Homenaje a Antonio Bienvenida en "La Gloria"

Organizado por el gran aficionado Vicente Bort, se ha celebrado un magnífico e inolvidable homenaje a Antonio Bienvenida, en el centenario de su nacimiento. ¿Y que mejor sitio para hacerlo que en el Cortijo LA GLORIA, la famosa finca sevillana, que perteneció a la familia Bienvenida entre 1931 y 1951? Este singular homenaje al querido torero de Madrid contaba con la asistencia de aficionados de toda España.

La Gloria es un cortijo de 400 hectáreas, situado en el término de Montellano, a 40 minutos de Sevilla, en la carretera hacia Utrera, que pertenece actualmente a la familia Sánchez Ibarguen. Manuel Mejías Rapela, el famoso El Papa Negro, compró esta finca a la familia Sánchez Ibarguen en 1931, y allí se criaron e hicieron toreros los seis hijos varones del Papa Negro: Manolo, Pepe, Rafael, Antonio, Ángel Luis y Juan, que componían una de las dinastías más importantes de la historia del toreo. Además, entre 1931 y 1951, pasaron por esta finca los personajes más relevantes de las artes, las letras y, por supuesto, el toreo de la época.

Curiosamente, cuando el Papa Negro decidió vender la finca para trasladar la familia a Madrid, lo compró la misma familia Sánchez Ibarguen. Fue un gran acierto celebrar tan merecido homenaje a Antonio Bienvenida aquí en La Gloria y que la actual propietaria, doña Pilar Sánchez Ibarguen, ofreciera tan generosamente sus dependencias y la placita de tienta para dichos actos.

Tras una brillante charla de José Morente, autor del blog taurino “la razón incorpórea”, sobre la historia de la finca y la familia Bienvenida, los asistentes visitaron las dependencias, incluyendo la placita de toros. Allí se celebró una tienta con dos becerras de la ganadería de Manuel Vázquez Gago, en la cual participaron dos dinastías emblemáticas de la historia del toreo: los Bienvenida y los Vázquez, representados en el ruedo por Miguel y Gonzalo Bienvenida y Manolo y Pepe Luis Vázquez, respectivamente. No faltaron los “espontáneos de lujo”: José María Portillo, Manolo Vázquez Gago, Alejandro Sánchez Ibarguen y su joven hijo.

Acto seguido, los aficionados, los herederos de las dos dinastías, toreros, ganaderos, y personas relevantes del mundo del toro disfrutaron una gran comida en el patio principal del cortijo.

Lamentablemente no pudieron estar presentes para compartir sus vivencias ni Andrés Luque Teruel, historiador y catedrático de la Universidad de Sevilla, ni el torero Joaquín Armero, por encontrarse los dos indispuestos. Sin embargo, se cerró el acto con unas emotivas intervenciones por parte de Paloma Mejías, Gonzalo Mejías y Antonio Álvarez Barrios, entre otros.

Texto y Fotos: Muriel Feiner