PABLO AGUADO

“El toreo es sencillez, clasicismo y naturalidad”

lunes, 21 de junio de 2021 · 16:36

El torero sevillano Pablo Aguado viene de triunfar con fuerza en la feria de Granada. Despues de la campaña 2019, es uno de los coletudos del actual escalafón que más cosas tienen que decir. Según  Marcial Lalanda, en el toreo se puede aprender todo; el oficio, la técnica, la profesionalidad, incluso adquirir valor a base de seguridad. Pero no el arte, que lo envían desde arriba. El que usted tiene.

Yo intento ser natural. Hacer las cosas que me salen en cada momento. No todos los días se siente lo mismo. Pero yo trato de hacer las cosas que me nacen, expresar mis propios sentimientos. Y si encima eso lo capta el público, bienvenido sea.

Cuales fueron sus principios.

Yo tengo afición desde niño. Siempre tuve inquietud por la tauromaquia. A los siete años ya jugaba al toro con uno de mis hermanos. A los diez años, como regalo de primera Comunión, les pedí a mis padres torear una becerra. Aquello salió como salió, pero fue muy importante para mí el ponerme delante y vivir la experiencia. Yo me lo tomaba como un juego. Luego dejé de torear, porque me dediqué a estudiar y hacer una carrera, tal como me sugirieron mis padres. Pero bueno, yo tenía claro que quería ser torero. En aquello influyeron no solo mi abuelo, que era ganadero, y mi padre. Sobre todo fue la tierra. En Sevilla uno está rodeado de gente, de aficionados, de carteles de toros. Esto contribuye a incrementar el interés por los toros. Es una vocación que te llena, y que te va a envenenando día día. Luego fui durante un año a las dos escuelas que hay en Sevilla.

Su primer maestro.

Ya en plan profesional, Luisito, quien había sido matador de toros y había apoderado a Emilio De Justo. Con el comencé a torear ya con más intensidad y con un sentido más profesional.

Sevilla ha sido una plaza clave en su carrera, donde de novillero sin caballos ya cortó allí dos orejas.

Sí, gané el concurso de novilleros de las nocturnas. Luego fui a Ronda, a la feria de Calasparra, a Bayona. Iba a sitios buenos y plazas importantes. Más tarde, mi debut en Madrid con caballos, aunque no se remató la tarde, me abrió muchas puertas. Tuvo mucho eco, y por eso pude entrar en otras plazas importantes.

Después de torear como novillero en buenas plazas, tomó una alternativa de lujo en San Miguel el 2017 en Sevilla con Enrique Ponce y Alejandro Talavante.

Era una fecha soñada. Tomar la alternativa en tu tierra, en una feria importante, y con un cartel de lujo. Un sueño. Lo que me dijo Enrique en la alternativa queda entre nosotros. Son cosas de toreros, que se quedan en la plaza. Pero me dijo algo así como que había que respetar mucho la profesión, y a los compañeros. Que es una profesión muy bonita pero muy exigente.

Y luego la tarde del 13 de marzo de 2019 en Valencia, la afición valenciana intuyó que en usted habia madera de torero importante. La gente descubrió un torero a seguir.

Para mí fue una tarde muy decisiva. Era un año importante para mi carrera, de consolidación. Estaba anunciado también en Sevilla y en Madrid, y lo de Valencia tenia que suponer un punto de inflexión y de partida. Llegué con la necesidad de triunfar. Y sobre todo, con esos miedos que se tiene. tras el parón del invierno, después de haber estado tiempo sin pisar una plaza. Sin ser un triunfo grande, ni rotundo, corté una oreja a un toro de Alcurrucén y pude sacar mi concepto y afianzar en lo que yo sentía como torero. Fue muy positivo.

Y a los dos meses, llega a Sevilla y se entretiene cortar cuatro orejas y abrir la Puerta del Principe alternando con Morante de la Puebla y Roca Rey. Casi nada. Debió sentirse usted cerca del cielo.

