Del Toruño a Castellón

No será un lunes de resaca ni en el coso El Baratillo, si no sábado de agosto y en un pequeño pueblo del Maestrazgo castellonense. Sea como fuere, los aficionados al Toro con mayúsculas están de enhorabuena. El Toruño, vuelve a exhibir toros y cómo no, en un festejo popular. La prácticamente desaparecida ganadería de Guardiola Fantoni embarcó desde su mítica finca en tierras utreranas, un precioso utrero negro bragado en dirección a un cebadero del Levante. Sabido es que la actual situación de los festejos denominados mayores no tiene en cuenta la solera de ganaderías de leyenda como es el caso de estos apreciados Villamarta. Aquellos que mandan en los despachos, así como, los primeros espadas del escalafón, deberían contener la inacabable sangría de este tipo de hierros con tanta historia y bravura detrás. Es más, deberían prodigar la variedad de encastes, ya no como gestas anunciadas a bombo y platillo, sino como algo habitual dentro de sus temporadas, pero visto el panorama, lo podemos considerar una mera utopía.

El festejo popular desde años atrás recoge este guante, y en temporadas “normales” da cabida a cientos de reses descartadas para los cosos por veedores y empresarios, y no por defectos o desechos de tienta, en más de una ocasión la cabeza de camada pobla carteles de las peñas levantinas. Todas ellas, capaces de financiarse rascando los maltrechos bolsillos de sus componentes y inventando mil y una iniciativa para completar el extenso presupuesto. Afirmado es por más de un ganadero, que los peñistas son aficionados, serios y pagadores, faceta esta última de vital importancia para el que dedica cuatro años a criar su producto final, el toro bravo.

“Oyero” que así fue bautizado en toro, saltará al albero de Albocàsser con cinco años cumplidos y llevando en sus astas la ilusión de más de dos años de incansable trabajo.

Don Salvador, allá donde esté, sepa que los aficionados rasos de paso por taquilla tenemos memoria y que su divisa verde botella y oro viejo lucirá, al menos un día más, sus colores por el Maestrazgo Castellonense. El cartel lo completarán un Pedrajas de Yerbabuena y un imponente castaño de Torres Gallego. Diversidad de encastes en los pueblos y las calles, para todo lo demás, ya saben ustedes donde acudir.

Texto: Penya Taurina d’Albocàsser