoce por tu toreo clásico y profundo. ¿Tú realmente cómo lo defines y qué es lo que más valoras a la hora de estar en el ruedo sobre todo?
Creo que lo has definido muy bien, yo me considero un torero puro y clásico dentro de mi fortaleza, dentro de mi poder y dentro de mi capacidad. Muchas veces la circunstancias me han llevado a buscar el triunfo de una manera que no es la que uno realmente piensa o quiere y esto ha sido algo que he aprendido también.
Hombre sobre todo el corazón, la verdad y la pureza. Yo creo que ahí es donde recibe el valor, al final lo que te hace de conjugar todo eso. El valor de un torero está en tu verdad, en la pureza de hacer las cosas delante del toro, de llevar a cabo lo que uno quiere y en la entrega total en cada tarde y en cada animal.
¿Cómo te preparas para encarar una temporada después de un año tan exigente como el anterior? ¿Cuál sería tu entrenamiento del día a día en esta ocasión?
La temporada que se plantea es muy buena teniendo 3 tardes en Sevilla, 2 tardes en Madrid y también voy consiguiendo lo que muchas veces he soñado pero luego estoy en corrida de toros como Domecq siempre sin abandonar y buscando la bravura y la exigencia del toro. Soy un torero que necesita un toro exigente porque yo le exijo bastante a los toros por eso mato, como este año en Sevilla la de Santi Domecq, ganadería de las más bravas y exigentes dentro de esa plaza.
La preparación nunca cambia, es cien por cien para todo, para cualquier temporada y esto lo llevo a cabo desde que no toreaba ninguna hasta cuando he toreado muchas ya toreando en Madrid, Sevilla o Antequera. Mi preparación es la misma para todos los sitios, para los mismos compromisos y para toda mi vida.
Por otra parte, hablando de toros, la embestida de Cobradiezmos cambió tu vida. ¿Cómo recuerdas aquel momento y qué significó para ti, tanto en lo profesional como en lo personal?
Es un toro especial de mi vida y de la historia. Es un toro el cual ha pasado a la historia ahora ya que ha muerto, lo recordará todo el mundo toda la vida. Fue un toro que me enseñó muchísimo ya que a parte de cambiar un poco mi situación, también me dio un poco ese estrellato que mucha gente buscamos, esa popularidad a todos los niveles para que te conozcan más personas. Pero a pesar de ello, es un toro que si yo no lo entiendo y no lo cuajo, primero no se hubiese indultado, no hubiese enseñado y no hubiese dado todo lo que el toro tenía y hubiese acabado mi carrera profesional. Cuando un toro como él, un toro tan bravo, un toro tan exigente en bueno y en bravo, muchas veces es el toro que todos queremos pero cuando te sale ese toro, hay que tener cuidado. Si tú no estás capacitado y entregado al 100 por 100, va a ser un toro que te va a buscar una ruina muy gorda pero gracias a Dios eso no pasó y al final fue un toro que disfruté y me hizo muy feliz en la Plaza.
Bueno y por otra parte está Datilero, otro toro que marcó tu carrera. ¿Qué diferencias ves entre este y otros toros que has lidiado en tu trayectoria? ¿Qué enseñanzas te dejó este toro?
Era otra circunstancia ya que Datilero fue el toro que me puso en la vía de nuevo, el que me da la opción de llegar a Cobradiezmos, a sufrir las cornadas que he tenido, a pasar por las circunstancias que un toro puede pasar: del triunfo, del dolor, de la frustración… Fue ese toro que por la mala suerte de que El Juli no pudo, tengo la suerte de que me llamaron para sustituir y es el toro que me hizo quedar triunfador en la feria y sobre todo abrirme de nuevo a poder llevar a cabo la profesión que hasta entonces no la estaba llevando.
El año pasado, en la Feria de Abril, firmaste uno de los capítulos más emocionantes de tu carrera tras salir de la enfermería y cortar orejas al sexto de Victorino. ¿Cómo viviste ese contraste, de pasar del dolor a la gloria en tan poco tiempo? Después de una herida tan grave como la que sufriste en la Feria de Abril, ¿cómo se mantiene la motivación para volver al ruedo con tanta fuerza y determinación?
Primero hay que decir que cuando uno sale de pie después de una cornada es porque la cornada te lo permite. Está claro que para poder volver, la cornada me permitía estar de pie porque hay cornadas que te parte todo y no te permite apoyar pero en este caso era una cornada que me partió músculo y una costilla pero me mantenía de pie y es verdad que tenía un boquete muy gordo y feo que se podía complicar y el dolor espantoso y por eso entré en la enfermería pero cuando yo vi que me venía arriba, que podía aguantar de pie, pues fue dónde le dije al médico que no me pusieran anestesia general y me operaron directamente con anestesia local para poder salir. A mi me impulsó salir y aguantar todo eso, porque era una de las tardes que iban a marcar la temporada ya que por ejemplo venía Roca Rey y Borja Jiménez apretando y al final no te puedes dejar ganar la pelea y gracias a eso y a los médicos esa tarde fue una de las más emocionantes, he podido sentir en una plaza y tener un mayor reconocimiento toda mi vida.
En tus tres tardes de este año en la Maestranza, en una de ellas vuelves a repetir con Vitorino, ¿cómo has sentido ese momento de volver a estar anunciado con la misma ganadería que te dio la gloria y el dolor el año pasado?
Primero son las corridas que he matado por ser fiel y porque cuando uno enfrenta a ferias en las que tienes que negociar con la empresa, para el bien del aficionado y para mi tauromaquia porque si sé que la llevo como quiero, va a ser lo mejor para el aficionado que al final es el que manda y paga esto. Por ello esas negociaciones yo las hago para el público, la empresa a veces erróneamente o acertadamente pienso que igual entonces es una corrida que llevo años matando pero quería algo nuevo y quería algo más y por ello dentro de la negociación he demostrado que quería mostrar algo más buscando lo mejor para todos.
¿Qué piensas de la evolución del toreo en otras partes del mundo, como en América? ¿Crees que hay diferencias sustanciales con el toreo en España?
Sí que es distinto. En América es mucho más festivo todo quitando algunos países y algunas ferias super importantes pero es un ambiente mucho más festivo, la gente va a disfrutar, no tienen tanto conocimiento y en una feria que tienes que ir mentalizado y responsabilizado porque son grandes ferias y hay mucho aficionado y aquel que no lo es mucho y va a divertirse también quiere ver lo mejor y le llega lo mejor de cada uno y a veces habrá gente que ni sepa quien eres pero eso es lo bueno que en el toreo no tienes que ser un conocedor perfectamente de lo que ves sino lo que tienes es que sentir y padecer lo que estás viviendo en una Plaza de Toros.
Por último, ¿cuál sería tu terna ideal?
Actual sería todo aquel que estuviera al máximo nivel de su toreo y de su tauromaquia pero sobre todo de su entrega y de su competitividad por ello como tal la persona me da igual.