Era de Ronda y se llamaba Cayetano

Hijo del dueño de una zapatería de Ronda llamada "La Palma", debutó en 1922 en Ceuta, con un traje pagado por un aficionado, si bien ya un año antes y durante una novillada se había arrojado a ese mismo ruedo como espontáneo. La gran expectación que levantó entre los aficionados le llevó a la alternativa, que tomó en Sevilla el 11 de junio de 1925, de manos de Juan Belmonte y Pepe Algabeño de testigo con toros de Félix Suárez, y el triunfo de aquel día sobrepasó las expectativas generadas.

Confirmó aquel doctorado el inmediato 16 de julio en Madrid, en corrida a beneficio de la Asociación de la Prensa, toreando junto a Luis Freg, Villalta y El Litri toros de Vicente Martínez y Esteban Hernández, hierro este último al que pertenecía el toro de su gran triunfo de aquella memorable tarde. Una vez retirado su fama se mantuvo gracias a la extensa prole que aportó a la fiesta: Cayetano, Juan, Alfonso, José y, por supuesto, el gran Antonio Ordóñez Araujo, para muchos hoy todavía el mejor. Pero la frase para la historia fue para el padre.