VICENTE RUIZ "EL SORO"

"Antes se vivía todo con más torería, con menos distanciamiento"

viernes, 14 de enero de 2022 · 07:36

Vicente Ruiz el Soro acabó el año 2021 de una manera más que feliz. México, que es como su segunda tierra, fue escenario de un elevado número de noticias agradables relacionadas con su figura. La primera de ellas, el nacimiento de su primer nieto, Andrés Gael Calette Ruiz

Nació en la localidad estadounidense de San Diego. Es el primer vástago de mi hija María Suzette y de su marido Andrés Calette. Es medio español, medio indiano. Todo fue bien. Es guapo y torero. Me ha dado una gran felicidad y me ha llenado de orgullo este nuevo miembro de la dinastía Soro. Estoy muy feliz e ilusionado. Yo no sé si le enseñaré a torear, pero sí le enseñaré a amar y querer la fiesta y a los toros. Es de las cosas más bonitas que me han pasado en la vida. Y mira que me han pasado buenas.”

El Soro es una persona positiva, porque la vida también le ha dado fuerte. Y como se dice en el argot, ha pasado usted muchas veces “las de Caín”.

Así es. Dios me ha puesto a prueba muchas veces. La vida me ha dado reveses, en lo físico en forma de lesiones, en lo moral, en lo económico. A veces tampoco he sabido estar yo a la altura de las circunstancias. Pero no tengo más que dar gracias a Dios por todo lo que me ha dado. He estado en muchas ocasiones al otro lado de la orilla, cerca de morir, y el Señor me ha concedido una prórroga. Es eso que tú sueles decir siempre, que vivimos de las propinas de Dios. Dios me las ha querido dar, y yo las tengo que aprovechar para tratar de ser cada día mejor, ser feliz y tratar de hacer felices a los que me rodean.  Y difundir un mensaje de amor por todos los rincones del mundo. Esta es mi obligación ahora.

En México le trataron con una gran categoría. Estuvo en Tijuana, en Cinco Villas, en el DF y en Puebla, donde le hicieron un gran homenaje en recuerdo haber sido uno de los espadas que inauguró su plaza de toros.

El periplo comenzó cuando nos recibió el cónsul de México en San Diego, Carlos Gutiérrez. Se celebraba el 140 aniversario de este Consulado. Se hizo una reunión fantástica en la que hubo muchos toreros como Eloy Cavazos o Morante de la Puebla. Se habló de toros, de cultura, de España y de México. Luego Pedro Sáez hizo una propuesta para dedicarme una calle en México. He toreado mucho allí, Celaya, Aguascalientes…

Puebla fue especial y allí le rindieron un homenaje.

“Fue en la plaza de toros El Relicario, con motivo del aniversario de la inauguración de este coso. Fue el 19 de noviembre de 1988 y aquel día actué con David Silveti y Jorge Gutiérrez con ganado de Reyes Huerta. David ya no está con nosotros y Jorge está pasando unos momentos personales complicados. Pero tienen todo mi cariño y apoyo. Fue muy emotivo y más porque por parte del empresario y presidente de la Asociación Mexicana de Tauromaquia, Pedro Haces Barba, se hiciera un discurso en defensa de la fiesta de los toros cuando se descubrió una placa en mi honor. Luego que me descubriesen una placa, o dar una vuelta al ruedo con mis compañeros, El Zapata, Jerónimo y Arturo Macias. Sentir el calor y el reconocimiento del público, su cariño, su afecto.”

Incluso también en México pudo lucir en su segunda actividad artística, como es tocar la trompeta.

En Puebla lo pude hacer y les devolví el cariño interpretando el “Ave María” de Schubert. Además, para corresponder al brindis que me hizo Jerónimo toqué un fragmento del segundo movimiento del Concierto de Aranjuez y luego dos dianas floreadas, para agradecer los brindis del propio Jerónimo y El Zapata.  Es muy emocionante y satisfactorio y que todos mis compañeros en activo estén a mi lado. Eso no se paga con dinero.

Y llegó a la Monumental de México, y su compañero Antonio Ferrera le brindó un toro.

La monumental es una espinita que yo tenía clavada, porque nunca había podido torear en este coso de Insurgentes, por las circunstancias. Que Antonio me diese un monterazo, que me brindase un toro, y que la gente me ovacionase puesta en pie, 45.000 espectadores ovacionando es impresionante. Y en una corrida tan importante como la Guadalupana, en homenaje a la Virgen de Guadalupe. Qué más puedo pedir. Es una cosa recíproca, yo le tengo cariño a México y México me lo tiene a mí. Sigo aquí más presente que nunca, incluso que cuando toreaba. Recordar es volver a vivir. Y para mí ha sido extraordinario.

Como decimos, México en su segunda casa.

Aquí toreé, aquí viven mis hijos María Suzette Tito y Marina. Están todos bien, con su carrera, con sus trabajos, estoy orgulloso de ellos. Como yo digo, en su momento hice un cruce Saltillo y Parladé y salió bien.

Hasta colaboró en retransmitir una corrida de toros en Cinco Villas reforzando esa su faceta periodística con la que triunfa en su programa de radio “Toros con el Soro”.

Pues sí, mi compañero Juan Antonio Hernández me invitó a subir a la cabina de retransmisión y desde allí poder comentar las incidencias del festejo junto con Juan Antonio de Labra y narrar una gran faena de Finito de Córdoba. Lo dicho, muchas emociones, mucha alegría, muchos recuerdos. Esto te da vida. Y lo que digo, a pesar de los malos momentos que uno pasa, todo esto compensa.

