Huelva se rinde a un titánico Perera

Minutos antes de comenzar el paseíllo, los representantes de la UNPBE salieron al ruedo mostrando una pancarta en favor de la lucha por la defensa de la tauromaquia. Tras mostrar el mensaje, procedieron a leer un manifiesto en el que reivindicaban un trato justo.

Con su tradicional retraso de cinco minutos, el reloj de La Merced marcaba la hora. El albero se llenaba de huellas ante lo que se presentaba como una tarde histórica. Arrancaba una de las tres ferias post-Covid y la afición tenía ganas de toros. Sin embargo, las expectativas estaban lejos de cumplirse.

Un jabonero de nombre “Gineto” daba por inaugurada la Feria de las Colombinas 2020. Miguel Ángel Perera lo recibía con templadas verónicas ligando una buena serie de lances. Tras el tercio de banderillas, el diestro natural de Puebla del Prior dejó una serie de naturales exquisitos con la muleta. Fuerzas justas la del astado que se venía a menos. Dos tandas en redondo fueron las que el animal dejó darse previas a una estocada en la que, tras aferrarse a la vida, el jabonero tardó en echarse. Cosa distinta se viviría con el cuarto de la tarde. Verónicas con temple con las que Perera comenzaba una faena de capote exquisita. El público entraba en sintonía con el torero. Tras pasar por el caballo, el extremeño hincó rodillas en el albero del coso onubense para deleitar a los tendidos. A sones de pasodoble, Perera se marcó una faena de muleta de temple con la mano izquierda. El toreo del caro se dejó ver por La Merced. Una gran estocada muy certera hizo desorejar al animal.

Por su parte, pese a sacar una faena de clase y oficio, Cayetano no llegó a transmitir con los tendidos. En el primero de su lote, segundo de la tarde, Cayetano quiso exprimir lo poco que podía dar el animal y, desde los tendidos, pedían el cambio de toro. Cayetano pidió calma y comenzó a sacar esa clase que marca su idiosincrasia. Fue entonces cuando la faena fue de menos a más. Con la muleta, el astado permitió al diestro lucir unos destellos en la que acabó siendo una faena de oficio y rotundidad. Entró a matar tirándose encima del toro, pero no le salvó de la ovación que recibió tras escuchar un aviso. Con el quinto, Cayetano no puso mucho énfasis con el que mostrar una posible conexión con los tendidos. El de Cuvillo colaboró en la muleta de Rivera Ordóñez, quien encadenó unos naturales muy ligados, resaltando su labor por el pitón derecho. Mejor que en el primero de su lote, una gran estocada hizo que, por un momento, pudiese tocar pelo, pero el pañuelo blanco no se dejó ver en la presidencia y el diestro salió a recoger otra ovación.

Cerraba el cartel Pablo Aguado. Tras dejar un buen sabor de boca en los tendidos de La Merced la pasada temporada, “Asturiano” no fue un animal con el que el sevillano cumpliera las expectativas que la afición tenía puesta sobre él. Un pequeño susto tras tropezar con el toro hizo sacar la casta y el coraje de Aguado, dejando voluntad en su faena. El diestro pudo sacar a lucir algunos detalles de torería, pero, tras dos pinchazos, el primer toro de su lote quedaría en ovación. Para el sexto y último de la tarde, sin embargo, salió decidido a entregarse en cuerpo y alma. Lástima que el colorado “Juguetón” no le diera el juego deseado. Fue una faena de quiero y no puedo por parte de Aguado. Una pequeña tanda en redondo con la muleta pareció despertar mínimamente los tendidos. Un espejismo. El animal se vino a menos. Dos avisos finalizaban por apagar una faena que no terminó de transmitir.

Plaza de toros de La Merced.- Huelva. Primera de la feria de Colombinas dentro de la "nueva normalidad". Toros de Núñez del Cuvillo para Miguel Ángel Perera, Cayetano y Pablo Aguado.

Ficha del festejo:

Miguel Ángel Perera, ovación y dos orejas

Cayetano, ovación tras leve petición de oreja y ovación

Pablo Aguado,  ovación y leves palmas tras dos avisos

Fotos: Mika Zarcas