FERNANDO ADRIÁN
"Le debo todo a la afición de Madrid"
Burladero charla en exclusiva con uno de los nombres propios de la temporada 2023, el torero madrileño Fernando AdriánQue duda cabe que Fernando Adrián es uno de los principales protagonistas del año taurino. Doble puerta grande en Madrid, sumado a un sinfín de triunfos en plazas como Valladolid, Palencia o Murcia le convierten en un torero de referencia del presente curso. En esta amplia entrevista se analiza junto al diestro de Torres de la Alameda los hitos fundamentales de la campaña, los momentos duros que ha tenido la misma y las ilusiones y metas para la venidera.
Cuando arrancó la temporada 2023, ¿Soñabas o tenías el deseo y la ilusión de cuajar una campaña tan importante?
Uno siempre sueña con algo grande en su vida y, aunque la profesión te lleva por unos u otros derroteros, alguien que tiene vocación y que entrega su vida al toreo siempre sueña en el fondo con temporadas así. Llegarán o no, como los sueños, que se cumplen o no, pero siempre detrás de cada embestida de salón va el deseo de, alguna vez, tener la oportunidad de echar un año como este. Y creo que ese sueño hecho realidad lo he aprovechado".
¿Cuánto le debe Fernando Adrián a la Plaza de Las Ventas?
"A esa afición le debo todo. Desde que abrí la Puerta Grande el aficionado a los toros ha sabido de mí".
De las dos puertas grandes de Madrid que has abierto este año, ¿Con cuál te encuentras más satisfecho?
"Tanto los dos toros de Santiago Domecq como el de Juan Pedro me entregaron su bravura al máximo. Los dos animales del 28 de mayo tuvieron su importancia, y la del toro de Beneficencia fue una embestida que no olvidaré nunca. Por ambos siempre le estaré agradecido tanto a los animales que dieron su vida por mí como a sus ganaderos. De forma especial, ese astado de Juan Pedro Domecq tuvo una embestida única. Aquella humillación, aquella clase… me dejó sentirme realizado como torero. Me dejó romperme al natural. Fueron diez minutos realmente maravillosos".
Al conseguir salir a hombros el 31 de mayo, en plena feria de San Isidro, frente a una exigente corrida de Santiago Domecq, ¿Esperabas que pudieran llamarte al quedar dos puestos vacantes en la Corrida de Beneficencia?
"En lo primero que pensaba era en entrenar más y mejor, en corregir defectos, en verme el vídeo de ambas faenas y pulir todo aquello que hiciese falta. No obstante, te mentiría si te dijera que no estaba pendiente de lo que ocurría en la Feria para poder refrendar en Beneficencia lo que había plasmado sobre el ruedo de Madrid con aquellos dos grandes toros, pero exigentes".

Y llegó ese premio, esa recompensa de hacer el paseíllo en la corrida más trascendental de todo el año: la Corrida de Beneficencia. Para ti supongo sería un honor, un privilegio actuar en esa corrida al lado de dos figuras del toreo y dos toreros muy del gusto de Madrid: Sebastián Castella y Emilio de Justo, pero también una responsabilidad muy grande, de mantener e incluso superar el listón alcanzado en la feria de San Isidro y de no defraudar a la gente que está contigo, que te apoya ni a ti mismo.
"Claro. Aquel día pude refrendar en la plaza lo que había hecho en la Feria. Si uno tiene en la cabeza, desde que es novillero, alguna tarde marcada en su vida, esa es la de Beneficencia. Este año pude hacer realidad aquello que de niño me imaginaba, estar al lado de dos figuras. Me había ganado ese puesto y quería demostrar que lo que pasó días antes no fue casualidad".
En mi opinión el éxito de la Corrida de Beneficencia fue todavía más rotundo y más redondo que el cosechado en San Isidro. Tuviste la fortuna de sortear en segundo lugar un gran toro de Juan Pedro Domecq, con mucha calidad y clase pero con el que no era fácil estar a la altura, pegarle naturales tan largos, tan templados y tan profundos como tú lo hiciste. Además culminaste la obra con una gran estocada y las dos orejas fueron concedidas sin discusión. ¿A ese toro de Juan Pedro Domecq lo pudiste torear por momentos como tú sientes, asentado, encajado, con un trazo de muletazo largo y por abajo?
"Como he comentado antes, ese toro tuvo una clase y una humillación especial, algo que no es fácil tampoco de dominar. Había que romperse con él y así lo hice. Salieron naturales que yo sabía que tenía dentro, pero gracias a ese animal Madrid pudo latir con ellos".
Cuando volviste a ver la calle Alcalá a hombros por segunda vez en apenas quince días, ¿Pensaste que tanto esfuerzo, tanta lucha, tanto sacrificio durante todos estos años atrás había merecido la pena?
"Claro. Y también sabía la realidad a la que me enfrentaba: desde aquel momento en el que estaba refrendando el triunfo de San Isidro con otra salida a hombros sabía que si la cuesta hasta ahí había sido dura, la que tenía por delante iba a ser más hacia arriba todavía. Pero las cuestas que cuestan llegan a las cumbres, a la gloria, y ahí ha quedado claro, en los números de mi temporada, que cada bala que me han puesto en la recámara ha viajado certera y ha estado bien aprovechada. Y para pulir los errores que haya podido ver, ya está el invierno, que es donde de verdad se ganan las temporadas".
Como acabamos de decir, después de abrir la puerta grande de Las Ventas dos veces en tan sólo quince días, ¿Creíste en algún momento que podía llegar un parón de más de dos meses?
"Lo intuía. Ten en cuenta que en medio de estos dos triunfos gran parte de las Ferias importantes del verano ya estaban o presentadas o cerradas. Eso uno lo puede llegar incluso a comprender. Otras cosas, lógicamente no. Pero me gusta hablar de lo que ha pasado, y es que de 15 veces que he toreado desde Madrid, he salido a hombros en todas ellas".

Para aguantar eso imagino que se hará necesario tener una mentalización fuerte, confiar mucho en ti para no venirte abajo al ver que los carteles de las ferias se estaban haciendo y que había bastantes sustituciones y no se contaba contigo.
"Cuando un aficionado ve a un torero trazar aquello que siente o simplemente aquello que su valor le deja hacer, ve solamente cómo exterioriza lo que tiene dentro; el camino más duro va precisamente en ese interior. Pero si tienes, como bien dices, una fuerte mentalización y una confianza en que lo que has trabajado no sólo ha tenido fruto sino que tiene una dignidad, todo lo ves de otro color. Y eso es precisamente lo que me salvó y me hizo seguir adelante junto a mi apoderado".
A raíz precisamente de una sustitución en Arenas de San Pedro ya vino una racha de triunfos imparable en plazas como Cuenca, Cuéllar, Valladolid o Palencia, dónde indultaste un toro de Zacarías Moreno.
"Aunque el triunfo sea lo que llame la atención a parte de la afición, lo que a mí me llenaba de verdad era que estaba mostrando lo que tantos años había cuajado, como te decía, interiormente. Y además estaba funcionando la espada".
Ese toro “Finito”, de Zacarías Moreno, ¿Era el primer animal al que le perdonabas la vida en tu carrera?
"No, he indultado varios toros más, pero sí ha sido uno de los toros que más me han llenado".
Pensando ya en el año 2024, supongo que la idea en este invierno será seguir mejorando cosas, evolucionando y creciendo como torero para que la próxima temporada la gente pueda ver a un Fernando Adrián más cuajado, más maduro, en definitiva un torero más completo.
"Así es. Es lo que me obsesiona".