Cuando un amigo se va...

Guillermo Cannon, nos dejó, guerrero incansable plantó pelea a la enfermedad por muchos años, siempre a porta gayola. Lo conocí por el 2001 cuando vino a ver toros a su país natal. Ideador y organizador de las Jornadas Taurinas de Norteamerica.  Un arequipeño de Chicago, cosmopolita y tradicional, con quien tuve ocasión de vivir muchos gratos momentos de afición y también de discusión muy taurina. Pero sobretodo de compartir la emoción de entregar por diez años el trofeo dedicado a otro amigo que nos dejó tempranamente. 

Amistad que extendimos con su esposa, mi querida Luz, compañera de lujo en su vida, sabia y cariñosa, cómplice con autoridad, para ti mi querida amiga y para tus hijos y nietos, a los amigos de Bill, a su médico a quien conocí y lo ayudó hasta el final... mi pesar por su partida y el dolor de saber que no estará desgarra. Abrazo eterno y siempre estarás arriba en un asiento de lujo viendo todas las corridas todas, de las duras y correosas. Javier, Charin, mi tío Bojilla y tantos otros estarán haciendo fiesta con tu llegada, como cuando nos ibamos de marcha por tu Madrid querido.  Descansa en paz amigo querido.