#SANISIDRO.- 7ª DE FERIA

Gran triunfo de Roca Rey en su vuelta a Madrid

Las manos del Dr. Crespo, el capote de Aguado y el valor de Roca Rey
miércoles, 19 de mayo de 2021 · 16:33

7ª de la feria de Vistalegre, con toros de distintas ganaderías: Vegahermosa (1º), Jandilla (2º), Garcigrande (3º y 4º) y Núñez del Cuvillo (5º y 6º) para el mano a mano entre Roca Rey y Pablo Aguado; como sobresaliente Enrique Martínez “Chapurra”. Más de tres cuartos de entrada en los tendidos, que, tras el paseíllo suena, como viene siendo habitual en toda la feria, el Himno Nacional.

Tarde de mucha expectación pero que estuvo marcado de inicio por una espeluznante cogida por el pecho al banderillero Juan José Domínguez que encogió la respiración de todos los que estábamos siguiendo el festejo; más de dos horas de operación con un parte desgarrador bajo las manos del Doctor Crespo. Justo cuando terminaba esta operación, terminaba también el festejo con otra fea cogida, esta vez a Pablo Aguado, a realizar la suerte suprema; por lo que, de nuevo, sin tiempo de descanso tras una exigente operación, las manos del D. Enrique Crespo tienen que obrar un nuevo milagro.
 
Entre medias de estos percances, Roca Rey ha demostrado que vuelve tal y como se fue, con mucho poder, con un toreo de mano baja y exigente. Demostró el peruano carácter en todo momento, estando bien en su 3º, pero faltando rotundidad; aún así, le sirvió para cortar dos orejas en Vistalegre. Por otro lado, Pablo Aguado dejó lo más rotundo de la tarde en el su recibo por verónicas al cuarto de la tarde. Cadenciosas, personales, parando el tiempo, ¡haciendo una oda al toreo de capa! Sin embargo, menos suerte tuvo con la muleta, donde solo en el sexto pudo dejar algunos aromas de su torerías. Sin embargo, todo quedó en un segundo plano tras la segundo cogida de la tarde, donde todas las miradas apuntaban a la enfermería.

 

Ficha del festejo:

Roca Rey, saludos tras petición y silencio en el arrastre, dos orejas y ovación en el arrastre y silencio para torero y toro

Pablo Aguado, silencio tras dos aviso y pitos al toro en el arrastre, saluda ovación con aplausos al toro en el arrastre y ovación con silencio al toro en el arrastre

 

Incidencias:

Juan José Domínguez resultó herido de gravedad en el primero de la tarde. Ha sido trasladado urgentemente a enfermería donde ya está siendo intervenido de una cornada en el hemitórax izquierdo con afectación muscular pero sin tocar arterias ni vasos importantes. También pendiente de diagnóstico de posibles fracturas costales. 

Pablo Aguado resultó prendido de fea manera al entrar a matar al que cerraba plaza. Desde enfermería las primeras noticias informan de una cornada en el tercio medio del muslo derecho. Está siendo intervenido.

 

SECUENCIA de la grave cogida de Juan José Domínguez

SECUENCIA de la cogida de Pablo Aguado 

 

 

