RICARDO GALLARDO

“El toro es una máquina de gastar”

viernes, 9 de julio de 2021 · 16:53

La ganadería de Fuente Ymbro se creó en 1996 tras la compra de reses que realizó un empresario de la industria del mueble de la provincia de Córdoba, Ricardo Gallardo, al ganadero Borja Domecq, propietario del hierro de Jandilla. El fenotipo de sus astados posee el mismo tipo de encaste, Juan Pedro Domecq, vía Jandilla. Los toros de Fuente Ymbro tienen pintas negras, coloradas, castañas, tostadas e incluso a veces jjaboneras y ensabanadas, estas últimas por influencia de la casta vazqueña. Lucen divisa verde y están herrados con una omega con una cruz y una “G” inserta dentro de ésta.

Ricardo Gallardo ha sufrido en estos tiempos de pandemia, tanto la enfermedad en sus propias carnes, con en la de algunos de sus grandes amigos y también le ha repercutido lógicamente la situación de su ganadería.

Así es, afortunadamente yo me recuperé y estoy bien. Pero a mi amigo Borja Domecq, que era un hermano para mí, se lo llevó por delante. Lo cierto es que son las cosas que te trae la vida y no se puede hacer nada.

Usted con Borja formaba, podríamos llamar,  una unidad de destino en lo universal.

Yo me dedicaba y sigo dedicándome a la industria del mueble. Y por la amistad con Borja me fui acercando al toro, que es mi pasión y mi afición. Él me decía que tranquilo, que los toros donde mejor se veían era desde el tendido o desde la barrera. Pero luego, yo me fui envenenando y al cabo de 4 o 5 años ya no le hice caso. Y esto de ser ganadero me ha dado momentos maravillosos, en los que disfrutado mucho. Y también lógicamente preocupaciones, para qué negarlo. En los toros no se puede emprender nada sin afición; nunca me habría metido a ganadero por el aspecto lucrativo. Los toros me han dado relieve social y el disfrute de la fiesta y de mi afición, fuera de mi profesión. Mi relación con Borja era algo más que una amistad. Éramos como de la familia. De hecho, sus hijos son como si fueran mis hijos. Fue una relación personal muy estrecha. Y su desaparición supuso para mí un trauma. De esos palos que da la vida y hay que aceptarlos. Borja y Pepe Moya eran de los cuatro o cinco grandes amigos que uno tiene en la vida.

A usted se le ve satisfecho de su faceta de criador de reses bravas.

Así es, yo voy logrando objetivos. Desde 2002 he estado presente en todas las ferias. Y jugando en la Champions del toreo. Luego también he tenido la suerte de colaborar a formar otras ganaderías como la de El Parralejo, de mi amigo Pepe Moya. Y colaborar con él para que disfrutaste como ganadero como Borja me hizo disfrutar a mí.

Cuál fue el día clave en el que decidió hacerse ganadero.

El día de la primera comunión de mi hija. Era la feria de Jerez. Y ese día decidí ya comprarle a Borja vacas y sementales. Y empezó una vida apasionante e intensa, porque  hay que dedicarle muchas horas para atender bien la ganadería. Yo, gracias a Dios, he contado siempre con un buen equipo. Extraordinario. El tío Perico, y luego Alfonso el mayoral, es un gran profesional y me ha ayudado mucho y me ha quitado la necesidad de dedicar más tiempo a la ganadería. Alfonso entró el primer día en FuenteYmbro. Era picador y se lo tuvo que dejar para tener tiempo y de la dedicación exclusiva a mi hierro.

Ustedes adquieren antigüedad un 17 de marzo de 2002. Una novillada con picadores que lidiaron Leandro Marcos, Javier Valverde y Andrés Palacios

Así es, y a partir de aquel momento pasé a tener una trayectoria importante. Yo siempre he buscado toros que tengan carácter. Un carácter que si se puede controlar, e ir haciendo y pudiendo al toro y llegar a torearlo, da  una emotividad extraordinaria. Porque lo importante en esta fiesta es tener que hacer y poder al toro, no que este salga ya dominado desde los chiqueros. Y eso, en las plazas grandes, en las plazas de primera, da mucha consistencia. Y tiene su impacto. En las ferias pequeñas las figuras van con sus toros debajo del brazo. Madrid, Pamplona, Sevilla y Valencia son algunas de las ferias y plazas en las que siempre hemos estado. Porque tengo la dicha de poder decir que en las ferias grandes, en las que hemos entrado, no hemos salido nunca más de ellas. A Pamplona llevamos yendo diecisiete años, en Madrid hay años en los que he lidiado seis festejos, o tres en Valencia. Y la verdad es que es una satisfacción meter la cabeza en plazas importantes y que se sigan acordando de uno año tras año. Por eso tengo la satisfacción que, donde hemos ido, nos hemos quedado. Sobre todo en las plazas de primera. Y eso que en estas exigen un trapío más grande, y por tanto con ese volumen es más fácil que no anden los toros. Porque hay que llevar un toro muy fuerte, muy bien presentado, con volumen, con mucho trapío, y eso les hace difícil de embestir.

