AFICIÓN Y CULTURA
Cultura taurina: Fernando Botero
El fallecimiento del pintor Fernando Botero trae al recuerdo la figura de este artista colombiano que destinó parte de su obra a la tauromaquia.
Nacido en la ciudad colombiana de Medellín el 19 de abril de 1932, su tío Joaquín Angulo le imbuyó la afición por la tauromaquia. Las arenas de la plaza de toros La Macarena de Medellín fueron testigos de los intentos de Botero por ser torero.
Dos años de aprendizaje en dicha escuela, bajo la tutela del torero Juan Gabriel Arango Aranguito, de nada le sirvieron, ya que cuando se puso delante de un animal, el miedo le superó, lo que determinó que su vocación torera se enfocase hacia la pintura.
Por ello, pasó de pisar la arena de los ruedos a vender acuarelas en la puerta de la plaza de toros, así como en el almacén de Junín donde el público compraba las entradas para los festejos.
Su afición por los toros se ha manifestado no sólo en la asistencia a las corridas, sino por la estrecha amistad que ha hecho con grandes maestros del toreo, como Palomo Linares y César Rincón.
En el plano pictórico, estudió durante un tiempo en la Academia de San Fernando de Madrid y en la de San Marcos en Florencia. Dotado de un estilo personal, figurativo y realista, trabajó durante un año en el Museo del Prado.
Su exposición La Corrida, fechada en 1997, recoge una serie con sesenta y ocho obras dotadas de su peculiar estilo, y en la que se reflejan todos los pormenores de la fiesta brava: desde los pases de los toreros y sus estocadas, hasta la propia sangre derramada en la arena por los artistas de la fiesta taurina.
Botero recrea situaciones y ambientes propios de la fiesta nacional, pero lejos de la tauromaquia trágica típica de la tradición plástica española. Los participantes en las corridas de Botero tienen un aire relajado y feliz, muy en la línea de lo naif. Sus óleos, acuarelas y dibujos descubren las hazañas de los picadores, los caballos, las danzas flamencas, los músicos, las majas, los trajes de fiesta y los abanicos.
Todo ello configura una obra en la que destacan composiciones como El zurdo y su cuadrilla, Patio de caballos, La cornada, Matador y Rapto de Europa.
El pasado mes de marzo se inauguraba en la sede de la Fundación Bancaixa la muestra “Melancolía y sensualidad” en la que el artista colombiano exhibía más de cuarenta obras entre pinturas, dibujos, acuarelas y esculturas realizadas entre los años 60 hasta 2022. Estuvo abierta hasta el pasado 3 de septiembre.