SÁNCHEZ VARA

“La corrida del domingo en Madrid me llega en un momento muy bueno”

miércoles, 20 de abril de 2022 · 12:20

Sánchez Vara está anunciado este domingo, 24 de abril, en la Plaza de Toros de Las Ventas, para lidiar junto a Luis Bolívar y Thomas Dufau astados de Saltillo y de Los Maños. Para pulsar el ánimo y las sensaciones del torero alcarreño a pocos días de actuar en el coso de la calle Alcalá nos hemos citado con él, relatándonos con qué intenciones acude a la Monumental madrileña y cuál es su preparación y mentalización de cara a este compromiso y a los que tienen que venir en la temporada 2022.

¿Piensa que el compromiso del próximo domingo en Madrid le llega en el mejor momento de su carrera?

Pienso que sí, lo que pasa que eso de alguna manera lo pensamos todos. Sin duda que por entrenamiento, por preparación y, sobre todo, por madurez y por la fecha, me llega en un momento muy bueno. Es un compromiso importante y una gran responsabilidad pero como me he preparado mucho, algo que por otra parte es habitual en mí, creo que me viene en un momento bueno.

A su juicio y con su experiencia, ¿Debe ser necesariamente distinta la preparación mental y psicológica de un torero cuando se va a enfrentar a este tipo de ganaderías, caso de Saltillo y de Los Maños, tan encastadas y exigentes?

Uno nunca puede bajar la guardia porque incluso en las corridas en las que vas más tranquilo también salen toros complicados, y al revés, en una corrida en la que se prevé que los animales saquen dificultades, entonces embisten mejor. Lo que hay que estar es con la mente muy abierta y mentalizado para lo que pueda ocurrir, olvidarte un poco del hierro del toro y ponerte a torear. Todos los animales tienen un número determinado de embestidas buenas, sólo que unos tienen 5 y otros tienen 60. Por esa razón, hay que tener la mente despejada para cuando el toro decida embestir, ser capaz de aprovecharlo.

En mi opinión, el saber lidiar un toro correctamente es algo fundamental en el toreo y que no todos los toreros saben hacer. Con estos toros, a los que hay que hacerle las cosas justas y medidas porque aprenden muy rápido y no suelen perdonar un fallo del torero, la lidia es todavía más importante, porque si no estás acertado después lo puedes pagar caro.

Pues sí. También hay que decir que dependiendo en el circuito en el que uno se mueva, te preocupas más de unas cosas que de otras. En mi caso, por ejemplo, me preocupo mucho de la técnica, de conocer los animales, de estar atento a cualquier reacción… y en otros casos pueden estar más preocupados de la estética. Cuando tienes que navegar con estas corridas, la estética, a veces, tienes que dejarla a un lado para lidiar a los toros. No sólo son importantes los naturales y los derechazos que se le dan a un toro sino también llevar a cabo una lidia correcta, colocar al toro en su sitio para ejecutar la suerte de varas, que la gente vea las complicaciones que tiene ese toro…, eso también es torear.

En la actualidad, sobre todo las personas que son menos aficionadas, centran su atención casi exclusivamente en la faena de muleta, olvidándose de los otros tercios, algo erróneo porque todo lo que se le haga al toro desde que sale por chiqueros influye posteriormente.

Sí. La suerte que tenemos los toreros que matamos esta clase de corridas es que la gran mayoría de público que va a la plaza son aficionados, de ahí que valoren mucho más todos esos aspectos. Decir igualmente, que en estos festejos no sólo es complicado el toro sino también el propio público, precisamente porque al ser aficionados son más duros y más exigentes.

Entre otras virtudes que usted posee, los aficionados valoramos mucho su capacidad y su oficio, cualidades que tampoco abundan hoy en día entre los matadores. Por ello, ¿Se siente un torero respetado y querido por el conjunto de la afición?

Sí. La gente sabe cómo soy y quién soy. Hay cosas que yo veo que hacen otros compañeros que, sin embargo, yo no soy capaz de hacerlas pero yo tengo mis armas y puedo hacer otras determinadas cosas que ellos, a lo mejor, no las hacen. Aquí lo fundamental es conocerse uno bien y que el público y la afición también te conozcan. Lo que sí que me gustaría es que un toro me regalara unas cuantas embestidas para poder pegarle 40 o 50 muletazos, para que la gente viera que también soy capaz de hacerlo. Mi entrenamiento diario no es para la guerra sino para torear bien un toro, pero cuando sale un animal que te quiere coger por todos lados hay que intentar por todos los medios de torearlo.

Contar con el aval del aficionado cabal y exigente, imagino que a uno también le debe reconfortar mucho, le servirá moralmente para seguir en la lucha.

