MÉXICO

Rancho Seco se pone en modo semillero de valores

Visita de Carlos Espinal a la finca del ganadero Sergio Hernández donde pudo ver in situ como los más pequeños empiezan a apuntar maneras
martes, 21 de julio de 2020 · 20:59

Estuvimos de visita por temas profesionales en la Ganadería Rancho Seco y nos llevamos una grata sorpresa al arribar al tentadero, viendo a más de 5 niños de menos de 13 años probándose con un par de vacas a las órdenes del Maestro Mario Martínez "Fierrerito" y del propio ganadero Sergio Hernández Weber, propietario de la dehesa.

Sergio es un gran entusiasta y apoyador de la fiesta en sus diferentes roles; como ganadero, empresario y desde luego apoderado, donde ha apostado y hecho toreros como Angelino de Arriaga y Gerardo Rivera a quienes les apostó con intensa preparación europea, llevándolos hasta la alternativa.

Checo además es un visionario de los negocios y ha encontrado en el apoyo a las escuelas taurinas de Tlaxcala una fuente incontable de valores además de refresco natural de la fiesta; niños entusiastas provenientes de la Escuela Taurina de Tetla a cargo del Matador José Luis Angelino, uno más pupilo de Fierrerito, además de un par de muchachos provenientes de la Ciudad de México fueron quienes llevaron el peso de las labores camperas de ayer en el casi centenario hato.

La sorpresa ha sido grata, los niños no solo han demostrado gusto, valor, afición sino conocimiento en sus conceptos y palabras sobre las implicaciones de su afición. También hemos visto a algunos de los padres de los chavales, pendientes, atentos y gustosos no solo de la oportunidad sino del gran trato de los Hernández a los verdaderos nuevos valores de la fiesta.

En la comida posterior a la faena campera Sergio Hernández continuó con las sorpresas para los pequeños toreros, con la organización de un mini campamento para ellos en el que podrán convivir con toreros y vivir como toreros en un fin de semana que promete estar de ensueño con preparación física, vacas, películas, convivencia y más...

Enhorabuena a la familia Hernández que a casi 100 años de grandeza de su casa ganadera, no le aflojan al caballo y siguen proponiéndole a la fiesta brava bocanadas de aire fresco a fin de propiciar su renovación natural, dándole argumentos a la niñez para que tome como rol de vida los valores y grandeza de la tauromaquia con el profesionalismo que se requiere para vivir de ella.

 

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