TORO A TORO

Abrió plaza “Juguetón”, negro de capa con el hierro de Vegahermosa, enmorillado y de salida parsimoniosa y sin demasiado celo en el capote de Roca Rey que no pudo desplegar su toreo de capa. Primer tercio de varas de la tarde donde el toro fue al relance y que prácticamente fue nula su pelea en el peto; y tras su salida perdió en dos ocasiones las manos tras dos lances con mucha suavidad. Le instó Roca Rey a Aguado a hacer un quite, que el sevillano parecía que no tenía pensado hacer… Pero el sevillano lo aceptó para soltarse y lancear a la verónica, y enseñar al peruano que el toro, aunque se venía algo por dentro, no lo hacía mal y se desplazaba queriendo colocar la cara. Después, Roca Rey le hizo la réplica por saltilleras, con la planta de los pies atornilladas en el suelo, que levantaron la primera ovación de la tarde. Apretó mucho en banderillas y cogió de manera muy fea a Juan José Domínguez por los pechos, a la altura del chaleco, con aparentemente sangre en el pecho. Momentos muy angustiosos. Con el corazón todavía encogido, comenzó la faena el peruano a pies juntos a dos manos, para intercalarlo con dos pases cambiados por la espalda sin inmutarse. Ya en los medio, una serie donde fue pudiendo poco a poco al toro para conseguir torearlo en redondo. Se arrancó la música, cuando no debería, hay un banderillero en la enfermería cobrándose entre la vida y la muerte. Le dio algo de distancia para seguir con la mano derecha, dejándole la muleta puesto al de Vegahermosa, que quería ir tras ella, rematándolo con un pase de pecho. Cambió al natural, con un toreo más lineal por el pitón izquierdo, con mano bajo donde faltó algo de acople. Acople que no faltó en la siguiente tanda al natural, donde si no llega a ser por un par de enganchones hubiera tenido mayor rotundidad esos muletazos con la mano izquierda. Acortó las distancias ante el toro tras amagar con rajarse tras toda la faena en los mismos medios, con la quietud que le caracteriza, y con un pase cambiado por la espalda. Se marchó a por la tizona, y estoca entera algo caída. Saludos tras petición y silencio en el arrastre.

Salió por chiqueros el de Jandilla, “Inspector”, andando, quedándose en el capote de Aguado, pero sin una embestida clara y perdiendo las manos. Tampoco se empleó en el peto de Manuel Jesús Ruiz “Espartaco”, que dejó una vara caída. No perdonó su turno de quite Roca Rey y lo realizó por chicuelinas de mano baja, mientras que el toro embestía sin compás y pensándoselo mucho. Nada más salir del quite del peruano, se marchó arrebatado Pablo Aguado a replicarlo por el mismo palo, pero con diferente sabor, unas chicuelinas más acompasadas, y que en el remate volvió a realizar lo mismo que en el remate del quite anterior. En banderillas, apretó mucho a los hombres de plata, que cumplieron. Con la montera en la mano se marchó el sevillano a la puerta de la enfermería para brindarle la faena a Juan José Domínguez, emocionante detalle. Como apuntó en los primeros compases de la lidia, nada claro el de Jandilla, mirando mucho al sevillano, que aguantaba esas miradas iniciales. Empezó a sonar la música, pero fue Pablo Aguado quien mandó que dejaran de sonar los sones. Fue midiendo y encauzando el sevillano al toro, que andaba suelto, sin bravura; y cuando parecía que la condición del animal estaba cambiando gracias al buen hacer del torero, se terminó por rajar y se marchó a las mismas tablas. Por lo que Aguado, desistió en su intento y cogió la espada, con un metisaca en el primer intento, y muy complicado se puso… Difícil situación para Aguado que, mientras sonó un aviso, montó la espada de nuevo para un pinchazo; y posteriormente un pinchazo hondo y varios golpes de descabello, mientras sonaba el segundo aviso, y tras él, acertó con el verduguillo. Silencio tras dos avisos y pitos en el arrastre.

El primero de los dos Garcigrandes, negro de capa bajo el nombre de “Semillero”, al que saludó Roca Rey con mucha suavidad, realizando el toreo por verónicas mientras que respondía humillando y colocando bien la cara su oponente, y finalizando a una mano dando un pase de pecho. Empujó en el caballo de Sergio Molina que dejó un muy buen puyazo, en su sitio y echando al vara a tiempo. En banderillas, embistió colocando la cara en el capote. Brindó el peruano al público, que llamó al toro desde los medios para cambiarse la muleta por la espalda cuando estaba a escaso metros, y posteriormente ponerse de rodillas para torear con la mano bajo, rematando con un pase de pecho muy templado. Distancia daba Roca Rey al de Garcigrande que respondía bien y metía la cara por abajo, queriendo coger la muleta en todo el momento a pesar del poder del diestro. Insistió por ese pitón, llevándolo cosido a la muleta, entregándose tanto el torero como el toro y rematado con otro gran pase de pecho templado. Por el pitón izquierdo el toro también humillaba y se desplazaba, pero no con tanto recorrido como por el derecho. Que importancia los tiempos y el espacio que Roca Rey le administró a “Semillero”. Siguió al natural, con media muleta por el suelo, exigiendo al toro que respondía y continuaba humillando, mezclando ese toreo con la mano izquierda con la sorpresa de pasarse al toro por la espalda. Con buen ritmo seguía embistiendo el de Garcigrande, colocando la cara y con un son extraordinario, especialmente por el derecho, donde recetó otra tanda de toreo hondo Roca Rey. Después de una faena larga y con la espada montada, bernardinas asentadas, llamando al toro por un pitón y cambiándoselo a última hora sin apenas distancia, pasando los pitones de toros a centímetros del traje del torero, que puso al público en pie. Antes de montar la espada, aviso, y estocada en todo lo alto tirándose de verdad. Dos orejas tras aviso y ovación en el arrastre.

