CABRA
Dos orejas por coleta en la segunda de la Gira de Reconstrucción
Toros de Juan Pedro Domecq para Enrique Ponce y Curro DíazSegunda tarde de toros de la Gira de Reconstrucción, de nuevo en un entorno de una solera extraordinaria, como es la plaza de toros de Cabra. El coso egabrense acogió en el día de hoy un mano a mano entre Enrique Ponce y Curro Díaz, lidiándose cuatro toros de la prestigiosa ganadería de Juan Pedro Domecq, de buena y pareja presentación pero justos de fuerza.
Nueva tarde festiva y cargada de ilusión, aunque con una reducción de público marcada por las restricciones de seguridad establecidas por la pandemia del Covid19.
Abría la tarde el maestro de Chiva Enrique Ponce, con un ejemplar negro mulato al que recibió con sumo temple y suavidad en el capote. En banderillas cabe destacar la labor de Abraham Neiro “El Algabeño”, que acabó saludando desmonterado. El maestro valenciano inició la faena de muleta toreando en vertical, faena en la que acompasó con la cintura las embestidas del desfondado toro, con la muleta por delante, con el oficio y la maestría que caracteriza al diestro. Destacó una serie de naturales y una tanda de derechazos con la mano baja. Tras una estocada algo trasera, el toro no caía y acertó en la segunda ocasión con el uso del descabello. Saludó tras leve petición de oreja.
Al tercero, un toro castaño de capa, lo recibió genuflexo con el capote, continuando con buenos capotazos con las manos bajas. Tras recibir dos pares de banderillas, Ponce inició una faena con doblones, en la que demostró la enorme técnica que atesora ante un toro complicado que perdió las manos en varias ocasiones. Fue de menos a más, y de nuevo con doblones finalizó la faena en la que estuvo muy por encima de su oponente, y tras matar con una estocada desprendida y perpendicular, desorejó a la res de Juan Pedro.
Y si Ponce estuvo por encima de sus oponentes, no fue menos el diestro jiennense Curro Díaz. Al segundo de la tarde, de pelaje castaño, lo recibió al capote con suma elegancia y torería. El de Linares, desmonterado en el paseíllo al debutar en el Coso egabrense, brindó la faena al público. Tras un inicio accidentado en el que el toro se dañó una pata delantera, Curro supo darle el sitio y el espacio necesario, consiguiendo sacar partido de un burel al que la mayoría habría dado por inservible. Curro lo supo llevar, siendo destacable su toreo con la mano izquierda. Tras media estocada pero efectiva, consiguió cortar un meritorio apéndice, ganado a pulso, donde todo lo tuvo que poner él.
Y cerró plaza Locuelo, un negro mulato que fue el mejor toro de la tarde. Salió suelto y el diestro estuvo correcto en el saludo capotero. En varas, el toro trepó al caballo, aguantando el del castoreño una gran segunda embestida que le valió el aplauso del público. Tras dos pares de banderillas, Curro Díaz comenzó acariciando las embestidas del toro con la muleta. La faena fue un festival de muletazos lentos, toreando con despaciosidad y elegancia, y midiendo a la perfección los tiempos. Tras un pinchazo y un estoconazo certero recibió el premio de la oreja.
Ficha del Festejo.
Plaza de Toros de Cabra. Se lidiaron cuatro toros de la Ganadería de Juan Pedro Domecq de buena presentación y justos de fondo, de mejor juego el cuarto, para los diestros Enrique Ponce y Curro Díaz. Sobresaliente Chapurra.
Enrique Ponce: saludos y dos orejas.
Curro Díaz: oreja y oreja.
Fotos: Antonio Manuel Luque