Uno sueña con triunfar, con estar bien, pero nunca se imagina una cosa tan rotunda. Puedes intuir que estarás bien. Yo estaba confiado en mi preparación. Pero para cortar cuatro orejas en una misma tarde se tienen que dar muchos factores y no es fácil. Morante y Roca Rey son dos figurones y esa tarde dieron al100%. Ellos no me dijeron nada. En la plaza el torero tiene sus propias preocupaciones y sus miedos, y va a cada uno dentro de sí mismo. Sacas el amor propio, te entregas y te concentras en lo tuyo. Y también se entrega5ron al máximo.

Después de un triunfo tan grande, no era fácil tener los pies en el suelo.

Hombre, digerir un éxito tan grande no es fácil. Te entra la resaca del triunfo. En ese momento eres consciente de la importancia que tiene lo que has hecho. Vas toreando y vas asimilando cosas. Pero hay que tener los pies en el suelo. Muchos toreros han tenido grandes triunfos y luego por confiarse y dormirse se les ha ido. Te dejas ir y la corriente te lleva. Es difícil mantenerse y muchos a los que se les ha ido es porque se han dejado llevar. Cada día es un ejercicio de vuelta empezar. Hasta en los tentaderos una becerra te puede poner en dificultades  y hacerte pasarlo más y generarte dudas. Hay que ser cauto, cada vez que te pones delante de un animal siempre es distinto y hay un misterio por resolver.

A los pocos días va usted a Madrid y dicen aquello de “Silencio, torea Aguado”.

Aquello fue muy bonito. Se pasa muy mal antes de torear y cuando ves que te reciben con calor y ganas de verte, te da tranquilidad para expresarte. Madrid solo tengo palabras de agradecimiento. Se pasa muy mal antes de torear y sentir que te reciben con calor y ganas de verte, te da tranquilidad para expresarte. Fue apenas una semana después de Sevilla. Llegaba con miedo muy grande, con mucha responsabilidad, con mucha inseguridad e incertidumbre. Revalidar un éxito como el de Sevilla en Madrid no es fácil. Pero cuando ves ese silencio, esa expectación de la afición, te creces y eso te hace sentirte más torero y venirte arriba.

Madrid  es una plaza donde por cierto ha cobrado bastante tanto de novillero como de matador.

Así han sido las cosas. De novillero ya me dieron una cornada y de matador tanto en Madrid como en Vistalegre otras tantas. Pero son cosas del oficio y de la profesión. Yo me lo tomo como una casualidad, azar, cosas del toro.

Cómo supera uno las cornadas.

Yo no las he tenido graves. La recuperación de la de Vistalegre fue rápida, siempre depende del tipo de la cornada. Tuve una buena atención y luego un buen fisioterapeuta. Esta cornada me hizo sentirme torero, porque fue entrando a matar. Yo sabía que podía llegar el percance y estoy orgulloso de ello. Depende de cada cogida, pero siempre que te cogen tratas de buscar el porqué. Y tienes que asumir este riesgo.

 

Foto: Arjona - Lances de Futuro

 

El doctor Enrique Crespo alabó el temple que exhibió en la enfermería de la plaza de Vistalegre.

La verdad es que estuve tranquilo, porque vi que la cornada no sangraba mucho y eso me dió tranquilidad. Luego estás ya con los médicos, ves que estás en buenas manos, te relajas. Y sobre todo porque tenia la satisfacción de haberlo dado todo como torero en la plaza. Eso te deja muy tranquilo. Y luego ya estaba relajado y con los efectos de la anestesia lo asimilé bien.

Usted siempre habla del clasicismo y la medida.

Eso es lo que más me llena como torero, aunque a mi todos mis compañeros me provocan admiración porque de cada uno tiene cosas para aprender. Pero como aficionado, a mí me sale hacerlo así, con sencillez y con naturalidad, como lo siento. Y si esa expresión llega a los tendidos, ver emocionarse a la gente con lo que has hecho como artista, es lo mejor que hay. Esto tiene que surgir y primero emocionarte tú y si te sientes, te emocionas y eso transmite a los aficionados.

