Matadores que no ejercieron de matadores

Esparció Finito de Córdoba gotas de su personal aroma, del toreo de siempre, del que no caduca. Recordó que la tauromaquia es gracia, arte y sentimiento, y sacudió de la monotonía los tendidos. Nadie se aburrió con Román, todo entrega y compromiso. El valenciano subió enteros en autoridad, en seguridad, en raza. Y sólo salió a pie por su fallo a espadas. Y Ginés Marín se ratificó como valor de presente. Pechó con el peor lote pero no decayó su ánimo hasta sacar partido de un toro que no se empleó y del que pudo cortar una oreja. Pero ninguno de los tres matadores estuvieron acertados en la suerte suprema y perdieron la oportunidad de abandonar la plaza por la puerta grande. Este sería el rápido resumen de la última de abono de la feria de Fallas, en la que finalmente entró Finito sustituyendo al anunciado Emilio de Justo.

Pareció titubear Finito en el inicio de su primera faena. No acababa de definirse el de Fuente Ymbro que marcó querencia a tablas. Pero después de un par de series sin aparente directriz se fijó el toro, la labor fue tomando cuerpo y el de Córdoba acabó firmando varios pasajes de alto voltaje estético, muy asentado, sintiéndose, acompañando el viaje del animal con todo el cuerpo. Se rajó el astado en la parte final y además Finito se eternizó con los aceros, lo que dejó su labor sin posible premio.

Tuvo regusto el arranque de su segunda faena, y exigencia las posteriores series en redondo, obligando muy por abajo un astado que no se empleó del mismo modo por el pitón izquierdo, aunque Finito dejó varios remates repletos de torería y de sabor, pellizcos de su gracia que calaron en un público que degustó su particular empaque y sentimiento y le premió con una oreja pese a matar al segundo encuentro.

Se echó de rodillas Román en el centro del ruedo para citar al toro y darle una arrucina de infarto. Así inició su primera faena. Después se atrevió con un pase cambiado sin levantarse, y el astado lo prendió de muy fea manera, afortunadamente sin aparentes consecuencias. No decayó la emoción con el valenciano ya en pie. Le plantó cara al encastado Fuente Ymbro, que repetía con tanta transmisión como exigencia, siempre dándole distancia y con la muleta por delante. Surgieron así las tandas hilvanadas, con el astado cosido a la muleta, con Román asentado, ceñido, abandonado al toreo. Bravo el toro y bravo el torero. Pero su mal manejo de la espada le privó de cortar las orejas.

Volvió a colocarse donde los toros no tiene más remedio que embestir frente al quinto, muy comprometido, muy ajustado. Más en la corta distancia que antes porque al animal le costaba más arrancarse. Hundió las zapatillas y tiró de él con autoridad, muy seguro. Le aguantó miradas e indecisiones y le obligó a seguir su muleta para firmar una faena emocionante, de mayor contenido del que podía preverse en principio. Y cuando todo apuntaba que ahora conseguiría las orejas perdidas en el toro anterior, volvió a fallar a espadas, esta vez doliéndose del brazo derecho.

No dio ninguna opción el primero del lote de Ginés Marín, que nunca tuvo la intención de embestir y que, cuando lo hizo, fue sin emplearse y quedándose muy corto.

Iba a su aire el que cerraba festejo y feria, sin emplearse, pero Ginés consiguió aguantarlo en su muleta para recetarle varias tandas de gran ligazón. Fue creciendo en intensidad su labor a medida que transcurría, con el torero cada vez más a gusto y variado, especialmente toreando por el pitón derecho. Cerró con ajustadísimas bernardinas y una trinchera de rodillas, y cuando todo estaba de su parte para cortar una oreja, falló también con los aceros.

Ficha del festejo:

19 de marzo de 2019, Valencia. 11ª y última de abono de la feria de Fallas. Media plaza. Toros de Fuente Ymbro desiguales de presentación y juego. Sobresalieron el 4º, 5º y sobre todo el 2º, de nombre Damasco, que fue premiado con la vuelta al ruedo.

Finito de Córdoba, que sustituía a Emilio de Justo: saludos tras dos avisos y oreja.

Román: saludos tras dos avisos en ambos.

Ginés Marín: silencio y saludos tras dos avisos.

Incidencias: Iván García se desmonteró tras banderillear al primero

FOTOGALERÍA DEL FESTEJO

PERCANCE DE ROMÁN

TORO A TORO

Faena de Finito, que sustituía a Emilio de Justo, que fue creciendo en intensidad después de un inicio titubeante. El de Córdoba firmó varios pasajes de gran contenido estético, sintiéndose mucho, pero se rajó el animal en la parte final y además el torero se eternizó con los aceros. Saludos tras dos avisos

Toro bravo al que Román plantó cara con determinación. Emocionante faena desde el inicio de rodillas, en el que resultó cogido sin consecuencias. En pie firmó tandas muy hilvanadas y de gran reunión, pero falló clamorosamente con los aceros y perdió las dos orejas. Vuelta al ruedo para el toro. Saludos tras dos avisos

Toro descastado sin intención de embestir que, cuando lo hizo, fue sin emplearse y sin recorrido. No dio ninguna opción a Ginés Marín. Silencio.

Toro colaborador con el que Finito firma una faena repleta de sabor, con pasajes de toreo exigente en redondo y remates preciosos de gran torería por el pitón izquierdo. Oreja

Faena intensa de Román, que tuvo el mérito de obligar al toro a embestir a su muleta. Siempre colocado en terrenos muy comprometidos, muy asentado, seguro y firme. Labor entregada y emocionante que no remató con el estoque, perdiendo de nuevo los trofeos. Acabó doliéndose del brazo derecho. Saludos tras dos avisos.

Fue a más el toro y la faena gracias a la autoridad y seguridad de Ginés Marín. Labor intensa y también variada que tuvo gran conexión con los tendidos, pero se demoró con los aceros y se quedó sin premio. Saludos tras dos avisos.