GONZALO CABALLERO

“Lo que viví el otro día en Navalcarnero, ha superado lo soñado”

jueves, 10 de junio de 2021 · 12:01

Diecinueve meses y diecisiete días después de ver la muerte de cerca, Gonzalo Caballero reapareció el sábado 29 de mayo en la localidad madrileña de Navalcarnero. Más de un año en lucha diaria de superación, tanto física como sicológicamente, tuvieron un destino feliz cuando de nuevo se pudo vestir de torero. Ha sido como volver a la vida; como regresar a su razón de ser. Se salvó el torero; se salvó el hombre.

Una tarde, la del pasado 29 de mayo, repleta de emociones, “todavía sigo emocionado por lo que pasó la tarde de la reaparición”, dice el diestro que reconoce que para llegar a ella, “ha sido una lucha tremenda, mucho tiempo luchando contra mi propio cuerpo y mi mente. Había soñado durante todo este tiempo volver a vestirme de torero, después de haber estado 9 minutos muerto, de muchos días de hospital…pero lo vivido el otro día en Navalcarnero ha superado lo soñado”.

Día y tarde especiales, “fue un día de muchas sensaciones y emociones. Desde el paseíllo, con la gente en pie, luego la ovación que me dedicaron, momentos tremendos, de dejarme guiar por las emociones. Y sobre todo en el primer toro, con el que me vacié y toreé a placer. Pero al margen de que se toreara mejor o peor, era notar la emoción de la gente por la historia que había ahí”.

Uno de los momentos más emotivos de la tarde ocurrió en ese primer toro, por el brindis que Gonzalo le hizo a su madre, espectadora de excepción, “le pedí que fuera a verme y lo hizo por mí. Haber tenido a un hijo tres días en la UCI, las curas, las intervenciones, los momentos tan difíciles que pasó, era quien más se merecía ese brindis en el toro de mi vuelta”. El toro se lo brindó no como torero, “sino como hijo, porque era la mujer más valiente que he conocido en mi vida, por estar en todo momento ahí en que me iba a jugar la vida, porque todo se lo debo a ella”. La historia de esta vuelta a los ruedos comienza aquella aciaga tarde del 12 de octubre de 2019 en Las Ventas de Madrid, cuando un toro estuvo a punto de quitarle la vida. Pero Gonzalo no siente rencor por lo sucedido entonces, “todo lo contrario. Estoy muy orgulloso de lo que pasó aquel 12 de octubre, no hay que olvidar que le corté una oreja a ese toro, y una oreja en Madrid merece la pena cualquier cosa. No se puede decir que aquello fuera una mala suerte cuando estoy hoy aquí, vivo. Me acuerdo de aquello todos los días”.

Y el recuerdo para quienes le debe la vida, “Me acuerdo de don Máximo García Padrós, que obró el milagro, del doctor Gandarias, que obró el segundo milagro en el hospital San Francisco de Asis, y de otras personas que me salvaron la vida y que gracias a todos ellos estoy aquí”. Y una frase que suena a sentencia, “la cornada ha sido un punto de inflexión. He demostrado que nací torero y he superado algo tremendo”.

Navalcarnero, 29 de mayo de 2021, la tarde en que el milagro se hizo realidad, “era una tarde para mí. Había luchado tanto que iba muy tranquilo. El hecho de hacer el paseíllo ya era un triunfo y no tenía nada que perder”. En festejo mano a mano con Enrique Ponce, tres toros fue un esfuerzo que notó, “tengo una lesión crónica en el pie, me quede sin riego y en el último toro noté el cansancio, y todas las emociones y esfuerzo también sumaron”. De tantos momentos emotivos, otro fue el brindis de Enrique Ponce, “me guardo para mí lo que me dijo. Todo lo que hizo esa tarde conmigo nunca lo olvidaré, le estaré eternamente agradecido y hace que le admire todavía más si cabe”.

Y otra de las notas más destacadas de la tarde, fue la cantidad de gente joven que se concentró en la plaza, “el mayor orgullo que
tengo es el de llevar tanta gente joven a la plaza. ¿El motivo?, pues hay un trabajo de conectar con la juventud, de estar en la sociedad de hoy en día”
. Diecinueve meses y diecisiete días después de verle la cara a la muerte, Gonzalo Caballero ha vuelto a sonreír a la vida, “y al toreo, que es mi razón de ser”.

Texto: Vicente Sobrini (Avance Taurino)

 

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