“Me siento un privilegiado”

El 16 de marzo está anunciado con novillos de El Pilar en la feria de Fallas. Después de un 2020 en blanco y de un 2021 en el que hizo siete paseíllo para lidiar varios de los hierros más complicados del campo bravo, la ilusión de Jordi Pérez “El Niño de las Monjas” toca el cielo, aunque poco podrán ayudarle en este trance “sus madres”, las monjitas de los desamparados. 

¿Dónde te pilló la pandemia, en la ciudad o en el campo?

En Valencia, en el Hogar San José de la Montaña de las Madres de Desamparados, donde me crié desde pequeño, y por fortuna allí pude entrenar el físico y el toreo de salón.

Pese a que fue un año muy complicado, la temporada pasada toreaste siete tardes.

Sí, es para estar contento, y estoy muy agradecido al trabajo de mi apoderado. Fue una campaña fundamental para mi crecimiento, tanto personal y como artístico. Aunque numéricamente no corté las orejas que hubiese querido, fue muy importante para adquirir madurez.

¿Quieres decir que has notado una evolución?

Totalmente. Al principio me costaba todo mucho más, y ahora soy capaz de ver las complicaciones de los animales muy pronto y de encontrar soluciones. Todo eso me lo han dado las novilladas en las que he participado y torear en el campo.

El año pasado te las viste con animales de Adolfo Martín, Pablo Mayoral, Baltasar Ibán, Aurelio Hernando, Cebada Gago… pocas divisas facilitas.

Me siento un privilegiado por haber podido torear todos esos encastes. No los rehuiría porque pienso que un torero debe acoplarse a todo tipo de comportamientos, eso te hace crecer profesionalmente.

¿Cuál es el más complicado que lidiaste?

Ufff… hubo varios. Pero quiero resaltar lo positivo. Para mí fue un gustazo torear lo de Adolfo. Estuve tentando en su casa y me lo pasé muy bien. Es un animal que está siempre desarrollando sentido. Cuando crees que le has cogido el tranquillo, él se te adelanta, y eso provoca que tengas que estar siempre atento. También me gustó mucho la movilidad de los de Baltasar Ibán. Es un toro encastado, con mucha transmisión, y eso a mi toreo le viene muy bien.

Tiene mérito lidiar estos hierros después de un año en blanco.

Psicológicamente 2020 me hizo mucho daño. Me afectó tener que estar encerrado siempre entre las mismas cuatro paredes y no tomar parte en ningún festejo. Por fortuna ya pasó y el presente es ilusionante.

Y el presente es estar anunciado en las Fallas de Valencia.

Estoy con la moral a tope. Conforme están las cosas no valen las excusas. Da lo mismo que sea en el ciclo fallero que en un pueblecito perdido en la geografía española. Todas las tardes son importantes y en todas hay que puntuar.

Lidiarás ejemplares de El Pilar. Buena ganadería, ¿no?

Me gusta la que sea. Nunca se sabe el toro que va a salir por chiqueros ni las complicaciones que puede sacar. Así que hay que estar preparado para enfrentarte a todo tipo de toros.