FORTES

“En mi carrera lo mejor está por llegar”

lunes, 8 de febrero de 2021 · 17:02

Que duda cabe que el año 2020 ha sido especial para Saúl Jiménez Fortes, puesto que ha supuesto su regreso a los ruedos tras el percance sufrido en 2018 en la plaza de Las Ventas. Por eso, y porque en 2021 se cumplen diez años desde que el torero malagueño tomara la alternativa en la Aste Nagusia bilbaína, hemos mantenido con él una amplia entrevista.

Imagino que la temporada 2020 ha sido muy especial para usted, no en vano ha sido la de su reaparición tras el percance sufrido en la Feria de Otoño de Madrid de 2018. A lo largo de todo ese tiempo, casi dos años, hasta que volvió a torear delante de un público, ¿Hubo momentos de duda, de querer tirar la toalla?

Tanto como querer tirar la toalla no. Sí que hubo momentos de inseguridad, de incertidumbre y de dificultad. Había ocasiones en las que tenía mucha claridad y otras, sin embargo, en las que lo veía todo muy lejano. Pero llegar a pensar en tirar la toalla no, porque se que el toreo forma parte de mi vida y de mi identidad.

El día 13 de agosto de 2020 en Fuengirola supongo que tendría para usted unas connotaciones muy distintas a otras tardes de su carrera. ¿Cómo fueron los días previos a la reaparición?, y entrando ya en cómo fue ese día concreto, ¿Qué sensaciones tuvo al enfundarse otra vez el traje de luces, subirse de nuevo al coche de cuadrillas para ir a la plaza o liarse el capote de paseo?

Sí, ese día fue distinto. Me preparé bastante en el campo, toreé vestido de luces a puerta cerrada todas las veces que pude pero, que duda cabe, que no es lo mismo. Aunque se trataba de una plaza de tercera categoría pero era una de las primeras corridas que se daban después del confinamiento, y tenía para mí un matiz especial y en el contexto del toreo tenía también tono de acontecimiento. Había una sensación de noche importante. Los días previos al festejo los viví con mucho nerviosismo, más de lo habitual, así como con mucha ilusión. Los días posteriores a la corrida tenía algo de frustración y tristeza porque se crearon unas expectativas y al final no pudo ser lo especial que uno deseaba.

La corrida de Manuel Blázquez de Fuengirola salió complicada, con dificultades y no se prestó al lucimiento. El triunfo sí que pudo llegar en los otros dos paseíllos de la temporada 2020, el 12 de octubre en Toledo en una corrida mixta y en noviembre dentro de la Gira de Reconstrucción en Estepona. ¿Cómo se encontró y qué sensaciones tuvo en cada una de esas tardes?

La de Toledo ha sido una corrida que me ha servido mucho profesional y moralmente, porque fue como reencontrarme con las sensaciones que tenía en 2018. La de Fuengirola fue una noche rara porque no sirvieron los toros y yo tampoco me encontré cómodo. Sin embargo, en Toledo pude disfrutar y sacarme esa espinita. También ésta era una corrida de mayor volumen y envergadura, por eso creo que la dimensión que se dió fue mayor. También me encontré muy seguro con la espada y fue una tarde importante para mí. En Estepona pude disfrutar por momentos y en el segundo toro estuve a un gran nivel. Eso también me ilusiona para quedar posicionado para esta temporada.

Cuando se está tanto tiempo sin poder torear, ¿Qué es lo que más echa de menos un torero?, ¿El público, el miedo, la responsabilidad de las tardes importantes…?

Todo. Lo que más se echa de menos es la responsabilidad, el previo a las corridas, entrenar con un objetivo más definido en la cabeza. También el miedo, que aunque parezca contradictorio porque son sentimientos más bien desagradables, pero también se echa de menos. Vas alimentando el alma mediante el toreo de salón y el toreo en el campo pero te falta la rivalidad que se vive en la plaza, el torear en las ferias, la presión, el público, la responsabilidad….

Hablando ahora de su trayectoria de estos diez años como matador de toros, ¿Qué permanece y qué ha cambiado si comparamos el torero que tomó la alternativa en la Aste Nagusia de Bilbao de 2011 y el torero actual de 2021?

Lo que permanece es la inocencia, la sensación de que lo mejor está por llegar, de que el toreo es para mí una forma de vida y no una profesión. Quizá he ganado en profundidad y como torero creo que he cambiado mucho, mi forma de torear, mi concepto. Ahora no valoro tanto el triunfo sino lo que ocurre en el ruedo de verdad. Han sido diez años pero cada año ha ido surgiendo un torero nuevo.

De todas las actuaciones que ha tenido a lo largo de su trayectoria en la plaza de toros de Las Ventas, ¿Fue la del Domingo de Ramos de 2018 con los toros de Victorino Martín la más importante hasta este momento?

