EL MELLI

"Seguro que 2023 será mi año"

sábado, 14 de enero de 2023 · 10:17

La de 2022 ha sido la primera temporada como novillero con picadores de Germán Vidal «El Melli». El diestro de Sanlúcar de Barrameda ha cuajado una campaña importante, con triunfos tan relevantes como el acontecido en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, y en la que la nota dominante ha sido el crecimiento como torero, progresando en cada una de sus actuaciones. En esta amplia entrevista, El Melli nos cuenta cómo ha sentido esta evolución en su toreo a lo largo de la temporada, en la que han resultado trascendentales, en palabras del espada sanluqueño, las novilladas toreadas en el Valle del Tiétar, así como los retos y las metas que tiene para el año 2023.

Transcurridos ya casi tres meses desde el último paseíllo que realizaste en 2022, ¿Qué valoración haces de la temporada?

Ha sido una temporada muy bonita, por momentos exigente, la primera como novillero con caballos. Pienso que desde la primera a la última novillada se me ha visto una evolución, un crecimiento como torero día a día.

Aunque uno siempre quiere más, pero teniendo en cuenta que la de 2022 ha sido tu primera campaña como novillero con picadores, ¿Estás satisfecho con el resultado final de la temporada?

Sí, en conjunto estoy satisfecho pero no tanto con algunos compromisos concretos. Ojalá este año pueda mejorar mis actuaciones en ciertas plazas.

¿Consideras que lo más importante del año 2022 para ti ha sido tu progresión y tu crecimiento como torero?

Sí, lo más positivo ha sido mi evolución como torero. Empecé a rodarme a principios de temporada pero lo que realmente me ha hecho madurar como torero y darle más importancia a mi toreo han sido las cuatro o cinco últimas novilladas en las que he ido al Valle del Terror. Ahí es dónde me he podido curtir y lo que me ha hecho darme cuenta de muchas cosas.

El primer toque de atención llegó en tu tierra, Sanlúcar de Barrameda, ante ejemplares de Julio de la Puerta y El Parralejo. Cortaste tres orejas y saliste a hombros. ¿Qué supuso para ti, interiormente, aquél aldabonazo en el Circuito de Novilladas de Andalucía y además delante de tus paisanos?

Torear en mi pueblo siempre es bonito y siempre es especial, pero en este caso tenía un aliciente más al tratarse de un festejo incluido en el Circuito de Novilladas de Andalucía. Los animales embistieron y pude disfrutar mucho, fue un paso muy importante para clasificarme a la siguiente fase.

Imagino que uno de los días más bonitos y felices de tu vida hasta ahora sería el 23 de Junio del año pasado, cuándo actuaste en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla y pudiste dar la vuelta al ruedo con la oreja de tu segundo novillo en la mano. ¿Cómo fueron tus sensaciones ante aquél bravo astado de Torrehandilla?

Desde que se anunciaron los carteles de la temporada en Sevilla en el mes de Febrero, yo estaba viviendo un sueño. Deseaba que llegara ese día pero a la vez quería tomármelo con calma para disfrutarlo. Desde por la mañana, cuándo llegué al Hotel Colón, disfruté el día intensamente y, gracias a Dios, mi segundo novillo me regaló unas cuantas embestidas que creo que supe aprovechar. Después dar la vuelta al ruedo con la oreja fue algo mágico, que espero que este año se repita y se pueda mejorar, que es mi intención.

Considero que el animal de Torrehandilla tuvo, sobre todo, mucha transmisión y repetición en sus embestidas.

Sí, a mi juicio el novillo tenía más movilidad que clase porque a veces embestía recto pero como tenía mucha transmisión lo que hice fue aprovechar al máximo esa virtud. Soy consciente también que estaba un poco acelerado, por los nervios propios de torear por primera vez en Sevilla. Estoy convencido de que este año, si estoy acartelado en la Maestranza, ofreceré una imagen diferente.

Cuando uno tiene la posibilidad de disfrutar del toreo y expresar, al menos en parte, lo que lleva dentro en un templo de la Tauromaquia, como es la Real Maestranza, por dónde han pasado los toreros más grandes de la historia, ¿Se siente un privilegiado, un afortunado por tener esa posibilidad?

