OPINIÓN - DAVID CASTELLANOS

La resaca de San Isidro.

lunes, 6 de junio de 2022 · 15:23

¡Ay, Madrid! ¿Qué te han hecho? Se volvía a dar la feria taurina más importante después de tres años y dejó mucho que desear en varios apartados, desde la presentación de los toros pasando por jóvenes que despiertan ilusiones y llegando a empequeñecer y emborronar la historia de la Plaza de Toros de Las Ventas. Vayamos por parte…

El coso de la calle Alcalá se está convirtiendo y mudando de piel. Quedan fieles aficionados, necesarios, salvaguardando en la medida que pueden el rigor preciso de una plaza histórica; pero estamos siendo absorbidos por un público que van a los toros a emborracharse. Que quede claro una cosa, no molesta el público en una corrida de toros, que es imprescindible, si no molestan los borrachos que no guardan las formas y se creen que saben más de toros que nadie y están llevando a Madrid a un paradero nubloso y tenue.

Gran culpa de este rumbo es de los mandamases que tienen el timón… Es indudable, que después de una tarde de toros lo que apetece es compartir impresiones y cambiarlas con otras personas, con el mismo o con distinto criterio al tuyo, y, ¿qué mejor que hacerlo mientras se comparte un vino español mientras cae la noche en los aledaños de la plaza? Pues bien, una idea maravillosa como podía ser hacerlo en la misma plaza, y cuya iniciativa aplaudí en su momento; ha pasado a ser un bullicio de gente, que no ha entrado al festejo del día, y que enciman manchan y ensucian la bonito imagen de la plaza con sus borracheras. Inaudito lo visto este San Isidro, colas más grandes para entrar a las terrazas que para entrar a la plaza antes de las 7 de la tarde. Hay que traer a gente joven a la plaza, y atraerla, pero hay formas, y formas ¡Qué pena…!

Claro, y todo este ajetreo conlleva un destrozo mayor de un Patrimonio de Bien de Interés Cultural. Es una verdadera lástima y despropósito el estado que tiene actualmente la plaza de toros de Madrid, adoquines caídos y rotos sin ser repuestos, suciedad por los rincones de la plaza, un patio de cuadrillas con unas paredes que muestran una imagen lamentable, humedades en pasillos, suelo en mal estado… Y así podíamos continuar e ir mucho más allá, pero mi propósito no es otro de que se de arreglo a todo esto y Las Ventas luzca como referencia en el mundo taurino.

Cambiando de tercio, vamos a lo que sucedió en el albero. Madrid siempre ha sido reconocido por la seriedad y la imponente estampa de sus toros, y que en este ciclo isidril lo hemos visto en ocasiones contadas con los dedos de una mano. No se puede negar que el toro de Madrid está perdiendo su esencia poco a poco, igual que la plaza…

En este mes continuado de toros han sido varios los nombres que han sobresalido de alguna manera u otro. Sin duda, Ángel Téllez ha sido el que más beneficiado ha salido de su paso por San Isidro, con una puerta grande en la sustitución que cogió por Emilio de Justo tras ganárselo en el ruedo al natural ante los de Araúz de Robles. Puesto que se lo podría haber quitado perfectamente Julián López “El Juli” si hubiera sido capaz de matar a sus toros, la espada se llevó, fácilmente, cuatro orejas… Otros nombres a destacar para bien han sido Gómez del Pilar en la exigente corrida de José Escolar, Rafaelillo con su honradez y verdad antes los Adolfos o el toledano Tomás Rufo, que da la sensación de que va a llegar a figura mucho más pronto que tarde.

En el aspecto novilleril, es donde más hemos disfrutado los aficionados, ilusionándonos con los jóvenes que vienen arreando por abajo. Triunfador, Álvaro Alarcón, con tres orejas y un toreo que sorprendió… Pero no podemos caer en el olvido las maneras de Jorge Martínez, el corte clásico y personal de Burdiel, las ganas y el valor de Fonseca, o los detalles de Arturo Gilio o Manuel Diosleguarde. Todos ellos salen realzados de Madrid…

Hoy, llegarán las 19:00 y no sonarán clarines y timbales en la plaza de Toros de Las Ventas tras hacerlo durante 29 tardes ininterrumpidamente y solo nos quedarán los posos en nuestra memoria. Llegará el domingo, volveremos a quedarnos los abonados de temporada, volveremos a disfrutar de Madrid, y quien sabe, si también de un vino al acabar el festejo.