Lama de Góngora en Benítez Cubero

Mientras la temporada avanza y en su mayoría se suspenden los festejos taurinos anunciados por la situación del COVID 19 en España, en el campo bravo sigue la preparación de los toreros y en este caso compartimos un día de campo con un torero sevillano de corte clásico, toreo de escuela sevillana, su toreo va en continua evolución y sobre todo esa madurez que solo el tiempo va cuajando cuando se tienen cualidades para ser alguien en este mundo tan complejo.

En la ganadería de José Benítez Cubero, compartimos un bonito día de campo en donde se lidiaron un utrero con el hierro de Benítez Cubero que tuvo la condición de querer pero no poder por su falta de fuerza, dio poca opción, pero nos quedaron en la retina el recibo a la verónica, lances llenos de temple y torería.

Pero donde pudimos ver la dimensión del toreo de Lama de Góngora fue con el toro de Pallarés encaste Santa Coloma, un toro que nos comenta el ganadero que estuvo de sobrero en Cuenca, pero volvió a la ganadería con un problema en la mano izquierda sufriendo esa cojera, durante este año se recuperó, pero acusando por momentos en la lidia ese defecto, aun así sacó su bravura, de ir a más,  esa forma de ir al caballo de largo y la faena del torero sevillano fue todo una obra llena de torería, midiendo bien esos tiempos que pedía por el lado izquierdo bordando el toreo al natural, los pases de pecho de carteles de toros, su toreo con la diestra de dominio y mando, nos encontramos con un torero que se cuaja en la soledad del campo, que espera que la normalidad vuelva, y sobre todo soñando con su Plaza La Real Maestranza de Sevilla donde el aficionado lo espera, como se dice coloquialmente es un torero de Sevilla, es decir del gusto de esos buenos aficionados,  Aunque el toreo vive momentos difíciles, mientras exista el toro bravo y toreros capaces de crear arte y emocionar el toreo perdurará.

El toreo tiene que resurgir con la sabia nueva y que traigan aires frescos de torería. 

Texto y Fotos: @CALIFADEARAGUA