El eterno rugido

Nueve años ya, ¡NUEVE! y parece que fue ayer la tarde que un león hizo rugir Las Ventas y temblar sus cimientos, nueve años de una incuestionable Puerta Grande que escribió otra pagina de la tauromaquia: el león de Orduña frente a Parladé, abrió de par en par, la puerta grande más codiciada del mundo, rindiendo a sus pies a todo el mundo taurino, calló bocas, aunque creo que poco o nada le importaba, para dejar a todos boquiabiertos. Un rugido que silenciaba, todo y a todos los que le rodeaban, con la fuerza que transmitía su sola mirada.

Era de ley recordarlo hoy, que no se olviden mitos como Iván Fandiño, mitos por su grandeza y pureza al toreo, como decía: incuestionable.

Sinceramente, en días como ayer con Cristina Sánchez u hoy, con el eterno león Iván Fandiño, me duele, un poco “menos” ver Las Ventas convertida en punto de botellón (falta de civismo más que de organización)… ver cómo la gente “chupi guay” de un canal de tv, se hacen selfies sin pudor profanando el histórico palco real… que el de “¡viva España!” de turno, interrumpa a destiempo el festejo… vamos ni el trasiego de los vendedores de bebida me importa, es más ¡me bebería algo!…todo porque ese rugido volviera a atronar en Las Ventas.

Mi recuerdo hoy para la memoria de Iván Fandiño: ¡que nunca se apague su rugido!, su legado…¡NI LAS VENTAS!