“Ropasito”, castaño de capa, también con el hierro de Garcigrande, aplaudido de salida, muy serio. Aguado toreó con el capote, meció el capote, con mucha suavidad en sus manos, llevándolo atrás, con mucho sello personal, con ese sabor añejo que le caracteriza y poniendo boca abajo la plaza. Bordó el toreo a la verónica, imposible torear más despacio. ¡VAYA MANERA DE TOREAR CON EL CAPOTE! En el tercio de varas, puyazo algo trasero de Juan Carlos Sánchez, mientras que el toro empujó metiendo los riñones en el único encuentro que hubo. Apretó en banderillas el toro, pero cuajó un gran actuación Diego Ramón Jiménez, que fue obligado a saludar una cerrada ovación. Brindis al público. Con transmisión desde el inicio por parte del toro ante un inicio muy torero por bajo de Pablo Aguado. Sin embargo, echó la cara arriba en la siguiente tanda, protestando en cada uno de los muletazos; por lo Aguado quiso cambiarle los terrenos y probarlo por le pitón izquierdo pero el toro se paró por completo, sacando aspereza. Insistió el sevillano por el pitón derecho pero el de Garcigrande se apagó y se vino muy abajo, por lo que se fue a por la espada dejando una estocada en buen sitio. Ovación con saludos y aplausos en el arrastre.

Hizo quinto de la tarde “Aguador”, con el hierro de Núnez del Cuvillo, con las manos bajas y que no tuvo una embestida clara en los primeros compases por lo que Roca Rey lo pasó por ambos pitones sin mucho lucimiento. Cayó en buen sitio el primer puyazo de Juan Francisco Peña, pero se fue el toro nada más sentir el castigo; en el segundo encuentro, puyazo algo trasero. Realizó el quite Roca Rey, con exposición, pero con cierta frialdad en los tendidos. Aplaudido tercio de banderillas, con un tercer par de José Chacón excepcional, y por el cual fue obligado a saludar. Comenzó la faena sacando al de Cuvillo hasta los medios para después dar una tanda por el derecho con la mano baja, con figura no muy estética. Sin embargo, compuso mejor la figura en la siguiente tanda donde el toro se fue apagando, por lo que no tuvo mucha repercusión. En los medios, como toda la faena, se echó la muleta a la mano izquierda y con toques firmes fijó a “Aguador” pero éste no tenía continuidad ni entrega. Por eso, se marchó el peruano a por la espada y estocada casi entera en buen sitio. Silencio para ambos.

Cerró el festejo otro toro de Núnez del Cuvillo, “Encumbrado”, mejor presentado que su hermano, recibido con palmas, y muy serio por delante; que echó las manos por delante en todo momento y no permitió ver el esperado capote de Aguado. En el último tercio de varas, no se empleó en el caballo de Mario Benítez. En banderillas, reunidos los pares puestos por los hombres de plata. Comienzo de faena halagüeño con una tanda por el derecho, aunque no terminó de humillado el de Cuvillo. Compuso la figura Aguado, toreó erguido, despacio, y con un bonito cambio de mano donde se podría ver cómodo al sevillano. A pesar de la poca humillación, supo aprovecharlo Pablo Aguado, para llevarlo a su altura, y conseguir sacar lo que llevaba dentro el animal. Con toques suave, acariciando y toreando con la yema de los dedos exprimió al último de la tarde. Con la espada montada, una tanda a pies juntos por el derecho y un pase de pecho templado; y tras ello, estocada y cogida en la parte posterior del muslo muy fea. Ovación y silencio en el arrastre.

Fotos: Álvaro Ramírez

 

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