OTROS FESTEJOS
Jandilla triste protagonista en la tarde de Jerez
Ovación para la terna en Mont de Marsan



























































El ambiente, no sólo en los aledaños del Coso de la calle Circo, si no el generalizado en Jerez indicaba que por fin había llegado el día: por fin han vuelto los toros a Jerez.
No sólo se celebra su vuelta tras su aplazamiento en Mayo, fecha tradicional de su celebración en la Feria del Caballo, vuelta tras dos años sin que se sueñe o dibuje el toreo sobre el albero de este coso de solera.
Hoy se “respiraba” ese ambiente único que dan los toros a una ciudad y en este caso una ciudad que casi por definición es cuna del arte.
Arrancó el paseíllo bajo los sones del himno nacional y finalizaba con un minuto de silencio en honor a los fallecidos por COVID y D. Teodoro Matilla, fallecido recientemente y empresario del codo jerezano durante muchos años.
EL JULI: abre la tarde un animal muy justo y escaso de fuerzas , condición que acusa mucho más tras su leve paso por el caballo, en seguida comienza el público a solicitar su devolución y se procede a la misma.
Ya en el primero bis, de nuevo un ejemplar flojito, aunque con la suficiente nobleza para permitir “algo” más. En banderillas se comporta bien para lucimiento de los banderilleros y deleite del asistente, pero ya en la muleta y , pese a la disposición y oficio de El Juli, el animal va a menos a pasos agigantados, algo que el diestro supo ver desde el principio de la faena que comenzó sin brindis. Fuerte petición de oreja negada por el palco, dejando a El Juli con una ovación.
En su segundo, de nuevo un ejemplar que no permite siquiera el lucimiento al capote, distraído y sin conexión , parece remontar algo tras su paso por el caballo , lo que permite un gran tercio de banderillas con ovación incluida al término de dicho tercio. Ya en la muleta, consigue El Juli elaborar una faena base de esfuerzo y oficio, pues el animal ya se venía abajo. Una oreja premia su buen hacer.
JUAN ORTEGA: y con él llegó el arte en mayúsculas al albero, pese a un animal que no regalaba absolutamente nada, el sevillano y su manejo del percal, hacían “olvidar” por segundos la sosa condición del animal. Faena recompensada con una oreja de ley.
En su segundo, de nuevo, un ejemplar que iba a menos a pasos agigantados con el que el público pide la devolución (no atendida por el palco), así que continúa Ortega sacando de un pozo vacío, una entrega y tenacidad que es recompensada con una oreja y su salida a hombros por la Puerta Grande.
ROCA REY: Con él llegó la revolución a los tendidos, un recital de estatuarios y arrimones al morlaco que, con el paso de la embestida tan tan pegado al cuerpo del peruano era lo único que le hacía moverse, una más que meritoria faena y regalo para las retinas de los asistentes que queda sin ser premiada como merecía por los reiterados fallos con los aceros y el sonido de un aviso. Palmas para una gran faena.
En su segundo, destaca la entrega sin tregua de Roca Rey ante un manso y anodino animal, premiada con una más que merecida oreja.
FICHA DEL FESTEJO:
Plaza de toros de Jerez.
Ganado de Jandilla, de hechuras anovilladas y escaso de fuerzas y juego en líneas generales.
Aforo que roza el lleno absoluto.
El Juli : vestido de grana y oro, ovación y oreja.
Juan Ortega: de verde petróleo, una oreja y una oreja.
Roca Rey: de lirio y oro, palmas y oreja.
Texto y fotos: Mika Zarcas