MÉXICO

Diego Silveti y Ginés Marín a hombros en Salvatierra

sábado, 28 de septiembre de 2024 · 08:41

Al celebrarse la decimoquinta edición de la tradicional Marquesada en Salvatierra, Guanajuato  y pese a las condiciones climáticas en las que la lluvia imperó durante toda la tarde, se realizó el tan esperado festejo, el cual inició de forma tardía debido a que las condiciones no eran las óptimas.

La terna compuesta por el rejoneador Fauro Aloi, Diego Silveti y el español Ginés Marín decidieron echar para adelante y evitar que la corrida se suspendiera pese a que el ruedo estaba convertido en un verdadero barrizal.

Pese a la lluvia, el público registró tres cuartos de entrada, para esta corrida en la que se lidió un encierro de La Antigua propiedad de Jorge de Haro.

El rejoneador Fauro Aloi, tuvo una destacada actuación con el que abrió plaza, un toro que tuvo emotividad, son y mucha transmisión en sus embestidas. Con él Aloi estuvo más que bien al cubrir el segundo tercio, colocó banderillas al quiebro y se lució al clavar un par de rosas. Todo era algarabía hasta que su rejón de muerte no causó los efectos esperados y tuvo que echar mano del descabello perdiendo los trofeos y teniéndose que conformar con sonora ovación.

En su segundo y tras dejar un rejón de  castigo en buen sitio, logró una faena limpia y templada clavando seis banderillas, un par al violín, muy aplaudido al igual que una rosa. Lamentablemente el rejón de muerte le jugó de nuevo una mala pasada obligándole a usar el descabello, Aloi fue nuevamente ovacionado.

Pese a las condiciones del ruedo, muy adversas para los toreros de a pie, Diego Silveti, en su primero, logró lancear a pies juntos para luego rematar con una media que le resultó muy aplaudida.  Con la muleta aprovechó cabalmente las nobles embestidas de su enemigo, logrando un trasteo muy templado por ambos pitones, derechazos largos y templados fueron la tónica de su labor muleteril, la cual culminó con ceñidas manoletinas.

Luego de dejar una estocada ligeramente contraria al recibir, el juez de plaza le premió con una oreja y le negó la segunda que el público exigía con sus pañuelos. Al final Silveti paseo una apéndice y el toro fue ovacionado en el arrastre.

Con el segundo de su lote al que sólo pudo bregar por las malas condiciones del ruedo, Silveti estuvo empeñoso hasta conseguir tandas por pitón derecho muy templadas y de gran exposición. Al natural también pudo lucir su clase y temple.

Luego de cobrar una estocada en buen sitio, el juez le premió con una oreja y tuvo que aguantar la bronca del respetable que exigía el segundo trofeo para el torero de la tierra.

Por su parte el español Ginés Marín, justificó con creces su inclusión en este cartel pudiendo lucir en su primero al torear de capa, verónicas templadas y chicuelinas ceñidas muy aplaudidas. Con la muleta, consiguió un trasteo aseado y valiente por ambos pitones, muletazos templados y remates de buen gusto, concluyó con muletazos por bajo muy elegantes. Tras cobrar una estocada fulminante, Ginés Marín fue premiado con dos orejas, y el de La Antigua mereció los honores del arrastre lento.

Ya con el ruedo imposible y poca visibilidad, Ginés Marín dio luz verde para que saliera el sexto de la tarde con el que poco pudo hacer con el percal.

Con la muleta, el diestro Ibérico estuvo valiente y empeñoso, siempre con el pundonor por delante. Venido a menos su enemigo, Marín echó mano de la espada señalando dos pinchazos y un descabello para retirarse entre aplausos.

Al final de esta corrida, Diego Silveti y Ginés Marín, salieron en hombros de los aficionados que en todo momento reconocieron la labor de los toreros en una tarde pasada por agua.

 

Ficha del festejo:

Salvatierra, Gto.- Plaza “La Macarena”. Corrida de La Marquesada. Media entrada, en tarde lluviosa. Toros de La Antigua (1o. y 4o., para rejones), correctos en presentación, de juego variado, de los que destacaron los tres primeros por su calidad, el resto se agarraron al piso.

El rejoneador Fauro Aloi: Ovación en su lote

Diego Silveti: Oreja y oreja

Ginés Marín: Dos orejas y silencio.

Incidencias: A lo largo del festejo hubo necesidad de que el personal de plaza trabajara con dedicación para intentar arreglar el ruedo, que estaba en malas condiciones debido a la lluvia que cayó durante toda la corrida.

 

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