JORGE ARTURO DÍAZ REYES

Suerte a suerte

¿Trascendencia? Si. Por estos días Madrid locuta. Lo que allí pasa, bueno, malo, afecta el clima del “Planeta de los toros”. En toda su extensión, ganaderías, toreros, toreo, empresas, público, autoridad, prensa, crítica y su relación con la sociedad en general
martes, 21 de mayo de 2019 · 17:00

Han pasado muchas cosas en esta primera semana del San Isidro. Imposible reseñarlas todas. Innecesario además, el cubrimiento de los medios ha sido completo, simultáneo y universal en alcance. No en audiencia, la fiesta igual que todos los temas humanos no es unánime. 

¿Trascendencia? Si. Por estos días Madrid locuta. Lo que allí pasa, bueno, malo, afecta el clima del “Planeta de los toros”. En toda su extensión, ganaderías, toreros, toreo, empresas, público, autoridad, prensa, crítica y su relación con la sociedad en general.

Ya se oficiaron siete de las treinta y cuatro corridas. Mirarlas en conjunto es volver a los claroscuros que ha grabado cada tarde...

Al serio y cinqueño encierro de La Quinta que se fue de la primera con sus orejas puestas y cuatro arrastres ovacionados reivindicando la casta Santacoloma. La segunda con su desmesurada Puerta Grande, que puso al presidente Villa Parro en la picota, relegando una buena faena y un gran toro. Tercera, los atanasios de Valdefresno con sus avilanteces exigiendo una lidia que no hallaron. Cuarta, una figura torera naufraga en su descastado debut ganadero en la feria. Quinta, ignorando una faena total con estocada recibiendo, el triunfador de Sevilla es aclamado por una repartida y breve muestra de majeza. Sexta, dos orejas para rejoneadores ya son juzgadas pobre cosecha. Y ayer, tres blandos novillos de Mayalde ovacionados y otra oreja protestada…

Sigue bajando el rigor del palco y el público, que agotó el papel una vez y casi otra, fluctuando el resto de los días entre menos de la mitad y tres cuartos de aforo. No así la romana (574 kilos promedio para las cinco pedestres). Tampoco la edad, bastante cinqueño. Ni el trapío. Bien por los veterinarios.

Un bravo, “Pijotero” el segundo de Fuente Ymbro, no pocos encastados, algunos mansos y hasta los flojos hablan del estado de la cabaña. Pero los inválidos devueltos… ¿Por qué salieron? ¿Qué pasó? San Isidro no es cosa de “isidros”, es de todos. Ojo, hay que seguirlo, suerte a suerte.

 

25
3
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Satisfacción
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Esperanza
10%
Bronca
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Tristeza
10%
Incertidumbre
0%
Indiferencia

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