"Me merezco en Zaragoza un broche bonito para una temporada difícil"

Alejandro Marcos es un torero salmantino con un concepto basado en la búsqueda de la esencia de un toreo puro de riñones asentados y barbilla encajada, y es que este torero viene cuajando tardes importantes desde su alternativa en Santander. El público es consciente de ello por eso es un torero al que la afición espera ansiosa por verle triunfar en alguna plaza de primera para poder dar el salto a todas las ferias.

¿Cómo estás actualmente después de tu paso por Azpeitia, Salamanca, Dax o Zamora?

Pues con sensaciones diversas, por un lado con el orgullo de haber estado presente en este tipo de ferias y carteles de tanta categoría y por otro, la espina clavada de no haber podido obtener un triunfo rotundo en alguna de ellas.

¿Con qué faena de la temporada te quedas?

Me quedo con la faena a mi primero de Dax, creo que de haberla culminado como merecía podría haber pasado algo importante. En la tarde de Aire Sur l’Adour también sentí cosas grandes.

¿Es posible soñar cuando se torea?

Soñar se sueña dormido. Cuando se torea hay fases en faenas y momentos puntuales en las que tu mente se aparta para dejar fluir lo irracional, el alma, el conseguir ese estado puede ser parecido a estar soñando despierto, pero no lo mismo.

¿Echando la vista atrás qué ha cambiado en tu forma de ver el toreo?

Poco, cada día me doy cuenta de que me gustan el mismo tipo de toreros que cuando era un niño con mucha afición, me doy cuenta tanto con mis compañeros como cuando veo a un novillero, sigo sintiendo algo especial con unas formas y unos registros concretos que son los únicos que me conmueven.

¿A través del toreo puro cuesta más abrirse paso?

Abrirse paso cuesta muchísimo seas como seas. Lo que sí es verdad es que crecer, y llegar a cotas altas cuando se torea con tanta pureza requiere de mucha constancia, mucha técnica y sobre todo de mucho valor para que pasen muy cerca y muy despacio.

¿Qué sensaciones tuviste en Salamanca?

Torear en Salamanca siempre me alegra, me trae recuerdos de la ilusión con la que de niño iba a sacar mi abono para ver a mis ídolos, y sólo formar parte de la feria me hace muy feliz. Este año la suerte no me sonrió y no fue una tarde fácil para mí, pero pese a todo me fui con la conciencia tranquila de que fui Alejandro Marcos.

¿Cómo afrontas la cita de Zaragoza?

Con ilusión, y con la esperanza de poder cuajar un toro y matarlo por arriba. Creo sinceramente que me merezco un broche bonito en una temporada difícil. Tanto yo como toda la gente que cree en mí y me apoya nos lo merecemos.

¿Artísticamente en qué momento te encuentras?

Creciendo, buscando y con mucha inquietud por querer mejorar.

¿Qué sueñas que pase en Zaragoza?

Lo que te comentaba anteriormente, que el destino al que le estoy poniendo todo de mí para que sonría nos tenga guardado algo grande.