Ponce llega a Jaén

Enrique Ponce llega a su cita de Jaén con la conjunción perfecta que requiere un evento de esta magnitud. Por un lado, el mar de emociones que supone torear en esta tierra, tan importante como especial para él, y es que, su unión con esta preciosa provincia andaluza va mucho más allá de tener fijada una residencia en ella, es algo personal, emocional... pues el de Chiva se preocupa de cultivar y cuidar su relación con esta tierra y estar presente siempre que se le necesita.

Por otro lado, el destino ha querido que el trigésimo aniversario de su alternativa, se haya producido en una atípica temporada. Una temporada en la que, pese a las dificultades, adversidades y a los diversos sinsabores vividos, por unas circunstancias que todos conocemos de sobra a estas alturas, su gran hacer está dejando unas cifras impensables de llevar a cabo hace tan sólo unos meses, como demuestra el hecho de que haya participado en 21 Festejos (cortando 32 orejas y 2 rabos).

Por todos estos alicientes y muchos más, que sólo los sentimientos o emociones alcanzan a explicar, es que Ponce llega a Jaén con la premisa de entregar todo sobre su albero, su magisterio, su persona: su esencia.