Sabor, poderío, esencia, temple y técnica; cinco conceptos, cinco toreros

Con motivo del segundo centenario de la Beatificación de San Juan Bautista de la Concepción se ha realizado en Almodóvar del Campo un tentadero benéfico para sacar fondos para la recaudación de las obras de la torre de la Iglesia Parroquial de la localidad. Un tentadero en el que la solidaridad ha sido la bandera, en la que los toreros y alumnos de la escuela taurina de Alcázar de San Juan han puesto el arte al compás de las embestidas de las vacas de El Cotillo en una gélida mañana y la voz de Pedro Lomas junto a la guitarra de Joaquín Ángel Aranda han puesto la nota melódica a un festejo organizado por Roberto García-Minguillán.

Abría cartel por veteranía Antonio Sánchez Puerto, torero con un gran sabor en su toreo y ese es el que dejó en la mañana. Un sabor añejo que con lo poco que le dejó hacer la becerra lo disfrutó e hizo disfrutar a los presentes. Por su parte, el alumno José Ponce por el pitón izquierdo dejó signos de su estilo.

Eugenio de Mora volvió a mostrar su poderío, un torero que lleva largo a los animales que caen en sus manos. Así lo hizo con la vaca que le tocó en suerte y así lo vio la afición. De Mora en su estilo característico no abusó de la becerra para que Sergio García pudiera disfrutar de la embestida que ofrecía el animal, el cual supo aprovechar muy bien la oportunidad brindada.

La esencia del toreo llegó de la mano de Curro Díaz quien tuvo que mimar mucho a su vaca para que no besara el suelo. Con mano alta al principio para ir poco a poco bajándola y consiguiendo disfrutar y hacer disfrutar al tendido. En esta ocasión compartieron animal los alumnos Daniel Comendador y Aaron Infantes que se acoplaron a las embestidas del de El Cotillo que había amoldado Curro Díaz.

Miguel Tendero demostró el temple que poseen sus muñecas y lo que es capaz de hacer a una becerra. Le pasó el relevo a Carlos Cid que se unificó a lo que había hecho Tendero con anterioridad.

Cerraba cartel David de Miranda que ofreció la técnica que posee a la mitad de los aficionados que quedaron en el tendido, puesto que el frío consiguió que muchos abandonaran antes de que concluyeran, perdiéndose por lo tanto la actuación de Miranda y de un joven Adrián Reinosa que promete mucho.

Éxito y solidaridad han cerrado el festejo taurino, en el que la colaboración ha sido primordial para que todo llegue a buen puerto. No hay que olvidar que el caballo de picar correspondía a la cuadra de Manolo Gijón y Juan Charco el encargado de picar a las becerras que han dado buen juego, aunque algunas en el caballo no han aprobado, pero eso será el ganadero quien decida cuales quedarán para futuras madres de la ganadería y cuáles no.