LA JUVENTUD DE LA TAUROMAQUIA

Alejandro Mora "El toro y la tauromaquia hay que ensañarla desde dentro"

Nace una nueva sección bajo el nombre "La juventud de la tauromaquia". En ella tendrán cabida tanto novilleros sin caballos como con caballos con el objetivo de conocer tanto personal como profesionalmente a las jóvenes generaciones de la tauromaquia
lunes, 23 de noviembre de 2020 · 18:11

Lo primero de todo, me gustaría saber cómo te encuentras y qué tal estás respecto a la reciente intervención quirúrgica de la mano derecha.

La verdad es que estoy estupendo. Esta semana ya he empezado a coger un poco los trastos y a moverla. La verdad es que va la cosa muy bien, sin dolor y con prácticamente con toda la movilidad en la mano; pero lo que sí es cierto que todavía la tengo débil debido a todo el tiempo que ha estado parada, sobre todo el tema de hacer la pinza para coger la muleta y la espada.

¿Cómo te está afectando la pandemia en los entrenamientos?

Cuando todo esto comenzó yo no era consciente de lo que teníamos encima, aunque evidentemente he estado confinado en una finca, que es donde vivo. Allí tienen una yeguada, plaza de tientas y me han brindado las puertas de su casa y a mí me ha venido genial para concentrarme de cara a la temporada que se me venía que iba a ser muy importante.

En lo que más he notado la pandemia ha sido en el trabajo de mis familiares y de los más allegados, además de todas las personas que están pasando por esta situación.

Por suerte o por desgracia, a mí me ha venido esta lesión en la mano y por un lado hay que agradecer que haya sido en este año y con esta situación porque si no me hubiera cortado   toda la temporada. Esta temporada era clave de cara a dar un paso más, había citas como Sevilla o Madrid y el resto de feria de novilladas importantes que había un alto nivel de probabilidad de que asistiera; pero todo eso se ha ido y ha sido duro ver como se iba, una lástima; pero como dice el maestro Antonio Ferrera: “Todo lo que viene será para bien.”

¿La afición de Alejandro Mora por la tauromaquia de dónde viene?

Yo nací con un capote y con una muleta. Mi bisabuelo hizo sus pinitos, mi abuelo fue novillero y después empresario toda su vida, mi tío Juan Mora matador de toros, mi otro tío Carlos Mora banderillero, y el resto de los hermanos varones casi todos han trabajado en este mundo.

Como bien comentas has estado ligado desde pequeño a este mundo, pero ¿cómo surge el hecho de querer ser torero?

Siempre me ha gustado muchísimo. Desde crío decía que quería ser torero, lo que pasa que mientras que crece uno pues siempre aparecen unas cosas que les gustan, luego otras, yo he sido muy inquieto y nunca acababa de decidirme. Una vez, una becerra me pegó un porrazo y lo dejé como apartado. Pero con los años se me despertó otra vez ese veneno, y una tarde de mi tío en Pamplona en 2011, donde le cogió el toro, viendo esa pureza me transmitió tanto; que a pesar de ser una tarde de tragedia para nosotros pensé que yo tenía que ser capaz de hacer eso.

¿Cuáles son las cualidades o qué es lo que uno debe tener para ser torero?

No soy el más indicado para hablar, pero diría que afición, mucha afición; acompañado de constancia y creen en que tú puedes, que lo que entrenas todos los días puede salir en la plaza. Lo que sí se es que el toreo es lo que a mí me da la vida.

¿Dónde te has forjado como torero?

En la Escuela Taurina de Salamanca. Ahí es donde he aprendido a vivir en torero. He convivido con muchos toreros, los tentaderos, mi primer becerro lo maté con ellos, mis primeras novilladas… Mi rodaje hasta hoy me lo han dado prácticamente ellos. He aprendido muchas cosas de la vida que me las guardaré para mí y para siempre.

Lo que más me ha aportado la Escuela ha sido el compañerismo que ha habido. Hemos toreado muchísimo porque Salamanca goza de una tierra que es única, que tiene muchísimas ganaderías y nos ha permitido ir a muchos tentaderos. Siempre les estaré agradecido.

Tienes en tu propia casa a un torero que está tocado por esa esencia de la que solo algunos privilegiados tienen, como es el maestro Juan Mora. ¿Qué es lo que te ha aportado el a ti?

