VIENTO DE LEVANTE

El Min(f)istro

Por Paco Delgado
jueves, 19 de junio de 2025 · 08:48

Tiene narices la cosa; con la cantidad de temas importantes y de actualidad que se agolpan estos días en torno al apasionante y extraordinario mundo de los toros, es salir a la palestra este hombre y revolverte tanto las tripas que no hay más remedio que aparcar lo previsto y comentar la penúltima sandez de Urtasun.

Hay que guardar los comentarios sobre el excelente estado de forma por el que atraviesa Morante de la Puebla, que desde la pandemia se ha convertido en la referencia obligada del toreo y la gran figura del momento; el éxito de Victorino en la corrida con que se homenajeó la memoria de su padre y su legado; la magnífica respuesta que dio Borja Jiménez en esa misma función, abriendo de nuevo la Puerta Grande de Las Ventas; la brillantez habida en otra feria, la de Istres, que cada año sorprende con un invento nuevo; la segunda, o tercera, juventud por la que atraviesa Miguel Ángel Perera, que a la chita callando está cumpliendo una temporada, una más, de nivel notable; el que, por fin, la televisión autonómica valenciana haya decidido dar sitio en su programación a  los toros... habrá tiempo para todo ello.

Ahora lo que te pide el cuerpo, y la mente, es escribir sobre uno de los personajes más retorcidos, siniestros y malintencionados que nos ha sido dado sufrir y padecer por mor de los intereses personales de un ¿señor? cuya única ambición y pretensión es seguir instalado en La Moncloa y pavonearse -bueno, parece que más cosas también...- de un cargo que no ha ganado en elección alguna, sino que le llega gracias a contubernios, alianzas contra natura y concesión de favores, prebendas, dádivas y amnistías a quien haga falta para mantenerle en un puesto que, a los hechos me remito, le viene muy, muy grande. 

Me refiero, claro está, al execrable Urtasun, a la sazón Ministro de Cultura y cuya preparación, formación y educación para el desempeño de su función al frente de este Ministerio son nulas. Y lo demuestra a cada paso y siempre que hay ocasión. La última, a raíz del anuncio de los actos que se preparan para conmemorar el centenario de la Generación del 27. Un movimiento literario de trascendencia y calado monumental que surgió gracias al decisivo y fundamental impulso de Ignacio Sánchez Mejías, que con motivo de los actos organizados en torno al homenaje a Góngora en el Ateneo de Sevilla, aglutinó a un puñado de poetas y escritores que le dieron forma y contenido a este referente ineludible de la literatura no sólo española.

Pues ahora la, se supone, más alta representación de nuestra Cultura, se descuelga omitiendo cualquier referencia a quien organizó, montó, alentó, patrocinó y financió a este grupo literario al que, además, tilda y etiqueta como ejemplo de progresistas que abominaban de los toros. Como si Lorca, Rafael Alberti, Gerardo Diego o Miguel Hernández no sólo fueron grandes y fervientes aficionados, sino que dejaron para la posteridad y mayor gloria de nuestras letras una abundante producción con el tema taurino como argumento y base. Pero tiene que arrimar el ascua a su sardina a costa de falsear la historia. Aunque de mentiras, engaños, chanchullos, abusos, delitos y muchos más etcéteras desastrosos y escandalosos tenemos para dar y regalar a cargo de un Gobierno bochornoso y sonrojante.

La aversión, enfermiza y rayana en odio, que el titular de Cultura siente por todo lo que tenga relación con la tauromaquia le llevó a censurar a Sánchez Mejías, que además de torero fue un intelectual preparado y creativo, falseando la historia, borrando a su antojo lo que no le gusta y, una vez más, engañando a los españoles.

Fistro es una palabra, inventada por el también grande Chiquito de la Calzada, que ya forma parte por derecho propio de nuestro lenguaje, del vocabulario popular y que encaja perfectamente para definir a este Urtasun, cobarde y pecador de la pradera, además.