Gran triunfo de Los Hermoso de Mendoza en el colofón de la feria emeritense

Broche de oro a la corta pero intensa feria taurina de Mérida. Tras la obra de torería ofrecida ayer en el coso emeritense, hoy tocaba disfrutar de una nueva obra de arte a caballo. De nuevo, aforo escaso. Sin embargo, no por ello el espectáculo sería menor. Seis rejoneadores, tres familias en el ruedo y mucho, pero que mucho arte sobre la montura.

Inauguraba el cartel Joao Moura, ejecutando una impecable monta. Pese a que los años pasan por su físico, su portento queda innato. No tuvo un rival a su altura. El abreplaza, corto de hechuras, tuvo poca calidad y dio poco juego. La experiencia del rejoneador portugués hizo que la faena tomara otro color. En banderillas, lució su característico toreo de frente, llevando al toro en los remates en una terna de temple y hondura. Supo sacar el poquísimo juego del animal, aunque la suerte suprema solo le hizo cortar una oreja.

Más suerte tendría Pablo Hermoso de Mendoza con su rival. Más bravo, sereno y codicia que su hermano, acompañó la magistral faena del estellés. Berlín y Arsenio cuajaron una faena torera en banderillas, donde el rejoneador disfrutó llevando muy de cerca al astado y realizando recortes cerca de la cara del animal. Afortunado en el rejón de muerte para desorejar al segundo de la tarde y dejar claro que sus riendas siguen teniendo ese talento que le ha hecho grabar su nombre en el escalafón.

Una de cal y otra de arena. Manuel Ribeiro bajó el nivel de la tarde. No en su actuación como tal, sino con el acero. Siguiendo la estela del rejoneo portugués, realizó una faena de voluntad en banderillas. Buscaba las embestidas por fuera y se adornaba en los remates. Lástima que su pobre y torpe suerte con el descabello le empañara la única faena de la tarde que no tocó pelo.

Miguel Moura se encargó de volver a levantar los tendidos. Torero decidido, con raza. Rejón de castigo a portagayola, de frente y quebrando en los medios. Continuó su magnífica faena con un excelente tercio de banderillas, llevando cosido al de Rosa Rodríguez que no se cansaba de dar vueltas al ruedo embistiendo a la grupa del portugués. A pesar de tomar el descabello tras el rejón de castigo, su gran terna fue reconocida con dos orejas.

No hay quinto malo. Y, cuando se junta el hambre con las ganas de comer, suceden las maravillas como la que se vio en la arena emeritense. Guillermo Hermoso de Mendoza supo lucir la maravillosa cuadra que comparte con su padre. Vibrante rejón de castigo, seguido de un tercio de banderillas con las que supo templar las embestidas de su rival. El linaje de los de Mendoza ha encontrado un heredero que sabe llevar el clasicismo de su progenitor. Faena de casta ante un manso toro que no deslució la actuación del joven rejoneador. Se arrimó a los pitones, cambió en la cara del astado y siguió acortando distancias en banderillas cortas. Dos pares de estas últimas a dos manos terminaron de exprimir el juego del burel. Muy certero en el rejón de muerte le hizo cortar los máximos trofeos.

Cerraba el cartel Antonio Ribeiro, que se enfrentó a un bien presentado y bravo de inicio sexto. Dos rejones de castigos previos a una faena de banderillas arriesgada y voluntariosa. En un recorte, el toro golpeó la grupa del caballo, dejando un malestar en su pata derecha trasera durante el resto de la terna. Se demoró en la primera banderilla, animándose en las siguientes clavadas. Tras el pequeño incidente al equino, siguió estrechando distancias, llevando la faena de menos a más. La entrega del portugués y el segundo rejón de muerte tras precipitarse en el primero, hicieron tocar pelo cerrando una gran corrida de rejones.

Plaza de toros de Mérida.- Badajoz.- Toros de Rosa Rodrigues para João Moura, Antonio Ribeiro Telles (I), Pablo Hermoso de Mendoza, Miguel Moura, Guillermo Hermoso de Mendoza, Antonio Telles (hijo).