Y luego da la impresión que las figuras les hacen ascos a sus toros.

No, tampoco es eso. Las figuras con nuestros toros han podido triunfar siempre. Lo que pasa es que generalmente quieren matar toros de cuatro o cinco hierros muy concretos, y de ahí no salen. Piden Cuvillo, Juan Pedro, Garcigrande, porque son en las que ellos están metidos. Creo que hay corridas para todos, pero esto está así. No hay duda de que el que maten tus corridas las figuras ayuda, porque el malo no sirve a nadie pero al toro mediano le hacen bueno y al bueno le hacen mejor. Nosotros sido y somos una de las ganaderías más premiadas en todas las ferias. Como digo, las figuras han triunfado con nuestros toros. Pero a veces les cuesta hacer el esfuerzo por el carácter que estos tienen. Hay toreros que se niegan a torearlos, como Ponce o Manzanares y no la quieren. Y eso que Ponce ha triunfado siempre con nuestros toros, pero luego es el que más nos ha quitado de sus corridas. La última nuestra que toreó fue en Úbeda. Se quiso quitar del cartel, pero el alcalde le obligó a torear. Triunfó y esa misma noche su suegro me llamó por teléfono a la una de la mañana para comprarme cinco corridas de nuestro hierro para la temporada siguiente. En esto del toro hay muchos intereses, y muchos manejos. Y nosotros somos independientes, no nos dejamos influenciar ni por los toreros ni por los taurinos ni por los empresarios. Seguimos nuestra línea de trabajo y hacemos el toro que nos satisface crear.

En Valencia se recuerda a aquel Harinero que indultó Perera.

Fue un toro muy importante en la ganadería. Que luego fue padre de Jazmín, un toro que indultó Matías Tejela en Mont de Marsan. Es una reata que dió muy bien. Una reata muy de Jandilla. Y este Jazmín luego padreó seis sementales. Y también Espléndido, lidiado en Murcia el 14 de septiembre de 2005 por Perera.

Usted es un ganadero que tiene el récord de indultos, con 43, pero luego ha tenido la generosidad de negarse a indultar hasta cinco toros cuando la gente lo pedía.

Efectivamente. Cuatro toros fueron de Perera en Murcia, Logroño, Jerez y Zafra y El Fandi. Cuando he considerado que un toro no tenía cualidades para el pañuelo naranja, he dicho que lo mataran, porque no lo iba a echar a las vacas. Por eso decidí no indultar esos cinco toros. Y que me llame un presidente para decirme que van a indultar el toro y yo negarme, como pasó en Logroño. Aquel era un toro que tenía muy buenas hechuras, venía de punta a punta de la plaza y se iba los engaños con alegría, pero luego le costaba pararse en la muleta. Y el de Zafra también tenía sus inconvenientes, Miguel Ángel Perera le ayudó mucho a romper, porque él es un torero que ayuda mucho a los toros. Pero yo, por el conjunto de su juego, no lo quería para padrear. Pienso que un ganadero tiene que tener las cosas claras en cuanto a lo que quiere, y humildad para renunciar a un premio con un indulto si luego el toro no te va a servir para padrear en la ganadería.

El aficionado a veces se pregunta cómo se recupera un toro indultado de las lesiones de la plaza.

Antes era más complicado, ahora las técnicas han mejorado mucho y se pueden curar. Lo importante es poner drenajes, y que los toros vayan curando de abajo para arriba, con lo que se evita que se produzcan gangrenas. Solo se nos ha muerto un toro indultado. Y no fue por las heridas, sino producto de una insolación. El toro Sabueso, que nos indultó Finito de Córdoba en Almagro. El toro estuvo en el campo dos o tres días al sol y se murió, pero no de las heridas.

Hablando de Finito, él es parte importante en su ganadería.

Es un gran torero, una gran persona y un gran amigo. Un torero de época. De los que entienden a los toros. Y está muy identificado los toros de nuestra casa. Pero todos los toreros pueden estar bien con nuestros toros, como Perera, como el propio Finito o Diego Urdiales. Y recientemente Juan Leal en Bilbao y en Nimes, un torero nuevo que sin embargo han lucido muchísimo con nuestros toros. A un toro que obedezca, por muy encastado y mucho poder que tenga, un torero es capaz de pegarle pases.

Cómo se consigue en los tentaderos ese toro con carácter con su punto de bravura y emoción.