Sí, pero también es una responsabilidad grande porque cuando la gente confía en ti no quieres decepcionarlos o que se sientan defraudados. Aunque es verdad que todos los días hay que demostrar algo, yo también he hecho mis gestas, como por ejemplo las corridas de Saltillo que he matado en Madrid o la que lidié el año pasado en Ceret de Reta de Casta Navarra. Por eso, el público ya sabe quién soy y cómo soy.

Supongo que conseguir triunfar con estos toros, tan exigentes y tan duros, le da al torero una satisfacción interior muy grande, al plantarle cara y ser capaz de darle réplica.

Sí, pero uno se da cuenta de eso cuando ha pasado un poco de tiempo. Por ejemplo, yo cuando veo vídeos míos siempre me veo fatal, no me gusta nunca. Después, cuando va pasando el tiempo, y ves con más perspectiva lo que has hecho, sí que es una satisfacción muy grande, pero con el afán de querer ser cada día mejor, es una lucha constante con tu cabeza.

Claro es que el torero vive en una insatisfacción continua y se pasa la vida buscando la faena que sueña, que puede que la haya hecho en alguna ocasión pero se da cuenta a posteriori.

Hay veces que yo no me he encontrado a gusto con un toro y después he visto el vídeo y realmente no he estado tan mal y, al contrario, veces que he tenido muy buenas sensaciones delante del toro y luego no me ha gustado nada lo que he visto en el vídeo. Hay que tener la cabeza en su sitio para no venirte abajo cuando las cosas no salen ni subirte a una nube cuando las cosas ruedan bien.

También hay que tener mucha afición y una mente muy fuerte para seguir ahí temporada tras temporada, teniendo que dar la batalla y navegar en esa clase de corridas y no venirse abajo.

Sí, yo la tengo, pero aparte de afición hay que tener otras condiciones. Yo estoy convencido que hace más el que quiere que el que puede, además yo tengo la suerte de que hago muchos tentaderos y eso te ayuda a mantenerte vivo, aunque hay veces que cuesta trabajo estar continuamente moviéndote de un sitio para otro. Por fortuna, yo voy bastante al campo, tanto en Portugal como en España, y cuando ves que ahí las cosas te salen bien, lógicamente, te da mucha moral.

También hay que ser consciente y aceptar el sitio que el destino o la suerte le ha deparado a uno en el toreo, acoplarte a eso, aunque sea muy duro, e intentar sentirte realizado.

A mí la profesión me ha regalado muchas cosas, porque cuando uno empieza es como un juego, después tu sueño es torear de luces, y a continuación debutar con picadores, y si llegaras a tomar la alternativa, imagínate. Pues ahora resulta que ya llevo 22 años de matador de toros y el domingo toreo en Madrid. Para mí eso es un gran regalo. En esta profesión, hay que tener mucha disciplina, en mayor cantidad que en cualquier otra, porque aquí lo difícil es mantener diariamente ese nivel de autoexigencia tan alto. Además yo soy de los que opinan que la suerte es muy importante en el toreo pero hay que dejarle un escaso porcentaje, porque si tú vas a la plaza esperando que el toro ponga el 50%, vas mal, ahora bien si tú te preparas, te mentalizas para que el toro ponga lo mínimo, supongamos el 20% y tú pones el 80% lo más probable es que la cosa salga mejor.

Lo que decíamos antes, acostumbrar al cuerpo y a la mente a hacer esos esfuerzos grandes en el campo, para que después en la plaza fluya todo más fácilmente y no cueste tanto trabajo hacerlo.

Yo cuando tengo que ponerme a punto, por ejemplo en la ganadería de Palha, donde siempre me han ayudado mucho, hay toros de rejones que se lidian en Portugal que, a veces, los echamos a la plaza para ponerlos al caballo de picar. Quieras que no esos animales ya han sido toreados, los han rejoneado y los han cogido forcados, entonces es importante superar eso y decir voy para adelante. Yo pienso que el entrenamiento tiene que ser más duro que la realidad porque si entrenando disfrutas mucho, después cuando salga el toro en la plaza sufrirás. Si estás preparado físicamente, tienes la cabeza en tu sitio y tienes oficio, puedes estar mejor o peor pero es muy difícil que aquello sea un caos.

Por último, hablemos un poco de las ganaderías que lidiarán sus toros el próximo domingo en Madrid, Saltillo y Los Maños. Decir que son dos divisas muy del gusto del aficionado que acude a Las Ventas y que, a su vez, han logrado éxitos importantes en sus últimas comparecencias en la Monumental madrileña.

Saltillo es una ganadería que tiene muchos seguidores y predicamento en Madrid, donde ha lidiado toros muy difíciles y también toros muy buenos, no pasa desapercibida. En cuanto a Los Maños, creo que es la primera corrida que lidia en Madrid, las novilladas que ha traído anteriormente sí que han salido muy buenas. El año pasado yo maté una corrida de Los Maños en Andorra y fue extraordinaria. Puede ser que se den las dos caras, es decir, que salga un toro que se deje torear y otro más complicado, al que haya que lidiar.

 

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