Una corrida de cine

El cine americano ha visto en la fiesta taurina un potencial para sus intereses en taquilla. Y también, sin duda, por ese otro potencial que ofrece su argumento dramático, es decir ver a un hombre frente a un toro en una plaza abarrotada de gente que espera el triunfo del primero o que sea cogido, a ser posible, mortalmente. Y fue un escritor español, Vicente Blasco Ibáñez, quien se coló en Hollywood para proponer la idea de enfrentarse a estos argumentos con su novela “Sangre y arena”, cuya primera versión se rodó en 1922 con Rodolfo Valentino en el papel de Juan Gallardo.

El cómico Eddie Cantor fue “Torero a la fuerza” en una película titulada así en España y que en Estados Unidos se le bautizó como “The Kid from Spain”, filmada por Leo McCarey en 1933, y en la que el protagonista, Cantor, tras una noche de borrachera, aparece en la cama con una chica de un colegio para señoritas. Más tarde, se ve implicado en el robo de un banco, con lo que decide escapar a Méjico, con la ayuda de un amigo. La policía le sigue los pasos y, por ello, se hace pasar por un torero español.

Para rodar las escenas de plaza, la productora de Samuel Goldwyn organizó una corrida que se celebró el 10 de enero de aquel mismo año.