No es que me haya aportado, es que lo sigue haciendo. ¿Qué no te aporta él? Una persona tan grande, con unos valores y una filosofía de vida que debería seguirse llevando a cabo pero que por desgracia se va perdiendo. Lo que él más me ha inculcado es que las cosas van despacio, no hay que tener prisa.

¿Y qué le aporta Alejandro Mora a él?

La verdad es que no lo sé. Él se que está muy ilusionado conmigo. Al final, tenemos una relación muy estrecha, muy íntima, porque sentimos lo mismo; hablamos el mismo idioma.

Cambiando de aire; en tu carrera hasta el momento, ¿qué ha sido lo más difícil para ti?  

Diciendo la verdad, lo más complicado es ir con todas las expectativas a una plaza y salir de ella contento, feliz de lo que has hecho y que a los días ir sintiendo que eso que pensabas que habías hecho no haya sido así. Las cornadas son duras, pero gracias a Dios las cornadas que tengo estoy orgulloso de ellas porque me cogieron los novillos cuando estaba totalmente entregado con ellos.

Y, por el contrario, ¿lo más gratificante?

Para mí lo más gratificante es hacerle al toro lo que tú sientes, aunque sea un capotazo o un muletazo y que la gente sea capaz de verlo.

¿Cómo sientes qué es tú forma de hacer el torero y cómo llega a la afición?

Soy el primero que a veces pienso que puede llegar a dar la sensación de lo que está pasando no se llega a transmitir. Pero sobre todo lo que yo busco es el sentirme y expresarme para que la gente sea capaz de verlo. Torear con el alma, eso es lo que de verdad te cautiva y te pega el pellizquito en el cuerpo. Dos verónicas o tres naturales, y ya está… Es cierto que el toreo de hoy en día te pido mucho más, pero uno no puede salirse de su concepto. Lo muy poco que he conseguido es que por lo menos la gente sepa el sello que tengo.

Pellizquito en el cuerpo, como nos hicieron sentir Pablo Aguado en Sevilla el año pasado, o tú tío Juan Mora en 2010 en la Feria de Otoño.

Al final el toreo son momentos. La gran mayoría de la gente no se queda con una faena entera al completo, eso es imposible; pero es lo que buscamos nosotros. Lo importante es conseguir cuantos más momentos y más bonitos e ir acumulándolos… Eso que cuando pasen los años la gente se acuerde de aquella tanda de naturales, o de aquel trincherazo.

En cuanto a la preparación tuya para el día del festejo, ¿cómo lo vives?

Normalmente llego el día de antes y me voy directamente al hotel, no me gusta ir a los sorteos cuando yo toreo, pero sí que me manden fotos y me cuenten lo que han visto en cada uno de los animales. En cuanto al traje de luces siempre voy con un único vestido y los voy alternando, no soy supersticioso en ese sentido. Sin embargo, soy muy quisquilloso a la hora de colocar todo, cambio la habitación completamente para tener más espacio para poder torear de salón. Me gusta escuchar música, con mis cascos me aíslo del mundo. Necesito la música para todo en mi vida, incluso tanto al ir como al volver de la plaza en la furgoneta la llevo puesta.

Como novillero, ¿cómo crees que se puede acercar más el mundo del toro al público? ¿Cómo se puede crear más afición?

Yendo al campo. Cogiendo a la gente, sin preguntar, preparando como una ruta o guía turística e ir a la finca, para enseñarla desde dentro. El toro y la tauromaquia hay que enseñarla desde dentro.

Soy al primero al que le gustaría tentar solo, con mi mozo de espadas, el ganadero y un banderillero y poco más; pero también te gusta coincidir con compañeros. Pero ver todo lo que eso conlleva, al mayoral como cuida sus animales y se levanta temprano para repasar todas las vacas… todo eso generaría afición y la gente iría a la plaza con otra vista. En el campo se viven cosas que en la plaza es muy difícil vivirlas.

Para terminar, me gustaría saber por qué tenemos que ir a ver a Alejandro Mora en una plaza de toros.

Busco algo distinto, torear con el alma. Doy en cada tarde lo que tengo. Al igual que soy sincero delante del toro, también lo soy en la vida. Creo que mi forma de torear está en desuso y cada día se ve menos, pero que creo que hay que seguirlo.

 

5
1
33%
Satisfacción
16%
Esperanza
50%
Bronca
0%
Tristeza
0%
Incertidumbre
0%
Indiferencia