Y Huelva escuchó al toreo

Noche mágica la que se vivió la pasada jornada en la capital onubense. El Gran Teatro de Huelva abrió sus puertas para acoger a dos figuras que demostraron no solo saber lidiar reses en los cosos taurinos; también a la afición. Cambiaron capotes y muletas por el arma más poderosa del mundo -citando al filósofo Raimundo Lulio-: la palabra.

En un escenario básico en cuanto a decoración, nada faltaba. Tres sillas, una mesa y un capote. Suficiente para que ambas figuras del toreo convirtieran la casi hora que duró el acto, en un tiempo más ameno.

Durante el encuentro, diversos fueron los temas que se trataron. Obviamente, la próxima tarde en la que ambos espadas están acartelados fue uno de ellos. Y, resulta curioso, que ambos diestros hayan compartido en varias ocasiones cartel -Huelva, de hecho, ha sido uno de los escenarios testigos de dichas ternas-, pero nunca tras haber tomado la alternativa. Mucho ha llovido desde entonces, por lo que será bonito ver la rivalidad sana que ambos toreros comparten.

Rivalidad sana que dejaron patente sobre las tablas del teatro onubense. “Nos alegramos de los triunfos que cosecha el otro, pero, si nos encontramos en el mismo ruedo, solo puede haber un triunfador”. Se habló de la gesta de David de Miranda en Madrid y de la reaparición del peruano en Córdoba. “Fueron muchas ferias esperando mi reaparición, pero la pandemia hizo retrasar dicha corrida hasta que la ciudad sultana fue la que terminó por acoger una de las tardes más bonitas de mi vida. Pese a no salir las cosas del todo bien, me sentí vacío al llegar al hotel. Tanta responsabilidad y ganas por volverme a vestir de luces… Todo quedó en el albero, donde di lo mejor de mí”, comentaba Roca Rey.

También hubo momentos anecdóticos que emocionaron al público asistente, como fue la historia de Andrés al abandonar su Lima natal para venir a España a conseguir su sueño de ser figura del toro -y vaya si lo consiguió-. “Mi padre me ponía constantemente a prueba y yo lloré mucho cada vez que mi consciencia me hacía ver los pasos que iba dando. Abandonar mi tierra, dejarlo todo atrás y embarcarme en una aventura con 14 años… No fue fácil”. Historia que fue respondida por el natural de Trigueros, que comentó que “el toreo no te ha regalado nada. Te lo has ganado a pulso”.

Previo a finalizar el acto, ambas figuras destacaron Huelva como una plaza con la que sentirte identificado. Roca Rey por sus buenas tardes realizadas en el coso en su época de novillero; David de Miranda, por todo lo que simboliza la plaza y su tierra.

Noche mágica, donde se medía cada palabra cual capotazo para controlar al animal. Noche para soñar con una futura tarde de toros el próximo día 3 de agosto que deje a Huelva satisfecha. Palmas por Huelva despidieron a dos toreros que dejan a una afición impaciente por acudir a La Merced para ver triunfar a dos espadas que supieron ganarse a la afición choquera.