Hay que buscar los caracteres. Yo lo consigo siguiendo una lema que tengo y que dice: “no permitiendo”. Si no meten la cara abajo, ni obedecen o hacen cosas que no veo claras,  las vacas y los toros no pasan. Porque se debe  buscar el formato que deseas y conseguir lo que necesitas. Aunque ello suponga tener que sacrificar cabezas. Y aun así hay veces que se transmiten los defectos. Porque luego puede fallar, pero si la vaca y el padre han metido bien la cara en su momento, lo normal es que las crías lo hagan también.

Pero es un trabajo de selección y se debe ser muy exigente.

Eso supone rechazar muchos animales, y esto en verdad que no es un negocio. Yo siempre digo que el toro es una máquina perfecta de gastar, que el toro se limita a dormir y gastar. Hay que echarle de comer, vacunarle, cuidarlo. Y luego hay veces que después de cuatro años, cuando ya está preparado para saltar a la plaza y ser lidiado, se estropea el día antes y has tirado todo el dinero. Y más gastos, desde vallas a alambradas. O rompiéndose sus pitones o dañándose la vista con nubes cuando se echan arena a los ojos.

Un toro cuesta mucho de criar.

La media son unos 5000 € si pones un toro con la seriedad exigida en las plazas importantes. Y ahora te dan 300 € en la industria cárnica. Yo cuando compré la ganadería tenía un total de 2.300 cabezas al empezar. Y el 60 % de esas cabezas no producen. Son vacas, erales, que no dejan dinero. Pero gastan. Los números es muy complicado que salgan.

Una manera de evitar pérdidas es el tema de las fundas.

En su momento muchos de mis compañeros se echaron las manos a la cabeza. Lo dudaron, y ahí se lucieron. Porque nosotros movemos mucho los toros, le llevamos a un sitio a otro. El problema es el desgaste de los pitones, que no se rompan. La finca nuestra no es sierra, es una medio campiña. Se forman muchos regajos por el agua y donde están los toros no hay arboleda. El toro busca mucho dónde rascarse y utiliza mucho esos regajos y se lía con las paredes del regajo a darse con los pitones. El toro de Domecq es de pitón blando y se gastan mucho.  Se pueden comer hasta la mitad de un pitón. Lo  de Núñez tiene el pitón más duro y se gasta menos. Yo tengo que prever las corridas. Y ponerle las fundas para evitar lesiones. Y además, con las fundas, se evita lo que pasaba antes, que un toro derrotaba en el burladero o en el peto y salía con el pitón floreado enseguida.

Y también sufrió durante una temporada la enfermedad de sus toros.

No fue exactamente una enfermedad, fue una manipulación del pienso. Y en tres o cuatro meses los toros tenían el hígado como si hubieran tenido hepatitis. Fue un pienso al que le pusieron grasa que llegó al hígado, y perjudicó mucho a los toros, a su comportamiento y a su juego. La verdad es que fue un año muy complicado.

Como ahora, que se están viviendo malos tiempos y hay que adaptarse.

Hay que adaptarse a la realidad. Y se deben sacrificar animales para amoldarse a las circunstancias. En 2019 tenía 14 corridas de toros y 12 novilladas. Para este año 2021 pueden ser la mitad. Hemos tenido que lidiar cinqueños. Para este año teníamos seis corridas y a lo mejor lidiamos dos. Y a mí tampoco me gusta lidiar cinqueños. Este año entre vacas y toros hemos tenido que llevar 800 ejemplares al matadero. Hay que dejar de lado los sentimentalismos. Hay que utilizar criterios prácticos. Tiramos de papeles y, según los productos dados, escogemos unos u otros animales. Además del 50 por ciento de las hembras, han ido al matadero más de 30 sementales de un total de 63. Nos quedamos con 24 o 25 y conservamos reatas abiertas para no perder ninguna familia. Y no me gusta tampoco el toro de seis años. Ni incluso el de cinco, porque supone aumentar un 20 % de gastos y problemas. Si con cuatro años cuesta mantener un toro, con 20 % más de coste se encarece mucho más el producto. Y además este año tampoco está el toro en la calle, los festejos populares de los que tantos hay en la Comunidad Valenciana. Es un tema que se debe de arreglar.

Las perspectivas para esta temporada.

Están habladas cosas en Sevilla, Madrid, Albacete, Málaga, Nimes, Zaragoza. Para Valencia teníamos una novillada que finalmente no se lidiará. Se está toreando más este año, pero con la marcha corta y con el dinero muy corto y así no salen las cuentas. Porque los ganaderos tenemos una estructura fija de gastos: la finca,  los tractores, las instalaciones, el pienso, los veterinarios, la sanidad, el personal fijo. Para los toreros y los empresarios son distintos los planteamientos, porque no soportan tanta estructura. Nosotros nos tenemos que adaptar. Y encima no tenemos ningún tipo de ayudas por parte de la administración. Pero vamos a intentar seguir adelante. Ahora lo importante es la salud y salir de ésta.

 

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Satisfacción
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30%
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Indiferencia