Ficha del festejo:

Joao Moura, oreja

Pablo Hermoso de Mendoza, dos orejas

Antonio Ribeiro Telles, ovación

Miguel Moura, dos orejas

Guillermo Hermoso de Mendoza, dos orejas y rabo

Antonio Telles Jr, oreja

TORO A TORO:

Joan Moura abriría el segundo y último cartel de la feria de Mérida. Toro de cortas hechuras saldría por toriles con poca calidad. Escaso juego tras clavar el rejón de muerte. En banderillas, la faena tomaría otro color. Acordaba distancias dada la nobleza del animal. Recortes en la cara del astado que hicieron sonar los primeros aplausos en los tendidos. Joao Moura intentó sacar agua de pozo seco. Puso dos claveles, pese a las nulas fuerzas que ya le quedaban a su oponente. Falló en el rejón de muerte, teniendo que tirar de descabello, lo que no le privó de cortar la primera oreja de la tarde.

Segundo de la tarde para Pablo Hermoso de Mendoza. Más alegre y con mejores hechuras saldría su oponente; quien, desde el rejón de muerte, se pegaría a la grupa del caballo. Berlín comenzaría en banderillas una faena que calentaría a los tendidos. Llevando en perfectas distancias, cambiando de pitón por dentro en tablas. Siguió el espectáculo con piruetas en la cara del animal, quien no cesaba embistiendo. A lomos de Corsario pondría banderillas cortas, vaciando el juego del animal. Supo medir la faena, poniendo el rejón de muerte cuando las fuerzas del toro llegaban a su final. Certero en la suerte suprema, rematando una terna de dos orejas.

Alto dejó el listón el rejoneador estellés, aunque Antonio Ribeiro no quiso enfriar la tarde rejoneando el toro de su padre, ausente por problemas de salud. Toro más pequeño y recortado que su anterior hermano, con justas fuerzas que fueron de más a menos. Robusto en el rejón de castigo, aunque más flojo en banderillas. El rejoneador tuvo que acortar distancias para que la embestida del astado no se acabara pronto. Breves claveles y fallido rejón de muerte. Faena descafeinada que terminó de tirar con el descabello, desesperando a los tendidos.

Brava comenzó la faena de Miguel Moura, que recibía al cuarto de la tarde a portagayola con el rejón de muerte. Buen oponente de Rosa Rodríguez que no se cansaba en la embestida, llegando a dar vueltas al ruedo pegado al caballo. Miguel Moura exprimió el juego del burel, que no se vino abajo en ningún momento de la faena. Rejón de muerte trasero y atravesado, teniendo que tirar de un certero descabello. Dos orejas para un Miguel Moura que revolucionó el coso emeritense.

Faena de casta seguiría Guillermo Hermoso de Mendoza. No demoró mucho en el rejón de castigo, donde probó al manso animal. Fue en banderillas donde hizo que los aplausos no cesaran en los tendidos. Se arrimó a los pitones del toro, cambiando en la cara y luciendo su cuadra. Siguió acortando distancias en banderillas cortas, donde puso dos pares con las riendas a la montura que levantaron los tendidos. Sacado el juego del noble animal, quiso asegurar un rejón de castigo que derribó al toro en cuestión de segundos. Dos orejas y rabo a la elegancia de Guillermo Hermoso de Mendoza.

Cerraba el cartel el hijo de Antonio Ribeiro, quien comenzó su faena con dos concisos rejones de castigo ante la bravura del cierraplaza. Se deslució al comienzo de banderillas, donde el toro le golpeó la grupa, dejando marcada su cornada en la pata trasera del caballo. Tampoco ayudó la tardanza para clavar el primer palo. Mejoró en las siguientes clavadas, pese a las visibles molestias del equino. Siguió arriesgando, estrechando mucho las distancias. Dos claveles, para no demorar la suerte suprema. Pero las prisas le jugaron una mala pasada, y tuvo que tomar un segundo rejón de muerte tras no encontrar fortuna con el primero. Noble aguante del sexto que tardó en echarse. Oreja para poner punto y final a la tarde.