FRANCISCO MONTERO

“Si volviera a nacer y tuviera que coger otra vez el camino de las capeas, lo haría”

sábado, 27 de febrero de 2021 · 11:32

La temporada 2019 fue clave en la carrera del novillero Francisco Montero, ya que su nombre sonó con fuerza tras presentarse, dejando buen ambiente, en Madrid y triunfar a lo grande en plazas como Peralta, Villaseca de la Sagra o Arnedo, alzándose como ganador del prestigioso Zapato de Oro que cada año se pone en disputa en la citada localidad riojana. Pese a todo lo acontecido en 2020, Francisco Montero ha conseguido terminar la temporada como líder del escalafón, sumando un total de 5 novilladas. De todo ello, hemos charlado con el torero gaditano, avanzando también algunos detalles del planteamiento de la campaña 2021.

¿En qué momento Francisco Montero tomó la decisión de ser torero y por qué?

El momento exacto fue cuando pasé por delante de la plaza de toros de Chiclana de la Frontera, miré para adentro y observé que había muchos chavales entrenando junto al Maestro Emilio Oliva. Entonces yo decidí pasar y quedarme allí para ver cómo entrenaban. Eso me motivó tanto que a la semana siguiente tomé la decisión de ir a entrenar, y estoy muy contento de aquella decisión.

Debutó con picadores en 2017, en 2018 no pudo torear ningún festejo y llegó el año 2019, en el que usted hizo 9 paseíllos, entre ellos el que significó su debut como novillero en la plaza de toros de Las Ventas. ¿ Cómo recuerda aquel compromiso frente a novillos de Saltillo?

En el año 2019, todo llegó por la vía de la sustitución. Lo primero que toreé fue en Boujan-sur-Libron, donde salen las novilladas con mucho trapío. Ahí empecé a ver que podía volver a vestirme de luces de nuevo. A los dos meses de Boujan, llegó la cita de Madrid, en la que pasé mucho miedo porque llegué sin estar preparado ni apenas haber hecho tentaderos. Solamente pude tentar en Guadalmena porque me llamó el propio ganadero para ofrecerme unas reses, por lo que estoy muy agradecido a esta casa ganadera. En el momento de hacer el paseíllo en Madrid, era como si todo se te viniera encima, porque piensas una novillada de Saltillo, el hecho de no verte preparado, siendo además el segundo compromiso del año y en esa plaza tan grande.

Supongo que soñará con regresar pronto a Las Ventas y que la afición de la capital de España pueda verlo en toda su dimensión.

Lo que sueño cada día es con seguir progresando y avanzando en mi camino. Los toreros iniciamos un camino y nunca nos podemos salir de él. Yo, gracias a Dios, tengo a mi lado a personas que hacen que mi técnica sea mejor cada día, pero yo quiero seguir mi camino y demostrar que lo que hice con los novillos de Saltillo ahora cuando vuelva lo haré otra vez, pero ya con otra dimensión, manteniendo intactas eso sí las ganas y la ilusión de la primera vez.

Después de Madrid, llegaron los triunfos de Villaseca de la Sagra y Arnedo, en ambos casos entrando en las Ferias en sustitución de un compañero.

Antes de esas citas, llegó Peralta, donde pude torear una novillada de Dolores Aguirre a la que corté 3 orejas. Seguidamente, me repitieron en Peralta y obtuve 2 orejas de los astados de la ganadería de Pincha. A continuación, también tomé parte en Villaseca de la Sagra, lidiando un encierro de Monteviejo. Ahí se pudo ver a un Francisco Montero que no tenía demasiada técnica pero que lo daba todo y cuando lo das todo en el ruedo el que paga una entrada se emociona.

En el caso de Arnedo, se alzó como ganador del afamado Zapato de Oro. ¿ Cómo se asume, sobre todo mentalmente, el pasar en tan pocos meses de no torear nada a ser uno de los novilleros punteros del escalafón?

Si te soy sincero, los triunfos son bonitos pero hay que estar tan preparado para el éxito como para el fracaso. Yo verdaderamente lo veía igual que 7 u 8 meses antes cuando iba a torear una capea. Hay que tener los pies en el suelo y la cabeza sobre los hombros, para así seguir avanzando. Por ganar el Zapato de Oro no me iba a creer nada, porque cuando uno empieza a creérselo es cuando llegan los palos.

La temporada 2020 se le presentaba bastante bien gracias a los éxitos ya referidos. Participó en el Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo y también estaba anunciado en una de las novilladas de principios de temporada en Madrid.

Sí, se presentaba un año muy bonito y especial. Por méritos propios, estaba anunciado en varios sitios. Comencé en Ciudad Rodrigo y luego iba a hacer el paseíllo en Las Ventas el 29 de marzo. Pero bueno después por mala suerte vino la pandemia. Al final de temporada, he toreado 5 novilladas, quedando líder del escalafón, pero no era lógicamente lo que se tenía que haber hecho.

