MÁLAGA

Rendidos al rey y a la roca del toreo

Manzanares quedó inédito en el tercero dejando algunos destellos en una faena de altibajos al quinto del festejo.
sábado, 18 de agosto de 2018 · 19:30

Una Malagueta rendida a Enrique Ponce y a Roca Rey enloqueció ante el toreo de ambos en la última corrida de a pie del abono cortando tres y tres a una variada corrida con dos toros de nota de Juan Pedro Domecq siendo el quinto premiado con la vuelta ruedo. Manzanares quedó inédito en el tercero dejando algunos destellos en una faena de altibajos al quinto del festejo.

El comienzo de la tarde no hizo presagiar lo que sucedería después. El primer Juan Pedro cantó su claudicante falta de fuerzas desde su salida de chiqueros. El interés del maestro Ponce por mantenerlo en el ruedo no dio sus frutos y fue devuelto. En su lugar salió un toro muy serio de La Palmosilla que acabó muriendo a lo pies del peto del caballo. Fue apuntillado en el ruedo y en los chiqueros esperaba un segundo sobrero del mismo hierro al que hubo que hacerle las cosas a media altura. Su falta de casta contrarrestó su excelsa nobleza. Cadencia y parsimonia en las muñecas de Ponce que puso voluntad. Porfió con las últimas embestidas del animal mientras algún sector pitaba una faena Mató de estocada trasera y caída. El presidente concedió una oreja muy dudosa sin petición mayoritaria. El noble que hizo de cuarto sacó fondo de casta y tuvo gran duración en la muleta de Ponce. El valenciano puso en marcha su inigualable técnica y sabiduría para sacar infinidad de tandas a “Montero” al que obligó llevarlo en largo en cada muletazo. Entregó su vida hasta el final llegando muy quebrantado a los últimos compases de una faena para el público que acabó rendido a la sabiduría del torero tras dejar varios derechazos de enorme categoría. Con la zurda dibujó el toreo de una figura de época arrastrando las bambas de la muleta sobre un albero que volvió a emboreacharse gracias al toreo de Ponce. La estocada cayó de algo desprendida pero ello no fue problema para que Ildefonso asomara dos pañuelos blancos y el azul por el balconcillo presidencial. 

Manzanares tiró del manual de precauciones para justificar su paso por Málaga. El primero de la tarde tuvo la fuerza muy justa, al igual que su presentación. Su oponente fue muy soso y nunca terminó de humillar, queriendo la cercanía de tablas. Pinchazo y estocada para finalizar una faena inédita. Su labor fue silenciada. La del quinto estuvo plagada de altibajos a un animal que no terminó de entregarse. Todo realizado a media altura con dos tandas que llegaron más al tendido pero sin terminar de de redondear. Manzanares mató recibiendo dejando media estocada tendida. Ovación con saludos. 

El impresentable y distraído tercero sirvió para la muleta de Roca Rey que dibujó buenas verónicas en su recibimiento. Su predilección por no picar los toros fue uno de los motivos por los cuales el animal no terminó rajado antes de tiempo. Variedad, entrega, mando y poder del torero en una faena que inició por estatuarios y en la que bajó muchísimo la mano a partir de la tercera tanda. Muy templado con la zurda y variado. Mató en la puerta de chiqueros. Media muy desprendida. Cortó dos orejas. Concedió la primera antes de que el toro fuese arrastrado. La segunda cuando se encontraba en el desolladero. El juego del toro condicionó el nivel de la faena al que cerraba plaza. Su falta de casta y la tendencia a rajarse hicieron a Roca Rey tirar de quietud y cercanías para calar en los tendidos y poder cortar otra oreja. Predisposición absoluta de un revolucionario del toreo. Estocada desprendida para dar muerte al animal.

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de “La Malagueta”. Séptima de abono. Corrida de toros. Se lidiaron cuatro toros de Juan Pedro Domecq (el 1o devuelto por flojo); muy justos de presentación y con nobleza. El 4o de nombre “Montero” número 19 de 576 kilos de excelsa  nobleza y gran fondo en la muleta fue premiado con la vuelta al ruedo; dos (1o bis y 1o tris) de La Palmosilla, el primero tuvo que ser apuntillado tras lesionarse en el caballo, blando y noble el segundo; y uno (6o) de Toros de Parladé, muy justo de presentación. 

Enrique Ponce (tabaco y oro) oreja con protestas y dos orejas tras aviso. 

José María Manzanares (sangre de toro y azabache) silencio y ovación. 

Roca Rey (aguamarina y oro) dos orejas y oreja. 

 

Lleno. Se descubrió un azulejo en el patio de caballos que recuerda la efeméride del toro “Jaraiz” de Juan Pedro Domecq indultado el año pasado por Enrique Ponce en la corrida crisol, siendo el primer cuatreño al que se le perdonaba la vida con la categoría de plaza de 1ra. “Suso” se desmonteró tras parear al quinto. Paco Algaba y Juan José Domínguez saludaron tras banderillear al sexto. Roca Rey brindó el sexto a Victoria Federica de Marichalar y Borbón. 

 

FOTOGALERÍA

 


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