JOAQUÍN GALDÓS

"Julián es quien más me puede aportar en este momento"

El torero peruano Joaquín Galdós afronta con ilusión la temporada, tras poner fin a la brillante etapa vivida de la mano de José María Garzón. Comienza un nuevo camino junto a Julián Guerra
martes, 11 de febrero de 2020 · 20:25

En primer lugar, ¿cómo te encuentras de cara al inminente inicio de temporada?

Bien, ilusionado como todos los años, preparándome fuerte en España, el invierno es fundamental para luego tener un buen rendimiento, aprendiendo cosas nuevas, poniendo el cuerpo a punto que es importante más allá de la evolución técnica que uno tiene año a año.

Afrontas el nuevo año con ilusiones renovadas, de la mano de Julián Guerra, ¿por qué te decidiste por él?

Buscaba una figura de apoderado en la que el hombre de los despachos fuese el mismo que el del día a día en el campo, que hubiese sido torero, que tuviese otro tipo de estrategia diferente a la de un empresario. Estoy muy contento de haber sido apoderado por José María Garzón y acompañado por el Niño de Belén, de hecho no descarto en un futuro, si las cosas no salen bien, volver a colaborar con ellos. Son dos grandes amigos y han trabajado muy bien pero creo y he apostado por ello, que Julián es la persona que más me puede aportar en este momento. Hasta ahora estoy contento con el trabajo que hago con él, es una persona cercana al torero, constante y eso es lo que me está inculcando, la profesionalidad en el día a día y la ambición.

Ya sabes cómo es este mundo, se hablan y se dicen muchas cosas de Julián, buenas y menos buenas... ¿tienes asumido lo controvertido del tema?

Antes de que te apodere alguien te llama mucha gente para decirte que le gusta o no, somos personas y todos nos equivocamos, al igual que los toreros, los apoderados tienen sus cosas buenas y sus cosas malas. A mi Julián me gusta, me gusta su forma de trabajar, le he visto sacar lo mejor de cada torero con el que ha estado, cuando he coincidido con ellos en el campo he apreciado lo motivados que estaban. De momento estoy contento con él.

Apoderado nuevo, proyecto nuevo, ¿retos nuevos? ¿cuáles?

El apoderado es circunstancial, el reto es el mismo de todos los años, es uno mismo el que tiene sus ambiciones y sus metas y eso te sirve para renovar ilusiones y aprender cosas nuevas, pero el reto es idéntico, ser el mejor, y eso es algo que tienes que lograr dando un paso adelante, estar ilusionado y transmitirlo en la plaza. El torero no debe para de crecer artísticamente teniendo un mayor compromiso con su profesión.

¿Qué balance haces del trayecto profesional junto a José María Garzón?

Ha sido mi mejor apoderado con diferencia, mucha respecto al segundo. Junto con el Niño de Belén forman una pareja extraordinaria, son dos grandes personas y amigos, hablo con ellos todas las semanas. Garzón me ha dado ese punto de categoría que a lo mejor había perdido antes, volví a Sevilla, he estado en ferias importantes en España y Francia, he toreado un buen número de festejos. México, Colombia... no me puedo quejar de su gestión.

Él tiene nuevos proyectos y yo inquietudes distintas y decidí cambiar de aires, surgió en una comida amistosa y por un acuerdo mutuo. El comienza un camino ilusionante con Paco Ureña y yo una nueva etapa con Julián, pero conservamos una gran amistad.

Acabaste el año dándonos un gran susto en Bayona, ¿cómo estás de aquello?

Fue un año difícil, después de Sevilla empecé a tener muy mala suerte con los sorteos y en agosto cambió la fortuna pero llegaron los percances, tanto en Bayona como un corte que me hice con la espada en el pie que me hizo perder cuatro o cinco festejos. De la cornada estoy bien, de hecho reaparecí a los vente días aunque no estaba al cien por cien, saliendo a hombros las tres tardes en que toreé. El tema mental de la suerte de entrar a matar no me afectó, lo hice incluso mejor que antes, con mayor regularidad, lo de Bayona supuso un reto para superarme a mí mismo, estoy orgulloso de haberlo podido dejar atrás, no será la última cogida pero espero afrontarlo igual.

El año pasado estuvo lleno de buenos momentos para Joaquín Galdós, ¿con cuál te quedas?

Me quedo con dos, volver a Sevilla después de dos años de ausencia tras mi gran paso como novillero, fue bonito, una pena no haber estado certero con la espada. El otro, la reaparición tras la cornada, iba ganando movilidad en la pierna cada día con el fisioterapeuta, la tarde de Munera con la herida aún supurando, cuajé una gran faena sin apenas poder mover la pierna, a base de alma y entrega.

Estuviste muy cerca en Sevilla de dar un buen golpe en la mesa, ¿crees que quizá estás en ese punto difícil de romper definitivamente para situarte bien arriba?

Las oportunidades para hacerlo son pocas, en mi caso el año pasado Sevilla y Madrid, y esa tarde podría haber dado ese golpe de haber matado bien, me hubiesen pedido la segundo oreja con fuerza y habría sido la puerta para entrar en otras grandes ferias, pero estoy orgulloso de lo que hice. Si con mi poca experiencia he sido capaz, con un toro medio, de poner de acuerdo a toda una plaza como esa, este año, con mayor bagaje y mi evolución, podré alcanzar lo que me proponga. En vez de tomarlo como una oportunidad perdida lo hago en positivo, no ha estado aún de la mano de Dios, tengo las cualidades y las armas. Llegará ese salto en el momento que esté más rotundo.

¿Hacia dónde evoluciona el toreo de Galdós?

Por el camino de torear más despacio, con el tiempo te das cuenta de que siempre he tenido un gusto natural para torear y muchas cualidades cuando el toro se movía, pero cuando el toro se para me ha faltado ser capaz de reducirlo, de arrastrar las embestidas en una distancia más cercana y tratar de torear más en corto. Por ahí va esa evolución, por eso siempre me he adaptado al encaste de Santa Coloma, o al toro de Torrestrella o La Quinta, toros que se vienen de lejos. Ahora busco la dimensión más difícil, ahondar en el toreo cuando el animal se detiene.   

Perú y la tauromaquia están siendo actualidad por la legalidad de la misma, ¿qué tiene que decir alguien como tú bandera de los toros allí?

Va a ser difícil que nos los quieten, soy optimista, están muy arraigados en el pueblo. El toreo en Perú vive una época dorada, en ganaderías, toreros, plazas, público... pienso que el intento de prohibición no va a tener contundencia para salir adelante, es querer ir en contra de tres cuartas partes de la población que vive esta tradición.

Se ha conocido recientemente la ruptura de Ginés Marín y FIT, que fue tu casa en tus inicios, conoces bien a ambos, ¿cómo recuerdas aquella época con Ginés como compañero en FIT?

En mi caso fue un apoderamiento tácito, Ginés sí estuvo involucrado con ellos prácticamente desde que era novillero sin caballos, en mi caso me apoderaron una tarde en Málaga, en mi debut con caballos pero yo seguí mi inercia en los pueblos de Madrid y realmente no apostaron por mí en ferias, no he toreado en Castellón, Valencia, Santander o Bilbao. Solamente manejaron mi contratación en Madrid y poco más, no formaba parte del equipo como Ginés, no puedo hablar de ellos como apoderados, no es una época que recuerde con cariño y no lo digo porque sean malos apoderados, deben ser muy buenos, pero yo me sentí siempre al margen, fue más una etiqueta que me puse que otras cosa.

 

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