Ha sido una de las más importantes. En ciertos momentos, ha sido una de las tardes de mayor excelencia. También fue la tarde que abrió una nueva etapa, en la que muchos aficionados vieron un concepto nuevo. Profesionalmente y personalmente quizá me quede con otras tardes, como la de los toros de Pedraza de Yeltes en la Feria de San Isidro de 2018 o la de los astados de Lagunajanda en el ciclo isidril de 2017. Pero para el gran público, la tarde que más me identifica y las faenas que más pueden reconocer en mí son tanto la del toro de Pedraza de Yeltes como la del toro “Mucamo” de Victorino Martín.

Con independencia de la categoría de la plaza, ¿Qué faenas recuerda de forma especial en estos años como matador de toros?

Una en 2016 en la Corrida Picassiana de Málaga, con el toro “Ropavieja”, de Torrealta, que me posibilitó ganar mi primer Capote de Paseo. Fue una de esas faenas en la que pierdes la noción del tiempo y eso sucede muy pocas veces. Otra faena especial fue una en 2016 en Manzanares, que la brindé a Víctor Barrio y que fue, sin duda, una tarde muy emotiva.

En la actualidad, en general, se tiene poca paciencia con los toreros jóvenes que toman la alternativa. Un concepto del toreo como el suyo, en el que se torea con tanta pureza, con tanta verdad, buscando siempre el ceñimiento con el toro, en un terreno además muy comprometido, en el que se le da la opción al animal de elegir entre el cuerpo y la muleta, ¿Necesita más tiempo, que se tenga más paciencia para hacerse, para cuajarse como torero?

Yo puedo hablar de mi caso. El concepto del toreo que yo tengo y lo que quiero expresar estoy ahora más cerca de materializarlo de forma regular que cuando tomé la alternativa. Es cierto, que tienes que conjugar tu conocimiento técnico del toro, del toreo y de la embestida con tu expresión artística y el triunfo y, a la vez, que los empresarios tengan interés en contratarte y que vayas encajando en las ferias. Los primeros años como matador yo lo quería solventar triunfando y perdía identidad como torero. Se que mantengo el crédito de muchos aficionados y que he tenido oportunidades. Simplemente, creo que cada cosa tiene su tiempo y que lo mejor está por llegar en mi carrera, intentando conseguir también compatibilizar la calidad con la regularidad y los triunfos en plazas importantes. Junto con esto, creo que tampoco he tenido una temporada rotunda, con continuidad. Mis temporadas han tenido pequeños o grandes percances que cortan el ritmo, sin caer en la queja porque forma parte de mi toreo, pero que es algo que te impide tener contundencia y solidez como torero.

¿Cree usted que el torero llega a conseguir en su trayectoria la faena que sueña?, ¿ O siempre se está en una búsqueda constante sin alcanzar nunca esa faena soñada?

Yo creo que siempre se está en esa búsqueda, porque incluso en las faenas buenas, cuando uno las ve, están repletas de defectos. Uno crece a base de insatisfacción, vas alcanzando cotas pero nunca es suficiente. Tú sabes cuando has estado bien con un toro y te sientes orgulloso de lo realizado. Se trata de disfrutar de lo que vas creando y de cada momento. Si tuviera que esperar a esa faena soñada nunca me sentiría feliz.

Con las enormes dudas e incertidumbres que hay sobre el desarrollo de la campaña 2021, ¿Qué planteamiento de temporada tiene usted?

El planteamiento es como el de una temporada normal. Todo va a depender de cómo se desarrolle la pandemia, aprendiendo a convivir con esta incertidumbre. Ahora lo que toca es seguir preparándome y mejorando cada día, para cuando llegue el momento en el que se puedan organizar festejos dar la dimensión que uno mismo espera. Hablar ahora mismo de plazas o de ferias creo que no es momento porque está todo en el aire. Yo soy optimista, creo que se van a dar muchos más toros que el año pasado porque, por un lado, ya sabemos a lo que nos enfrentamos y cómo se pueden dar toros, y también creo que la situación sanitaria mejorará dentro de unos meses y la vacuna dará mucha tranquilidad.

Para finalizar, ¿Cree usted que la Tauromaquia, si aprovecha la ocasión para hacer las reformas que necesita, saldrá fortalecida de la actual crisis?. En definitiva, ¿Qué futuro le ve usted a la Fiesta?

La Tauromaquia saldrá fortalecida por sí misma porque todavía tiene salud. La Tauromaquia sigue siendo del pueblo y, aunque somos muchos menos que hace cincuenta años, le sigue interesando a una gran mayoría de españoles y de personas por todo el mundo. Pienso que cuando se supere esta crisis habrá muchas ganas de vivir y de disfrutar. Ya el año pasado se pudo ver que había gente que acudía a los toros con verdadero interés. Sí que me gustaría que se aprovechara este parón para reflexionar y hacer una reforma integral de todo el sistema.

Texto: Carmen de la Mata (Infotauro)

 

 

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