Y hay que contar con el toro.

Hay que amoldarse a las circunstancias y a sus embestidas. Y a base de intuición va surgiendo las cosas. Está la inspiración, y de cómo embista el toro. Con todo, una vez delante uno ya sabe lo que tiene que hacer. La responsabilidad es peor antes de la corrida, pensando en el compromiso que tienes, en el público, los compañeros. Pero una vez está uno delante  te olvidas de los demás y ya puedes resolver tú mismo.

Debe ser estimulante que hablen de usted como torero de Sevilla. Como lo fueron Curro Romero, Pepe Luis Vázquez o Morante.

Eso es una gran responsabilidad, una gran carga. Es bonito que lo digan, pero yo huyo de ese calificativo. Son palabras mayores. Que te metan en una línea asi está bien. Pero aquellos eran unos genios, dioses de la tauromaquia. Son toreros que a mí me llenan. No te puedes quedar con uno solo. Pepín Martín Vázquez, Pepe Luis Vazquez, Curro Romero, Manzanares Curro Vázquez. Todos los toreros tienen virtudes y si son los de arriba es por algo y de todo se aprende.

Y es bueno tener como apoderado un torero.

Eso te da confianza, que te aconseje alguien que también se ha puesto delante, que siente lo mismo que tú, que ha vivido como tú. Curro Vázquez es una referencia para todos los toreros. Y él se fija en muchos detalles, te da confianza, te deja desarrollar tu concepto. Te  comenta las cosas, te ayuda a buscar las soluciones, a mejorar la técnica.

A veces es difícil abstraerse de las circunstancias para poder torear.

De todas las artes, es en el toreo y en la música donde tienes que estar bien e inspirado a pesar de las circunstancias. Hay que amoldarse a como te sientes e ir regulando. Sobre todo, que siempre te encuentres preparado a pesar de que no tengas un buen día. Eso es lo importante.

Usted da valor a la sencillez.

La naturalidad, la pureza. Torear despacio. Poner sentimiento y sensibilidad. Es lo que me sale, y torear despacio y que tu cuerpo y tu sentimiento vayan detrás de las embestidas. Para eso hay que tener valor, para que el toro pase despacio por debajo y por la barriga. Valor, decisión, y ganas de hacerlo.

Además de torero usted es universitario. Sus padres le hicieron estudiar.

Así es. Soy Graduado en administración y dirección de empresas. La cuestión no era tanto el debate de torear o estudiar como convertir los estudios académicos en un bagaje de cultura y de formación que refuerza la propia arquitectura humana. Me siento torero, pero me interesa instruirme. La Universidad te da una formación, una cultura, una arquitectura mental, y es importante para formarte como persona y tener la cabeza bien amueblada. Yo a todos los chavales les digo que no tienen que dejar de estudiar, porque esto te da una visión general de la vida.

Usted tendrá una visión de la empresa taurina desde su perspectiva universitaria.

El empresario taurino depende de muchos factores distintos. El toro, los ganaderos, los veterinarios, la policía. El tiempo, la climatología. Tiene mucho mérito porque se juegan su dinero, invierten muchas horas de trabajo y hasta última hora siempre hay incertidumbres. Es duro, pero gracias a ello se dan las corridas. Tienen muchos flecos difíciles de coordinar a la vez. Yo desconozco lo que es esta vida pero debe ser muy complicada.

Ahora vienen las cosas mejor se ha superado la pandemia parece que se ve todo con más optimismo.

La madurez te ayuda a llevar todo esto. Los años te hacen tener la mente más clara y más asentada en lo que quieres. Mis objetivos son sentirme bien en la plaza y poder pensar y desarrollar delante del toro y con eso, lo demás vendrá por añadidura.

 

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