Padilla y Ginés Marín dos orejas por coleta

Esta tarde se despedia la feria taurina de Zaragoza en lo referente a los festejos de a pie con la recuperada corrida de la Prensa por la empresa Simón Casas Productions, que antaño tanto predicamento tuviera en la capital aragonesa y que tan importante resulta para el buen funcionamiento de la Asociación de Informadores Taurinos de Aragón.

En el cartel se anunciaban toros de la casa Matilla, tan del gusto de los toreros por blanditos, justitos de casta y sin apretar a los de luces, siendo el cuarto el mejor del encierro.

Padilla en Zaragoza se crece, se siente querido y se viene arriba en una plaza que tiene que ser muy dura para él superando las adversidades merced a su entrega y corazón. Ha cortado las dos orejas del cuarto, enmendando el error cometido  con él el año pasado.

López Simón ha llevado a cabo dos faenas llenas de tesón, destacando su labor ante el quinto con muletazos de más enjundia merced a las mejores condiciones que el lidiado en segundo lugar.

Ginés Marín en su segunda comparecencia ha dejado claro que tiene cualidades para ser máxima figura del toreo. Se ha inventado las dos faenas y ha acompañado a Padilla en el paso de la gloria.

Con una larga cambiada de rodillas recibe Juan José Padilla a su primero, un ejemplar de 577 kgs que no parece ir sobrado de fuerzas. Banderillea el propio matador resultando mejores pares los dos primeros, cuadrando en la cara del toro. Muy justo de casta, el animal embiste rajado y huyendo de la pelea hasta refugiarse en tablas, siendo el matador el único que tiene ganas de enfrentarse a su oponente. Finaliza de media tendida y un descabello fallido. Silencio. Ante el cuarto, de 507 kgs, se lanza Padilla de rodillas para instrumentar dos largas cambiadas de rodillas, rehileteando después el propio matador con oficio, siendo ovacionado. Para el saludo de muleta se clava otra vez el jerezano de hinojos. El animal parece que puede ofrecer más opciones que sus hermanos al tener algo más de fuerza y Padilla le enjareta lances de de todo tipo pero sin que la conjunción sea plena, dando la sensación de que el toro pedía más. Para finalizar cuadra al animal en los medios cobrando una estocada hasta la bola. Dos orejas

Al segundo, de 540 kgs, lo recibe López Simón a la verónica hasta rematar en los medios y después de brindar al público instrumenta el torero dos buenas tandas de naturales, tirando mucho del astado, mientras que con la derecha le cuesta más embestir. El matador lo intenta pero poco hay que hacer ante un toro que acomete por obligacion.En la suerte suprema, dos pinchazos y cuatro descabellos. Silencio tras aviso. Como quinto sale un pavo de 651 kgs al que pica bien Ángel Rivas y que se deja en la muleta de López Simón, que liga los pases como principal virtud aunque la colocacion no siempre resulte la adecuada. Al final de la faena el toro se raja y a partir de ese momento todo se desarrolla junto a tablas, no queriendo el madrileño quedarse sin abrir la puerta grande, aunque un pinchazo antes de la estocada echa el cerrojo. Oreja.

Al tercero, de 560 kgs, le planta cara Ginés Marín bajo el tendido n° 3 y en los inicios de faena de muleta, el toro dobla las manos en varias ocasiones por el pitón derecho, mientras que por el contrario embiste con soseria pero se mantiene en pie. A partir de ahi el temple del matador sostiene al flojo animal, rematando de bernadinas valerosas. Acaba Marín de media en buen sitio. Dos orejas. Cierra tarde y feria a pie "Caralimpio", de 629 kgs, mal picado por Guillermo Marín, siendo brindado por Ginés al respetable llegando muy aplomado a la muleta del extremeño que lo conduce con suavidad, poniendo todo de su parte, inventándose él la faena y tirando de arrimón final. Estocada entera. Silencio tras aviso.

Plaza de toros de Zaragoza. Octava de la Feria de El Pilar. Caso lleno. Toros de Olga Jiménez y García Jiménez  (5º y 6º) para Juan José Padilla, López Simón y Ginés Marín.

Ficha del festejo:

Juan José Padilla,silencio y dos orejas

López Simón, silencio tras aviso y oreja

Ginés Marín, dos orejas y silencio tras aviso