Tal día como hoy. El talentoso era el torero

Aunque ya había dado muestras sobradas de lo que era capaz y de sus inmensas posibilidades, tanto en su etapa de aprendizaje como en sus años de becerrista y novillero sin caballos, fue a partir de su alternativa cuando arranca la ascensión imparable de Enrique Ponce, a quien sus amigos del toro llamaban cariñosamente “Llaverito” por que era, físicamente, muy poquita cosa. Pero como torero… eso era ya otro cantar.

Y lo dejó claro ya aquel día, 16 de marzo de 1990, cuando, en Valencia, en fallas, José Miguel Arroyo “Joselito”, en presencia de Miguel Báez “Litri”, le cedió la muerte de un toro de la ganadería de Puerta Hermanos y le hizo matador.

Como hubo cambio de toros y cierta confusión en el tema, al terminar la función, se le preguntó a su entonces apoderado, Luis Álvarez, por el nombre del toro de la alternativa. “Talentoso”, confirmó su mentor, que, todo orgulloso, comentó “pero el que de verdad es talentoso es el torero. El nuevo matador es el que de verdad tiene talento”.

Y, efectivamente, no se equivocó. A partir de julio de aquel mismo año, el torero de Chiva se convirtió en uno de los destacados de la torería y así sigue, más de treinta años después.