VALENCIA

Reaparece Roca Rey

Dos orejas para el torero peruano en el cierre de la Feria de Julio. Castella y Manzanares desdibujados ante una desigual corrida de Cuvillo que lidió dos excelente ejemplares
domingo, 29 de julio de 2018 · 19:39

Hubo de todo un poco en el festejo que cerraba la Feria de Julio de Valencia, y nada resultó extraordinariamente memorable salvo, si cabe, el resurgimiento de Roca Rey tras una primera faena gris. Mal Castella, aparentemente desganado. Desdibujado Manzanares, aún cuando firmó varios pasaje de gran empaque. Toros aptos para el triunfo y otros “desaboridos”, unos bien presentados y otros por debajo del mínimo exigible.

Y la corrida transcurría entre más sombras que luces cuando apareció el brillante Roca Rey, mejor dicho, reapareció, porque en su primer toro no pareció “estar”. Pues eso, que reapareció el mejor Roca Rey in extremis, en el sexto de la corrida, un buen toro, que no el mejor de la tarde, y el peruano llevó a cabo su particular tauromaquia que conecta con los tendidos de Valencia, de Lima o de la China. Los ingredientes fueron tan sencillos como complicados: máxima quietud, muleta mandona, ajuste máximo y clarividencia. Clarividencia para torear templado y para resolver con inmediatez y chispa cualquier circunstancia. No hubo pausas, todo surgió intenso, y la conexión fue total de principio a fin, cuando mató de excelente estocada.

El calamocheo del tercero de la tarde le había incomodado visiblemente, y no encontró soluciones para atemperar al torete. Así, los enganchones y las dudas se sucedieron a lo largo de su labor mientras el descontento del respetable se hacía patente.

 

Roca Rey

 

Su clásico pase cambiado por la espalda en el centro del platillo le sirvió a Castella para dar inicio a la primera faena de la tarde. Ese fue el momento de mayor movilidad del Cuvillo, que de inmediato echó el freno para, unas veces negarse a embestir, y otras dirigirse a los terrenos de tablas, donde su mansa querencia le marcaba.

No superó la discreción el torero francés ante el que saltó en cuarto lugar. Su buena voluntad inicial, con varias tandas tan pulcras como asépticas, dieron paso a una fase de toreo sin directriz y sin ninguna conexión con los tendidos, que se lo hicieron saber con continuos pitos de reprobación.

 

Castella

 

Las tres primeras series de toreo en redondo protagonizadas por Manzanares hicieron presagiar lo mejor. A pesar de haber sido duramente castigado en varas, el toro repetía con codicia y yendo hasta el final muy entregado. Pero el alicantino se echó la muleta a la mano izquierda y la faena menguó. Primero por un inoportuno desarme, y además porque el afán del astado por repetir sus embestidas creció de forma ostensible. Manzanares perdió confianza y seguridad y su quehacer no volvió a tomar vuelo.

También le dio fuerte el piquero al quinto, algo que tampoco pareció acusar en su postrer juego. El Cuvillo acudió presto y largo a los cites de Manzanares, que planteó una faena con demasiadas intermitencias y tiempos muertos, y a los derechazos de calidad, muy ligados en redondo, le sucedieron otras fases con menor limpieza e intensidad. Sin duda se llevó el lote de la tarde pero llegó a acoplarse.

 

Manzanares

 

 

Ficha del festejo:

29 de julio, 4ª y última de la Feria de Julio. Valencia, casi tres cuartos de entrada. Toros de Núñez del Cuvillo, desiguales de presentación y juego. Se pitaron de salida el 3º y el 5º. Sobresalieron el excelente 2º y el buen 5º, y también el manejable 6º, premiado magnánimamente con la vuelta al ruedo.

Sebastián Castella: silencio y silencio tras aviso.

José Mª Manzanares: silencio tras aviso y saludos tras aviso.

Roca Rey: silencio y dos orejas.

 

Incidencias: Manzanares brindó el 5º toro a Luis Blázquez, que cumple 25 años como banderillero.

 

FOTOGALERÍA

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