Puerta Grande y Personalidad

La excelente idea que tuvo la Diputación de Valencia en 2017 alcanza su tercera edición. Una plaza de primera categoría con reses de primer orden y un mimo extraordinario en la organización convierten al III Certamen Internacional de Escuelas Taurinas en el mejor escaparate que los benjamines del toreo puedan soñar.

Hoy ha dado inicio el primero de los tres festejos previstos en los que tomarán parte chavales de dieciséis centros diferentes de España, Francia y Portugal. Como en las anteriores ediciones, la entrada es gratuita y el buen ambiente que se ha vivido en la plaza vuelve a demostrar que los toros tienen interés, aún cuando se trata de alumnos todavía sin reconocimiento popular. Así que el primer éxito hay que anotárselo a la Diputación Provincial, que demuestra su compromiso con la tauromaquia en tiempos poco favorables.

El segundo éxito ha sido la gran afluencia de público. No es fácil meter a casi 4.000 espectadores en un festejo de este tipo. El cuadro de honor del festejo lo han acabado de componer las dispuestas e interesantes actuaciones de los alumnos, entre las que ha sobresalido la personalidad de Lalo de María.

Alejandro Contreras esperó a portagayola al animal que abría la tarde y manejó el percal con variedad y vistosidad. El de Las Ramblas, noble y colaborador, pronto marcó su querencia a tablas, y en ese terreno el valenciano exprimió sus posibilidades por ambos pitones en una faena de buen gusto en la que sobresalieron varios pasajes toreando al natural.

Excelentes maneras exhibió José María Trigueros ante un eral que se quedaba corto y protestaba, lo que no menguó el ánimo del murciano, empeñado en hacer las cosas siempre con ortodoxia y torería. No estuvo tan acertado manejando el estoque, lo que, sin duda, condicionó la posibilidad de conseguir un trofeo.

Jesús Moreno sorteó un ejemplar vareado y avacado que se le coló por el pitón izquierdo en varias ocasiones, lo que no fue óbice para que el espigado albaceteño permaneciese clavado a la arena y, precisamente por ese pitón, re robase un manojo de naturales largos y acompasados en una faena en la que siempre se pasó muy ceñido a su antagonista. La efectiva estocada dio paso a la concesión de dos orejas.

Tuvo que hacer un evidente esfuerzo Cristian Expósito frente al cuarto, que echó pronto el freno recortando su recorrido. A pesar de las dificultades que tal defecto ocasionó, el alicantino fue todo disposición e insistió con autoridad hasta lograr que el animal embistiese a su muleta. Mató de certera estocada y se llevó un apéndice.

No tuvo clase el quinto, que tuvo una embestida descompuesta desluciendo la labor de Ruiz de la Hermosa, valiente y decidido pero muy condicionado por el comportamiento de su antagonista. Además, el deficiente uso del estoque jugó en contra del de Guadalajara.

Tiene sello y personalidad Lalo de María, hijo de la rejoneadora francesa Maria Sara, de la Escuela Taurina de Navas del Marqués que imprimió regusto a todo cuanto hizo con el que cerraba festejo. Toreo de arte que alargó las embestidas cuanto pudo en fases de cintura rota. Tuvo seriedad en el fondo y gracia en las formas en un quehacer ligado y templado en el que pareció querer marcharse tras los viajes del astado. Lástima que lo echase todo a perder con los aceros.

Ficha del festejo:

Valencia, sábado 13 de julio. Primer festejo del III Certamen Internacional de Escuelas Taurinas organizado por la Diputación de Valencia. Más de un tercio de entrada. Erales de Las Ramblas nobles y manejables en conjunto, aunque faltos de clase y rajados en líneas generales. Sobresalieron el primero y el último.

Alejandro Contreras (Escuela de Valencia): oreja.

José María Trigueros (Escuela de Murcia): vuelta al ruedo.

Jesús Moreno (Escuela de Albacete): dos orejas.

Cristian Expósito (Escuela de Alicante): oreja.

Ruiz de la Hermosa (Escuela de Guadalajara): saludos.

Lalo de María (Escuela de Navas del Marqués): saludos.

Fotos: Joël Buravand