Totalmente. Yo me sentí un privilegiado porque no es fácil torear en Sevilla con la baraja de novilleros que hay. Por eso, quería aprovechar la oportunidad al máximo, dar la cara, no se me podía escapar.

En ese momento cuándo la afición de Sevilla se entregó a lo que tú realizabas en el ruedo, ¿Es cuándo se piensa para sí que han valido la pena todos los sinsabores, sufrimientos y muchas veces injusticias que conlleva la profesión?

Para mí escuchar los olés de Sevilla fue algo increíble. Una de las cosas más impactantes que recuerdo de ese día es la respuesta de la gente cuándo llevé al novillo galleando al caballo de picar. Ellos se entregaron conmigo y, por mi parte, me di cuenta que tenía que apostar, que era un animal que me podía permitir cortar al menos una oreja, y la verdad que fue muy especial. Por vivir ese momento merecen la pena todos esos sinsabores y sufrimientos.

Apenas veinte días después de la cita de Sevilla, llegó la de Madrid. Te presentaste en Las Ventas con una novillada de Vistalegre que no te dio opciones de poder mostrarte como torero ante el público madrileño. ¿Saliste muy tocado mentalmente del compromiso de Madrid o uno tiene el deber de prepararse también psicológicamente para cuándo las cosas no salen como se espera o se sueña?

Hay que prepararse mentalmente para las dos cosas: cuándo todo rueda y sale bien y cuándo no es así. Yo fui a Madrid mentalizado pero quizá no convencido al 100% de que podía ser mi momento. Los toreros tenemos que apostar pero luego no salió ningún animal que embistiera por derecho, hubo alguno que parecía que iba a tener buena condición pero después de salir del caballo, terminaban agotados. Estando allí en la plaza y viendo que ningún novillo terminaba de romper, te vienes un poco abajo. Terminé la tarde disgustado porque no es lo que uno quiere cuándo va a Madrid, dónde siempre sueñas que, al menos un animal, te deje pegarle tres u cuatro tandas buenas pero hay que seguir para adelante. Si este año tengo la suerte de volver, seguramente todo saldrá mejor.

A finales de Agosto regresaste a Sanlúcar de Barrameda y te entretuviste en cortar cuatro orejas a los novillos de Chamaco que sorteaste. Torear en tu plaza, dónde entrenas cada día, delante de tu gente, ¿Es para ti una ilusión y una motivación grande y a la misma vez también una enorme responsabilidad por no defraudarlos?

Sí, como he dicho antes torear en mi pueblo es especial, siempre es un honor y muy importante para mí porque toreas delante de la gente con la que te cruzas por la calle y con la que hablas. Quieres que ellos se sientan orgullosos de ti. Cada vez que toreo en Sanlúcar de Barrameda lo disfruto mucho pero al mismo tiempo afronto cada tarde con una mayor carga de responsabilidad que en otras plazas. Además también esta novillada fue televisada por Canal Sur, por lo que no te podías relajar, ya que la vería todo el mundo a través de la pequeña pantalla o por internet.

Siguiendo con Sanlúcar de Barrameda, para todos los aficionados del mundo el Maestro Paco Ojeda es un referente, uno de los toreros que han dejado huella y que han marcado la historia del toreo. Para ti decir Paco Ojeda ¿Qué significa?

Paco Ojeda es uno de mis espejos desde que era chico, un referente. También he tenido la suerte de coincidir en el campo con él y me ha dado muchos consejos. Hablar de Paco Ojeda para mí son palabras mayores, un torero que tuvo una tauromaquia muy pura. Llegar a ser como él sería para mí un sueño.

El año pasado hiciste el paseíllo en varias ocasiones por la zona de Madrid y del Valle del Tiétar, dónde ya sabemos que las novilladas que se lidian son fuertes y serias. Más allá de las orejas que cortaste, ¿Esas novilladas te aportaron mucho más que otras en tu crecimiento como torero precisamente por esa seriedad y exigencia de la que hablamos?

