Solo ante la gloria

miércoles, 6 de octubre de 2021 · 20:15

“De toros no entienden ni las vacas”. Y es que, cuanto más quiera uno saber de toros, menos entenderá. Pero hay veces que es necesario encontrarse a personas, o maestros, mejor dicho, como David de Miranda. En un simple café, todas las dudas o cuestiones que un aficionado tiene en mente, se disipan para simplificarse. Que a veces menos, es más. Que a veces el mirar más allá no significa encontrar la respuesta, porque está más cerca de lo que crees. Que la vida se mide en momentos y, que a veces, hay que pararse a apreciar más que seguir sumando. Escuchar a David de Miranda es necesario. Y, a continuación, entenderán el por qué.

Feria Colombinas de 2011. Feria que comenzaba el día grande de la fiesta, 3 de agosto, con José Tomás en los carteles. Ya se imaginan cómo tuvo que ser aquello. Sin embargo, dada la expectación por la gran corrida que inauguraba la feria, pocas semanas antes, un grupo de aficionados, ganaderos y periodistas, con la colaboración de La Merced, deciden crear un proyecto dada la carencia en Huelva de una Escuela Taurina. El 4 de agosto de 2011, tres jóvenes becerristas se plantan en el albero de un coso que colgó el “no hay billetes”. Lo acontecido en el ruedo ya es sabido y un nombre se proclama vencedor tras cortar tres orejas. La afición vio, sobre todo, valor en David de Miranda. Huelva buscaba un toreo y encontró a una figura. 

A partir de ahí, su trayectoria fue cogiendo forma en ciudades como Zaragoza, Bayona, Sevilla o Madrid, entre otras muchas plazas. Es, precisamente, en La Real Maestranza donde los medios siguen en la misma línea difundiendo el concepto con el que definen a este torero: valor, agradando a la afición hispalense.

Las temporadas se suceden y, casualidades de la vida, los nombres de José Tomás y David de Miranda se vuelven a cruzar. El 5 de agosto de 2016, quien le pagara su primera habitación de hotel, le daba la alternativa en La Merced. Pero, en la temporada de 2017, la moneda se gira, mostrando una dura y cruda cruz. Curioso que fuese en la localidad de Toro, cuando un astado estuvo a punto de arrebatarle todo. Cuatro fracturas vertebrales, en silla de ruedas y, prácticamente, un año sin torear. La tauromaquia le mostraba el segundo escalón más duro de la profesión. Pero, ¿recuerdan con qué asemejaban (y asemejan) a David de Miranda? Valor. Y fue ese valor el que lo lleva en agosto de 2017 a volver a triunfar. Pero no quedaría en una fecha. Dos años más tardes, la temporada de 2019 le reservaría, hasta el momento, las mejores tardes. 24 festejos, 34 orejas y un rabo. Sin embargo, es un 24 de mayo cuando se pasa del infierno al cielo, tras salir a hombros por la Puerta Grande de Las Ventas, dejando todo atrás. Desde entonces, hasta aquí, bien saben ustedes el recorrido de este torero.

Ahora, David de Miranda afronta un nuevo reto, escribiendo un nuevo capítulo en su corta pero intensa trayectoria: su primera encerrona. En la plaza onubense de Palos de la Frontera, con seis ganaderías diferentes y pudiendo colgar el primer “no hay billetes” con el coso al 100% tras la pandemia. Una tarde en la que todo está cuidado al mínimo detalle: la llegada a la plaza, el traje, el ganado, la cuadrilla, la música… Nada escapa al azar.

Lo que comenzó medio en broma, medio en serio hace unas temporadas, acaba convirtiéndose en realidad. Sus primeros seis toros en solitario. David de Miranda no quiere pensar más allá. Está enfocado al 120% en una tarde que está para disfrutar. Sin tensión, sin miedo, pero con mucha responsabilidad.

Siente que la tauromaquia no le debe nada, que no se trata de dar y recibir, sino de complementarse en mutua armonía con un mundo que le ha dado y enseñado todo. Que no se plantea los futuros compromisos que le puedan aparecer en caso de triunfar este sábado, pues los momentos son para disfrutarlos y no hay que vivir más allá de tan importante cita.

No quiere hablar de comparaciones. Prefiere ser recordado, cuando llegue su retirada, por ser torero. Torero que marcó una época. No importa si llega o no a liderar el escalafón. Quiere cortarse la coleta siendo torero, con todas las letras que ello implica.

Y qué se sabe lo que el futuro le tiene reservado a un diestro que ha devuelto la ilusión a su tierra. Lo que tenga que venir, David sabrá cómo afrontarlo. Ahora todo es un run run que causa revuelo y expectación de cara a un evento digno de ver y presenciar.  Este torero llama, y muy fuerte, a las puertas de las grandes plazas, pese a que algunos sigan haciendo oídos sordos. Pero él no se cansa. Espera su momento. Y, hasta entonces, David de Miranda sigue regalando torería por donde pisa.

Recuerden. Próximo 9 de octubre, a las 18:00 horas. XI corrida pinzoniana. Toros de Millares, Albarreal, Cuadri, Villamarta, Pereda y Domínguez Camacho. David de Miranda, solo ante la gloria.

 

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