CARLOS BUENO

Generosidad frente a mezquindad en tiempo de dolor

martes, 31 de marzo de 2020 · 07:00

En tiempos de dificultades y penurias, el mundo del toro siempre dio ejemplo de abnegación y entrega absoluta. Cada vez que ha habido una causa por la que recaudar fondos, el toreo ha estado en primera línea de motu proprio. Hasta tal punto que, más allá del dinero que muchos donaron, caso de empresarios y sobre todo ganaderos, otros, los toreros, expusieron su propia vida en pro de los más desfavorecidos sin recibir nada a cambio salvo la satisfacción del deber cumplido, el que impone la sensibilidad que debe ser inherente al ser humano.

Ahora, con la crisis sanitaria del Covid-19 en plena ebullición, la tauromaquia tampoco podía fallar. Cayetano fue el primero en proponer la realización de festivales benéficos en cuanto todo vuelva a la normalidad. Uno en cada Comunidad, manifestó, ofreciéndose a torear todos ellos de forma altruista.

Pero mientras la población permanece confinada, sin poder realizar ningún tipo de actividad festiva fuera de casa, el sector taurino ha dado innumerables ejemplos de iniciativas desinteresadas para luchar contra el coronavirus y conseguir equipos médicos y de protección personal para los sanitarios, quienes de forma heroica están trabajando sin el equipamiento necesario por falta de material.

El ganadero Nazario Ibáñez fabrica y dona pantallas a los hospitales. Los sastres Carlos Galván y Santos se han puesto a coser mascarillas. Los aficionados de la Peña Taurina de Torrejón del Rey han donado todo el dinero que había en la cuenta de su asociación, un total de 3.050 euros. También se han solidarizado los aficionados de San Sebastián de los Reyes y la Asociación de Jóvenes Taurinos de Coria, y los matadores José Garrido, Jairo Miguel, Román, Álvaro Lorenzo o El Juli entre otros.

Plazas de toros, ayuntamientos, comisiones y empresarios han cedido respiradores y equipos de anestesia. Ahí están los ejemplos de Santander, Bilbao, Lucena o Las Ventas. Ciudad Real ha donado 3.000 guantes quirúrgicos. A través de la Sociedad Española de Cirugía Taurina se han puesto a disposición de Sanidad los equipos incluidos en las enfermerías de las plazas de Sevilla, Zaragoza, Santander, Cuenca, Valladolid, Ciudad Rodrigo, Coria y Albacete de momento.

Mención aparte merece el caso de Algemesí, cuya Comisión Taurina decidió ceder el respirador instalado en la enfermería de su plaza de toros y, a la alegría mostrada por el Hospital de la Ribera, donde está siendo un activo fundamental en la lucha contra el coronavirus, se contraponen las mezquinas declaraciones de Joves PV, las bases del partido Compromís, que publicaron que tal donación no era cuestión de generosidad sino de publicidad. Según la reconocida formación antitaurina, tal cesión no se debería haber hecho pública.

Quizá piensen que el respirador debía haberse sacado de la enfermería con nocturnidad y alevosía, siendo precavidos para que la policía no pillase a los encargados del traslado fuera de su hogar. Quizá piensen que todos deberíamos ser tan discretos que pudiera intuirse que la aparición de nuevo material sanitario es cosa de magia. Quizá piensen que poseen una superioridad moral que les concede la potestad de imponer cómo debe procederse en cada situación y, quien no actúe como ellos dictan, es porque se trata de alguien ruin y rastrero.

Pues no, la verdad absoluta no está en poder de nadie y, siempre dentro del marco de la legalidad y la buena intención, cada cual es libre de actuar según sus convicciones. Además, la Comisión Taurina de Algemesí no necesita publicidad ni emitió ningún comunicado sobre el hecho en cuestión, sino que fue el ayuntamiento quien agradeció el gesto con un simple post. Pero hay antis que ven fantasmas taurinos hasta en la sopa y proceden de forma miserable aún cuando hay gente necesitando respiradores y muriendo. Hay afectados de VOX y de Compromís, de Ciudadanos y de Podemos, del PSOE y del PP. Porque esta es una enfermedad transversal que no discrimina entre colores políticos ni posición económica, y hacer declaraciones de este tipo es de una falta de sensibilidad y de humanidad fuera de la comprensión de muchos seres humanos que entendemos que en política no todo debe valer, y más en momentos tan delicados como el que atravesamos.

Por el contrario, un alto dirigente de la Generalitat Valenciana, declaró hace unos días tras una entrevista con los empresarios de las plazas de toros de Valencia y Castellón y con el presidente de la Federación de Bous al Carrer, que se sentía orgulloso de ellos porque eran gente seria, rigurosa y responsable, que nunca habían planteado ningún problema, al contrario, se habían puesto a disposición de la Administración para hacer frente al coronavirus. A la vista está que frente a la miseria oportunista de algunos, nada mejor que la generosidad de siempre de otros.

 

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