Emilio, vuelve pronto por favor

Tercer y último festejo de la feria de Leganés, primera en la Comunidad de Madrid, tras el festival del pasado domingo en Las Ventas. Buena respuesta de la afición madrileña llenando el aforo permitido y cartel de lujo con Ponce, Emilio de Justo y Juan Ortega. Hierro de Núñez del Cuvillo para rematar la puesta en escena, quizá la gran decepción de la tarde, toros muy sueltos, excepción hecha del segundo, y con las fuerzas justas para dar la talla en una plaza de tercera con una terna de primera.

No será una tarde de esas que permanecen en el recuerdo, pero no la olvidaremos. No perderemos de vista la frustración con la que Enrique Ponce ha comenzado la temporada, no le embiste ningún toro, ni el Juan Pedro del pasado domingo ni los tres primeros de hoy, incluido un sobrero que quizá salió del ruedo antes de tiempo, quizá.. Se vino arriba con el sexto, el que lidió en sustitución de Emilio de Justo, le intuyó virtudes pero le duró poco la alegría, un pasito adelante y dos atrás del Cuvillo, se quedó en nada. Ponce puso todo de su parte que es mucho, con escuadra y cartabón, pero aquello no cuadraba. La veteranía le hizo resignarse, queda temporada.

No olvidaremos la lidia del quinto por Juan Ortega, torero clásico, con sabor añejo, pero que llena de arte la plaza, manejó el capote a su antojo, con un animal noble, se fue gustando e hizo llegar esa sensación a los tendidos que le premiaron con una merecida oreja. De haber tenido algo más de transmisión el toro y haber matado con mas tino, quizá habría optado a la segunda.

Y nos quedaremos con Emilio de Justo. El extremeño llenó la tarde él solo con la lidia del segundo toro, de nombre "Espantoso", que no es que fuera un dechado de fuerza, enrazado, pero acompañó al extremeño. Emilio es verdad en esencia, dio una clase maestra de remates con pases de pecho estirados hasta el infinito, se encajó sin reparos, no se dejó tocar la muleta, tropezó con el astado yendo al suelo, se levantó con furia y nos regaló la mejor tanda de la lidia antes de entrar a matar y volver a ser volteado. Arte y arrojo a partes iguales, que le valieron la puerta grande y la de la enfermería para ya no volver. A ver qué pasa con esas lumbares, pero ya daba igual, habíamos "echado" la tarde y amortizado la entrada. Te esperamos, Emilio, vuelve pronto.

Leganés, Madrid.- Tercera de feria, toros de Núñez del Cuvillo para Enrique Ponce, Emilio de Justo y Juan Ortega. Suena el himno nacional tras el paseíllo seguido de una atronadora ovación del público que llena el aforo permitido, unos 3.600 espectadores.

Ficha del festejo:

Enrique Ponce, silencio y leves pitos al toro, silencio y pitos al toro y saluda tras leve petición

Emilio de Justo, dos orejas tras aviso y aplausos al toro

Juan Ortega, silencio y oreja

Incidencias: Emilio de Justo sufre una contusión lumbo-sacra con posible fractura de la L5-S1, es trasladado al hospital con pronóstico reservado. Fdo. Doctor Enrique Crespo.

Fotos: Raúl Valdivielso

TORO A TORO

1º.- "Encendido", nº 21, 505 kilogramos, castaño, animal de buenas hechuras, algo suelto en el capote de Ponce. Le deja un puyazo trasero Manuel Quinta en el tercio de varas, donde el animal aprieta con brío. Se desmontera en banderillas Abraham Neiro "El Algabeño". Se echa el de Núñez del Cuvillo de inicio, sale muy justo de fuerzas, venido a menos tras los primeros tercios. Gesto de frustración del de Chiva, toma de inmediato los aceros, dejando una estocada entera algo caída. Tarda en caer el toro, silencio.

2º.- "Espantoso", nº 1, 479 kilogramos, castaño, toro fino, bien presentado, aplaudido saludo capotero de Emilio de Justo por verónicas, aunque no aparente ir sobrado de fuerzas. Se emplea poco en el caballo de Germán González que mide el puyazo. Buen inicio de muleta, doblándose por bajo, llevándole a los medios, le va administrando con medida, el de Cuvillo responde con nobleza, luce en los remates con los pases de pecho. Bien encajado siempre, en una de las tandas al natural resulta volteado el extremeño, dañado en las lumbares. Se repone con una tanda final plena de coraje. Vuelve a ser prendido al entrar a matar. Tarda en caer, suena un aviso, descabella. Dos orejas. Pasa a la enfermería.

3º.- "Jarandero", nº 158, 470 kilogramos, castaño, bajo y de buenas hechuras, no brilla en el capote de Juan Ortega que no le exige, aparenta poca fuerza y celo. En el caballo de Manuel Burgos echa la cara arriba, sin emplearse. En la muleta empieza el de Cuvillo falto de ritmo, corto de fuerza, empieza a mostrar señales de rajarse, imposibilitando la lídia. Pinchazo y media estocada. Silencio.

4º.- "Cencerrito", nº 213, 490 kilogramos, negro, bajo, corto de fuerza, ordena el palco el cambio de tercio de inmediato, siendo finalmente devuelto tras el paso por el tercio de varas donde entra a los dos caballos con brío, sacando incluso a uno de ellos al callejón.

4º bis.- "Tobillito", nº 121, 525 kilogramos, jabonero, toro bajo, algo pesadote, sale muy suelto del capote de Ponce, tampoco deja entrever mucha fuerza. Pasa por el caballo de José Palomares de puntillas, con la cara arriba y suelto, sin apenas castigo, provocando las protestas de la plaza por la insistencia del palco en que repita paso. En la muleta sigue a su aire, sin celo alguno, aquerenciado, no hay nada que hacer. Mata de media estocada. Silencio.

5º.- "Postinero", nº 140, 482 kilogramos, colorado, toro fino y bien hecho, se gusta Juan Ortega por verónicas en el recibo, levantando los aplausos de los tendidos. Se deja pegar en el caballo de Juan Pablo Molina que rectifica el primer puyazo. Buen tercio de banderillas de Andrés Revuelta que se desmontera. Saca el sevillano al toro a los medios con elegancia, se luce por el pitón derecho con un animal noble, con temple y midiendo la exigencia, aunque le falta transmisión al toro. Se luce también al natural, va gustándose Juan según avanza la lidia a base de torería. Mata de media estocada algo caída y delantera. Oreja.

6º.- "Gavilán", nº 143, 475 kilogramos, negro, bajo y de buenas hechuras, sale suelto del capote de Ponce, aunque mete la cara con limpieza. Entra al caballo de Manuel Quinta con poco brío, totalmente suelto hacia el caballo de Palomares que guarda la puerta. En banderillas empieza a dar síntomas de pararse. Brinda Ponce al público, lo lleva a los medios con elegancia en los primeros muletazos, genuflexo, intuyendo que este sí es su toro, tras la decepción de los dos anteriores. Le da su tiempo pero no termina de romper el de Cuvillo, muy parado, corto de importancia. Insiste el maestro de Chiva, sacando alguna serie aplaudida. Mata con algo más de media estocada, tendida. Saluda ovación tras leve petición.