No le faltan proyectos para el año 2022.

Gracias a Dios es así. Sigo con mi programa de radio, que gracias a la redifusión se puede escuchar no sólo en España sino en todos los países de Iberoamérica. Hay un proyecto de televisión. Por supuesto, este año también tendremos la entrega de los trofeos “Toros con el Soro”. Es un acontecimiento que empecé a organizar con mucha ilusión, y es una satisfacción comprobar cómo año tras año el Teatro Olympia se llena de público y los invitados, muchos de ellos de gran prestigio,  responden a mi convocatoria. Es una manera también de difundir los toros y la cultura, que es la obligación que tenemos los que hemos ido profesionales del toreo.

Y en lo físico, queda ver el tema de la pierna.

Ahí vamos trasteando. A ver si este año ya le encontramos una solución definitiva. De todas maneras, a mí estar en la silla de ruedas no me supone ningún parón. Yo sigo acudiendo a conferencias, presentaciones, a todos los sitios donde me llaman. Me vengo arriba en el castigo. Y he de decir que gracias a que tengo una familia maravillosa. Mi mujer Eva, que me apoya y dirige la lidia. Mis amigos, mi familia, mi gente. Yo he tratado siempre, a pesar de que a veces me pueda haber equivocado, de sembrar cariño y afecto entre los que me rodean. Y lo más bonito es tener su respuesta.

El cariño y el afecto de la gente es algo impagable.

Es lo que te queda en la vida. Hacer el bien a la humanidad y de paso a la tauromaquia. Difundir sus valores, evangelizar en el toreo a los niños, que vayan en el campo, que conozcan la tauromaquia y se imbuyan de los valores que tiene. Eso es lo que nos toca hacer. Yo estoy aquí para hacer una labor evangelizadora. El toreo es fuente de valores, de riqueza y de cultura y hay que tener fe y esperanza en la fiesta de los toros. Yo le pido a Dios que esto nunca se acabe. Tenemos que juntarnos frente a los antitaurinos y estar unidos en un proyecto que una a todo el planeta taurino: asociaciones de ganaderos, de empresarios, de toreros, la Fundación del Toro de Lidia. Debe estar prohibido prohibir, como hacen los políticos. Y es que no se pueden oponer a la cultura histórica de todo un pueblo, algo que es tan tradicional y cultural y está enraizado en el pueblo español. Nos tienen que dejar tranquilos. Los políticos tienen que dedicarse a dar trabajo, a la seguridad, la sanidad, al bienestar. Ahora queda esperar que la pandemia nos deje tranquilos, aunque parece que no va a ser fácil. Pero que entre la ciencia y Dios le den la puntilla a esta pandemia y nos dejen vivir.

Y más deseos para 2022.

En estos tiempos tan convulsos por la sanidad, por la pandemia, por la crispación social, hay que realzar los valores de la familia, de la convivencia, de la hermandad, de la oración, de seguir al Niño Dios después de la época navideña. Se viven momentos complicados, pero tenemos que reconfortarnos unos a otros, apoyarnos, cuidarnos. Cuando hay amor se puede con todo.

En estos días no podría faltar un recuerdo de Ángel Teruel. Y ahora Jaime Ostos.

Los contrastes de la vida. Un nieto nace y un amigo desaparece. Yo con Ángel tenía una gran relación. Últimamente me decía que quería que apoderarse a su hijo ángel. En mi casa le quieren mucho porque además siempre le tuve a mi lado en los momentos más complicados. Siempre tuve su llamada, su apoyo, su ayuda y eso no se olvida. Y esas conversaciones taurinas que teníamos, ya le echo mucho de menos. Le voy a llorar mucho. Era un personaje entrañable, ha sido una gran pérdida y otro golpe que da la vida.

Una gran figura.

Imponía, era como un Dios en la tierra. Un sabio, un torero las 24 horas. En él se juntaban lo añejo y lo castizo, lo madrileño, la chulería, la torería. Y una notable altanería en el buen sentido. Pero te contagiaba ilusión y te hacía sentirte bien. Esa elegancia, esa prestancia. Yo toreé mucho con él, con Paquirri, con Esplá. Tenía señorío, un don, un vocabulario muy torero, muy añejo. Clase. Era un referente. Un genio con ingenio. Culto, guapo, un príncipe. En unos meses pasó de torear sin caballos a la alternativa. Fino y elegante en la plaza, gran profesional. Siempre me decía que había que rezar para que la fiesta no se terminase.

Un torero de otra época.

Así es. Antes se vivía todo con más torería, con más aproximación, con menos distanciamiento. Había más tertulias, más convivencia. Y ahora tenemos que aprovechar las experiencias de toreros que con todavía quedan con nosotros como el Viti, Paco Camino. Y de ellos tenemos mucho que aprender. Como Ángel Teruel, que aprendió los valores de los Dominguín. Ese poderío, esa forma de hablar, esa escuela de vida y de torería.

Y ahora Jaime Ostos, que también nos han dejado.

Otro palo bien fuerte. A Jaime también le tenía un cariño muy especial, Otro torero de época, un referente por su raza, su hombría, su afición. Por haberse enfrentado a esa pléyade de toreros grandiosos como César Girón, Camino, Diego Puerta, El Viti, Curro Romero, Antonio Ordóñez, Antonio Bienvenida, Gregorio Sánchez… La vida es dura, pero sigue y estamos obligados a dar ejemplo y testimonio los que seguimos aquí.

 

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