¿ Cómo fueron esos meses de confinamiento en los que ni siquiera se podía salir al campo a hacer tentaderos?, viendo además que poco a poco se suspendían los festejos programados.

Yo te hablo con el corazón, lo más duro no fue ver que tú no podías torear sino ver la cantidad de personas que estaban muriendo en todo el país. Las novilladas volverán otra vez pero esas personas que han muerto ya nunca van a volver.

Al término de la campaña 2020, el nombre de Francisco Montero estaba en lo más alto del escalafón, en una temporada, que duda cabe, rara y atípica. ¿ Qué valoración hace del conjunto de sus actuaciones en 2020?

En Ciudad Rodrigo, salió todo fenomenal. Después llegó la pandemia y había que hacerse duros. Volví a torear el 26 de julio en Beaucaire, donde también salieron las cosas pero mira por donde el 31 de agosto en Añover de Tajo no fue así. No fui capaz de resolver aquello y puede que la tarde me viniera grande, pero como te decía antes hay que estar preparado para el fracaso. A los veinte días de Añover de Tajo toreaba en Dax y allí, incluso pinchando el novillo, corté una oreja. En ese momento, empecé a ser feliz otra vez. Ya en noviembre, llegó la novillada de Herrera del Duque, dentro de la Gira de Reconstrucción, donde conseguí tres apéndices de los utreros de El Pilar.

Centrándonos ahora en la Tauromaquia en general, usted se ha hecho torero a la antigua usanza, en las capeas. Con la perspectiva que da el tiempo, ¿Cree que eso le ha beneficiado o por el contrario cree que le ha perjudicado?

Era mi único camino. Yo estuve en la Escuela Taurina de Chiclana de la Frontera hasta los 22 años. Después debuté con picadores y prácticamente no tenía opción a torear. Por esa razón, decidí labrar mi camino en las capeas. Si volviera a nacer y tuviera que tomar de nuevo ese camino, lo haría. Decir que en las capeas se pasa mucho miedo. Además sales de casa sin decir nada a nadie, tu familia no sabe ni dónde estás. Pero Dios está arriba con una libreta y, de vez en cuando, echa una oportunidad a alguien y eso es lo que me ha pasado a mí, que he pasado de las capeas a poder torear novilladas y triunfar en ellas. Estoy muy feliz de haber salido de las capeas.

Cuando se está acostumbrado a la dureza de las capeas, ¿ Se valora mucho más ahora cualquier tentadero y, por supuesto, cada novillada que se torea?

Sí, claro. Cada vez que voy a un tentadero se lo digo a los ganaderos. Cuando a lo mejor dicen ellos qué pena que las vacas no han embestido, yo les digo la pena es estar en el sofá de tu casa sin saber cuando vas a torear una becerra. Lo bonito es estar toreando, tentando y hablando de toros. La verdad que estoy haciendo mucho campo porque los ganaderos me están abriendo las puertas de sus casas.

¿Piensa usted que al tener un aprendizaje diferente al que tienen la inmensa mayoría de los novilleros en la actualidad, eso le hace tener un sello y una personalidad más acusada?

Lo que yo siempre he pensado es que si todos los toreros fuéramos iguales, esto sería como un cuento. Si la afición ve a diez toreros y todos son iguales, pues ya no acude más a la plaza.

Ahora se hace un toreo de gran nivel técnico pero ¿ Cree que, en parte, se ha perdido esa capacidad de improvisación y de sorpresa al aficionado?, como por ejemplo, lo que usted lleva a cabo cuando se marcha a porta gayola con el capote de paseo.

Hay que sorprender al que está sentado en el tendido. Lo que debe haber es variedad, en definitiva, cosas diferentes. Se pasa mucho miedo en la puerta de chiqueros con un capote de paseo, pero ahí están también las cosas bonitas, en ese miedo.

En cuanto a la temporada 2021, contando con todas las dudas e inseguridades que hay ahora mismo, ¿Qué planes tiene?

Los planes son de torear y de sentir el toreo cada tarde pero estamos en una gran incertidumbre. Ojalá pueda torear en Madrid, en Sevilla, en Pamplona o en las plazas de primera categoría de Francia, como Arles, Nimes, Bayona o Dax, porque son los lugares donde uno sueña torear. La encerrona del 18 de julio en Ceret es una cita muy importante para mí, la cual tengo muchas ganas de que llegue. Estoy entrenando mucho y quiero seguir avanzando. Yo quiero ser el mejor y para eso hay que rodearse de personas que te indiquen cómo hacer las cosas y, por tu parte también, querer escuchar.

Para concluir, Francisco Montero quiere dar un millón de gracias a la afición porque según sus palabras, “yo no sería el que soy ahora mismo si entre todos los aficionados y medios de comunicación no se hubieran hecho eco y hubieran difundido que había un chaval que se estaba jugando la vida en las capeas”.

Texto: Carmen de la Mata (Infotauro)

 

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