¡Qué ocurrencia!

La tediosa perorata ¿otra vez? Pues sí. Serán muchas, una y otra vez, para convertirse en cuestión estúpida e ilógica. Y habrá, claro que habrá, demasiados que seguirán riéndoles la gracia a estos que se lanzan a la carrera frenética del sinsentido con tal de arañar unos cuantos votos más.

Ahora, como hoja caída de un otoño caliente, con ese cariz tan suyo de cabreo continuo, donde mezcla la demagogia con el disparate, suelta Teresa Rodríguez, la líder de Podemos Andalucía, en un “encuentro con la gente” en Jerez, que “el Partido Popular ha firmado con Vox para llevar a las escuelas el fomento de la caza y los toros, y esto es franquismo, esto es devolver Andalucía al esperpento folclórico franquista”. Óle. Elocuente genialidad de la señora. Populismo disparatado exento de otro efecto que el de la carcajada.

Iluminadas cabezas la de estos dirigentes de Podemos que para proteger los derechos de los animales “se eliminarán las ayudas y subvenciones relacionadas con la tauromaquia y se prohibirán espectáculos que impliquen maltrato animal”. Lo han vuelto a ratificar en su programa electoral con el que acuden a los comicios del próximo domingo. Y se hacen fuertes en estos mítines, cuando lo que dicen está vaciado de legitimidad, de razón, de justificación. Son incapaces de ver más allá de su vulgar pragmatismo. No saben a dónde van, pero van. Van llevados por ese impulso que les hace prohibir. Que les hace ser reflejo de valores equivocados, o trastocados, de comparaciones absurdas, de motivo sin motivos para encontrar en el animalismo su causa. Esa continua voluntad de abolir que parece les obsesiona y que, sin duda, tiene que ver con la fidelidad al falso progresismo del que viene todo.

Que pena de tiempo perdido, de potencial político e intelectual, malgastado en discursos que se suceden elecciones tras elecciones, no invertido en causas mucho más sustanciales. Y no en alegato de la mentira. Una mentira privativa de libertad. De todas formas, muy bien tendrá que darse la cosa para que la criatura se salga con la suya. ¡Qué ocurrencia!