POR MONTERA
Se apagó la televisión, y el toreo…
Por Sergio HuesoDemasiado han durado las negociaciones, y largo se nos ha hecho este invierno en el que todos sabíamos que los aficionados volverían a salir perjudicados. Valencia se queda sin televisión, Madrid puede que veamos algo en Telemadrid (pero solo los madrileños), y Sevilla de momento se desconocen las intenciones televisivas. La primera feria puntera que marca el ritmo de la temporada, no tendrá difusión audiovisual por ningún medio. ¿Los responsables? Los egos de unos y otros. ¿Los damnificados? El toreo, primero, y la afición, después.
En el mundo del toro pasa como en la política: quienes mandan deciden por los que nos sentamos en los tendidos. A veces esas decisiones traen cosas buenas, pero en demasiadas ocasiones el que pierde es el pueblo, víctima de dirigentes incapaces de gestionar lo que tienen entre manos. Que la televisión no esté presente en las principales ferias es un golpe durísimo, mucho más grave de lo que puede parecer a primera vista. Si algo le falta a la tauromaquia es divulgación, y sin la presencia de las plazas en las pantallas, es casi imposible que la gente hable de toros, que se generen reels o vídeos en redes sociales mostrando lo que sucede en los ruedos.
Los empresarios han perdido por su propia mala gestión. Querían más dinero y, al final, lo han perdido todo: ni televisan unos ni otros. Como dicen en mi pueblo, "el niño goloso se quedó sin dulces". Y eso es lo que ha pasado aquí: entre unos y otros, la casa se ha quedado sin barrer.
Ahora, al verse sin el respaldo económico de las televisiones, los empresarios han optado por apretar el cinturón donde menos deberían: en los más modestos. El resultado es un sector cada vez más exprimido, al que le queda poco jugo. Porque, cuando a una naranja le sacamos todo el zumo, ¿Qué hacemos con la cáscara? La tiramos. Y eso es lo que puede ocurrir con el toreo si no hay un verdadero ejercicio de autocrítica.
No contar con la televisión en las principales ferias es un síntoma gravísimo. Más aún cuando estamos hablando de una televisión "propia", nacida para los taurinos. Ahora me pregunto yo: ¿Cómo pretendemos que las televisiones públicas se animen a retransmitir festejos, si ni siquiera los taurinos somos capaces de ponernos de acuerdo?
Primero nos cargamos Movistar con su Canal+, que desapareció. Después apartamos a OneToro de las ferias, dejándolo a verlas venir, con lo que les dejen emitir, si es que hay algo. El sector taurino, hoy por hoy, es incapaz de sentarse a una mesa y trabajar, de verdad, por la Fiesta.
Cada día tengo más presente una frase que me dijo un profesional del toro, al que guardo mucho cariño: "El más bueno de todos en la plaza es el toro, y lo matamos". Y qué razón tenía.