"En el toreo falta movilizar a los nuevos referentes y no trabajar con tanto desagradecimiento"

Pablo Santana es un diestro vallisoletano con una idea diferente a la que muchos toreros apartados de la actividad tienen, y es que este matador de toros sostiene un espacio destinado al impulso, desarrollo y creación de nueva esencia dentro de la tauromaquia. Un espacio cuyo fin último es la divulgación de la belleza de la tauromaquia en todas sus vertientes. El CIT, o también conocido como el Centro de Interpretación de la Tauromaquia, afincado en Alaejos (Valladolid) nace de la nada para reforzar las columnas vertebrales del toreo tanto con aficionados, profesionales, ganaderos o periodistas.

¿Cómo estás actualmente?

Querido y admirado Don Aitor. Me encuentro bien y mantengo a las personas mas cercanas con buena salud y cosechando éxitos.

¿Qué está haciendo Pablo Santana ahora mismo?

Pues saber esperar...  que no es poco a sabiendas que saber esperar también es un arte. Trato de vivir el día a día con paciencia y calma siendo muy preciso conmigo mismo y buscando en la nada cambios de avance positivos para mí y los que me rodean siempre bajo criterios claros y de responsabilidad.

¿En qué consiste el proyecto del CIT?

Bueno, en primer lugar el Centro de Interpretación de Tauromaquia no es un proyecto ni tampoco un negocio. El CIT es un espacio que se constituye en una época en donde al niño se le “pega” taurinamente hablando, se le traiciona y se le es desleal por personas que en ese momento manejaban la tauro mentira. El CIT es un lugar creado con mucha ternura y cariño, a gusto. En donde pasan desde aficionados, figuras y personalidades representativas, así evidentemente como figuras del toreo y toreros que buscan la paz interior que tanto cuesta encontrar.

Como dice mi querido y respetado psicoanalista Don Pedro Santamaría Pozo :”La finca es un útero materno donde se cuida y se quiere”. Aquí se imparten valores pedagógicos junto con la profesionalidad y la verdad donde se forjan y se proyectan procesos e ideas de tauromaquia que después se producen fuera. Digamos que es un sanatorio esa es la mejor definición y así lo definen, un sanatorio generador de ideas y que sirve de impulsor para muchas personas donde se cuida y se protege a toreros especiales.

¿Qué valores se aprenden en la tauromaquia?

Bueno... todo está dependiendo de la persona y de los valores que cada uno entienda como un valor. Si te asocias a lo concreto de la tauromaquia y con entornos vulgares puedes enfermar socialmente, de lo contrario si sabes aplicar a la tauromaquia seriedad y respeto por encima del ego y el afán de ganar puedes encontrarte en el trayecto a personas con nobleza y pulcritud que definen la grandeza del toreo. Sólo así puedes entender los parámetros taurinos culturales y patrimoniales que definen la cultura y la marca de España.

¿Qué le falta al toreo?

En el toreo falta movilizar a los nuevos referentes y no trabajar con tanto desagradecimiento e ingratitud, esto es un gran problema que a día de hoy se vive. Debe de haber un consenso desde la inconsciencia en donde se genere un clima, una armonía cuya melodía sea mirar un poco más por la historia y no tanto por la histeria. El negocio de la tauromaquia es puro romanticismo y el negocio debe de ir ligado a la propia esencia y respeto de quienes se juegan la vida y componen la fiesta que son el toro y los toreros.

¿Cómo ves la situación actual del toreo?

En ascendente, venimos de una década y media muy destructiva. Después de esta pandemia y a pesar de todos los antecedentes las gentes siguen queriendo la fiesta taurina en sus vidas y lo cultural como punta de lanza referencial en nuestro país. Y si el pueblo demanda obra artística...contra la edad de bronce no se podrá hacer nada.