MÉXICO
Talavante corta un rabo en León
Compartió la salida a hombros con Leo Valadez y Diego San RománMedia entrada registró el coso Monumental “La Luz”, en tarde de agradable clima, para la sexta corrida y cierre de la feria, llamada ahora Cervantina, en honor al célebre novelista, poeta, dramaturgo y soldado alcalino Miguel de Cervantes Saavedra, por lo que los toreros actuantes vistieron a la usanza goyesca, resultando triunfadores Diego San Román, dentro del concurso normal del festejo y, gracias al regalo de toros, se sumaron Leo Valadez y Alejandro Talavante, siendo paseados los tres en hombros.
Se lidiaron siete toros, uno de ellos de obsequio, de la dehesa zacatecana de Pozo Hondo, siendo el primero de buen recorrido y con nobleza, pero, le faltó humillar para ser aplaudido en el arrastre; el segundo fue noble y con calidad para ser aplaudido en el arrastre; calidad y clase tuvo el tercero para ser aplaudido en el arrastre; el cuarto fue noblote, pero, iba con la cara a media altura; el quinto fue protestado airadamente, pero, el juez se negó a regresarlo y hubo que pasaportarlo; el sexto se vino a menos; el séptimo de regalo, tuvo nobleza y se le aplaudió en el arrastre, con vuelta al ruedo de los ganaderos Ramiro Alatorre Córdoba y Ramiro Alatorre Rivero. Y un octavo, también de obsequio, del hierro de Fernando de la Mora, de muy buen juego, que mereció la vuelta al anillo.
En el astado que abrió plaza, de buen recorrido y con nobleza, pero, que le hizo falta humillar, el extremeño Alejandro Talavante veroniqueó con clase y mejor se vio en un templado quite por verónicas, de muy buen gusto. Buena vara del piquero Alfredo Ruiz “El Miura”, quien tuvo que superar un tumbo. Con la muleta, Talavante empezó yendo de las tablas a los medios con detalles muy toreros para, luego, realizar una faena aprovechando la altura a la que le iba el toro, logrando pasajes artísticos, con sentimiento y evidente expresión. Hizo el toreo en redondo y cerró con manoletinas ajustadas para matar de media estocada y descabello, siendo ovacionado en el tercio y al burel se le aplaudió en el arrastre.
El acalitense Leo Valadez, en su primero, llamado “Sinvergüenza”, noble y con calidad, dio dos largas cambiadas de hinojos en tablas y, de pie, lanceó bien a la verónica y se lució en un vistoso y emotivo quite por crinolinas. Cubrió entre aplausos el segundo tercio. Con la sarga, después de brindarle a su alternante Alejandro Talavante, inició muy quieto con varios pases en el tercio, entre ellos con un cambiado por la espalda, para, entonces, cuajar un trasteo importante por ambos lados, haciendo el toreo con gusto y empaque, además de imprimir profundidad a cada lance. Instrumentó luquesinas y acabó por manoletinas de rodillas para terminar de certera estocada, siéndole concedida una oreja, con fuerte petición de la segunda que no quiso otorgar la autoridad. Al toro se le aplaudió en el arrastre.
A su primero, “Truhán”, con calidad y clase, el queretano Diego San Román veroniqueó templando y expresando sentimiento, además de realizar un estatuario quite por tafalleras. Tras el segundo tercio, el subalterno de a pie, Gerardo Angelino, fue ovacionado. Con la pañosa, Diego empezó doblándose toreramente para ir construyendo una faena de evidente profundidad, de mucha cercanía y largueza por ambos pitones. También destacó al hacer el toreo de rodillas de forma atemperada. Cerró con detalles de torería para acabar de atinada estocada y hacerse de dos apéndices y, en el arrastre, se le aplaudió al astado.