Esas novilladas marcaron un antes y un después en mi toreo y en mi mentalidad. La primera fue en Sotillo de la Adrada, una novillada de Toros de Pablo Mayoral fuerte pero era una prueba que debía superar para saber si era capaz de tirar para adelante. Ese día yo aposté el doble que en otra plaza de mayor categoría y la verdad que me fue bastante bien. Este año me ha fallado mucho la espada y en este invierno le estoy echando bastantes horas al carretón para mejorar ese aspecto porque no se pueden escapar los triunfos por el mal uso de los aceros.

En Villa del Prado la novillada de José Cruz fue amplia y fuerte, recuerdo que le corté las dos orejas al primero y el segundo salió burriciego, no lo echaron para atrás pero fue un novillo que me sirvió mucho pero al que luego pinché. En Cadalso de los Vidrios el encierro era el más duro, por así decir, con astados de Juan Luis Fraile y Barcial, pero al final hay que torear de todo y dar la cara. Creo que superé con nota estas novilladas del Valle, que me aportaron mucho tanto a nivel mental como en mi concepto del toreo. En los festejos que llegaron después, se pudo ver esa evolución grande que había experimentado en tan poco tiempo.

Otro aspecto a tener en cuenta de estas novilladas del Valle del Tiétar es que fueron de otros encastes a los que se matan habitualmente. Esta cuestión ¿Contribuye a que se entiendan y comprendan mejor los matices que tiene cada embestida según el encaste del animal?

Sí, claro. Yo no había matado nunca estos encastes y, por ejemplo, la de Toros de Pablo Mayoral en Sotillo de la Adrada me hizo mucha ilusión porque me gusta bastante el encaste Santa Coloma. La verdad que cada novillo tiene su lidia y cada encaste tiene su forma de embestir. Se trata de que el torero se adapte. Conforme el animal te va mostrando su embestida, tú tienes que acoplarte e intentar mejorarlos.

Claro porque uno de los objetivos de cualquier torero es llegar a entenderse y a compenetrarse con el mayor número de toros y de embestidas posible, porque si es así tiene muchas más posibilidades de triunfar, de entrar en las ferias y de llegar a ser importante y funcionar en la profesión.

Sí, ése es el objetivo de todos los toreros, llegar a entender el mayor número de animales posible. Esa es una de las cosas que me ha aportado el Valle del Tiétar, abrir la mente para darle a cada novillo su lidia. Todos los toreros queremos pegar series de cuatro y cinco muletazos ligados, abrochando con el de pecho, sin embargo hay animales que no te permiten eso pero que tienen su lidia. Darle los muletazos de uno en uno, muy cruzado, pasártelos cerca… y así le puedes hilvanar faena. Si el novillo no te posibilita ligarle cinco muletazos y tú quieres pegárselos, él te va a responder mal. Por tanto, se trata de adaptar la lidia al animal que tienes delante.

Terminaste temporada en el mes de Octubre en Algeciras, cosechando un triunfo destacado y saliendo a hombros por la puerta grande ante ejemplares de Fuente Ymbro. Este exitoso cierre en una plaza importante, ¿Te dejó un grato sabor de boca a nivel de sensaciones para continuar preparándote intensamente durante el invierno de cara a los retos a los que te tendrás que enfrentar en la campaña 2023?

Terminar la temporada en Algeciras, una plaza de tanta relevancia, era muy importante y me hacía mucha ilusión. Los novillos de Fuente Ymbro se dejaron bastante y me permitieron poder expresarme. Después de pasar por el Valle del Tiétar me encontraba en tan buen momento que me quedé con ganas de torear más. Me dio mucha alegría acabar tan bien la temporada porque supone un extra más de motivación y de ganas para seguir entrenando y preparándome durante el invierno.

Para terminar, ¿Qué planes y qué metas se ha marcado El Melli para este año?

Sobre todo que la gente vea la evolución que he tenido, entregarme todas las tardes y si tengo la oportunidad de torear en Sevilla y en Madrid, que es lo que cualquier torero sueña, obtener un triunfo rotundo, que por mi parte no va a quedar. Yo me entregaré al máximo ya sea en Madrid o en una plaza portátil, y tengo la seguridad que éste será mi año.

 

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