Talavante en su segundo, noblote, que iba con la cara a media altura, lanceó con calidad a la verónica y realizó un ajustado quite por gaoneras. Luego del tercio de palos fue ovacionado el banderillero Christian Sánchez. Con la franela, Alejandro ejecutó una sobresaliente faena y entendiendo al astado a media altura para lograr momentos de mucha torería, plenos asentamiento e inspiración. Ha sido un gran trasteo con las dos manos, sobre todo, por su inventiva. Acabó con joselillinas ceñidas, pero, todo lo malogró con la espada para ser ovacionado.
A su segundo, que desde su salida al ruedo fue protestado por falta de presencia y a pesar de que el juez de plaza Guillermo Ruemes se negó a regresarlo, las protestas crecieron, el toro fue picado y, entonces, Valadez lo pasaportó pronto y bien para anunciar un séptimo astado de regalo. Silencio tras un aviso.
Diego en su segundo, que se vino a menos, se esforzó en toreras verónicas. Buen puyazo del varilarguero Eduardo Rivera. Con la muleta, San Román, tras las dos primeras dos tandas, el toro se apagó, lo intentó el torero, pero, al final, le dio pocas opciones y mató hasta el segundo viaje para escuchar palmas.
En el de regalo, “Pillo”, que tuvo nobleza, también de la ganadería titular de Pozo Hondo, Valadez dio dos largas cambiadas de hinojos, uno al hilo de las tablas y otro en los medios y, también de rodillas, veroniqueó en el centro del redondel y, de pie, realizó un vistoso quite por zapopinas. Se hizo aplaudir al cubrir el segundo tercio y, con la sarga, en los medios, hincado en la arena, inició con toda disposición para cuajar una faena plena de entrega. Cerró con pases variados para matar de estocada y serle concedidas las orejas para dar la vuelta al ruedo acompañado de los ganaderos Ramiro Alatorre Córdoba y Ramiro Alatorre Rivero. En el arrastre se le aplaudió al toro.
Y en un octavo, igualmente de regalo, de muy buen juego, pero de la divisa de Fernando de la Mora, Talavante le jugó los brazos en artísticos lances a la verónica. Con la tela escarlata, ha cuajado una gran faena, misma que comenzó de hinojos y, de pie, la obra fue a más, abandonándose el torero y echando a volar su imaginación torera, sobresaliendo su dimensional toreo derechista y en redondo, que hizo emocionar a la gente que le jaleó fuerte el trasteo. Finiquitó de certera estocada para serle otorgadas las orejas y el rabo y, al toro, se le dio la vuelta al ruedo.
León, Guanajuato. Sexta corrida y cierre de la feria llamada ahora Cervantina, en honor al célebre novelista, poeta, dramaturgo y soldado alcalaíno Miguel de Cervantes Saavedra, por lo que los toreros actuantes vistieron a la usanza goyesca. Monumental “La Luz”, media en tarde de agradable clima. Siete toros, uno de ellos de obsequio, de Pozo Hondo, siendo el primero de buen recorrido y con nobleza, pero, le faltó humillar para ser aplaudido en el arrastre; el segundo fue noble y con calidad para ser aplaudido en el arrastre; calidad y clase tuvo el tercero para ser aplaudido en el arrastre; el cuarto fue noblote, pero, iba con la cara a media altura; el quinto fue protestado airadamente, pero, el juez se negó a regresarlo y hubo que pasaportarlo; el sexto se vino a menos; el séptimo de regalo, tuvo nobleza y se le aplaudió en el arrastre, con vuelta al ruedo de los ganaderos Ramiro Alatorre Córdoba y Ramiro Alatorre Rivero. Y un octavo, también de obsequio, de Fernando de la Mora, de muy buen juego, que mereció la vuelta al anillo.
Ficha del festejo:
Alejandro Talavante, al tercio, al tercio y dos orejas y rabo en el de obsequio
Leo Valadez, oreja, silencio tras un aviso y dos orejas en el de regalo
Diego San Román, dos orejas y palmas.
Al final, tanto San Román como Valadez y Talavante fueron paseados en hombros, los dos últimos por medio del regalo.
Texto: Emilio Méndez